"He salido bastante de fiesta preparando el MIR, hay tiempo para todo"

Hace ya más de medio año que Mar Sánchez terminó el Grado de Medicina en la Universidad de Girona y cambió los apuntes de la carrera por los del MIR 2024 con una fecha en mente: el próximo 20 de enero. A menos de dos semanas para el examen se siente "muy orgullosa" de sí misma si mira hacia atrás y hace retrospectiva de todo este tiempo. Y es que el mismo día que comenzó este 'viaje' formativo recibió malas noticias del estado de salud de un familiar, pero supo anteponerse a las adversidades y enfocarse en el estudio, aunque con una perspectiva realista: "Me dije a mí misma que había cosas más importantes en la vida, y que era lógico que en ese momento no saliera como esperaba, no pasaba nada si salía mal". 

Tiempo de ocio durante la preparación del MIR

Con este planteamiento en mente, Sánchez emprendió un viaje en el que ha sabido encontrar el equilibrio dentro de lo posible y encontrar momentos para desconectar. "He salido de fiesta igual o más preparando el MIR que en los últimos años de carrera", nos cuenta. Al terminar los simulacros, que solían caer en sábado, una voz interior le decía siempre lo mismo: "Necesito una cerveza". Sus amigos bromeaban con ella diciéndole que estaba "perdiendo neuronas", pero todos han sido conscientes durante este tiempo de la improtancia de un descanso de calidad para un rendimiento más sano y eficaz.

Pero esto ha cambiado a medida que el calendario ha ido avanzando, y las horas de estudio cada vez consumen más tiempo del día. "Entras en una dinámica en la que cada vez te queda menos, te ponen asignaturas a repasar con mucho temario, ves que no llegas y te lo quieres mirar todo. Y vas reduciendo tu tiempo de ocio, aunque no debería ser así", asegura. 

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"Entras en una dinámica en la que cada vez te queda menos, te ponen asignaturas a repasar con mucho temario, ves que no llegas (...) y vas reduciendo el tiempo de ocio".

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Pese a ello, recta final de este recorrido está marcada por el agotamiento acumulado. "Cada día me cuesta más levantarme de la cama, acabo posponiendo diez alarmas", nos cuenta. El mes de diciembre con las fiestas de por medio ha sido más complicado incluso para ella, que según dice no es especialmente aficionada a la Navidad. "Como la biblioteca abría con otro horario, por las mañanas estudiaba en casa y apuraba el tiempo, y cada día empezaba un poco más tarde", recuerda. También añade el componente de ver cómo sus familiares y amigos "se reúnen o hacen viajes" mientras ella veía únicamente sus apuntes encima de la mesa. 

¿Anestesiología o Medicina Intensiva?

A la hora de elegir especialidad, Sánchez tiene en mente dos vocaciones que surgieron en momentos distintos de la carrera. La primera es Anestesia, que le llamó la atención durante los primeros años de universidad tras descartar la idea de ser neurocirujana que tenía en un principio. Pero otra inquietud se sumó a su imaginario al hacer unas prácticas de 4º curso: la Medicina Intensiva, hasta el punto de que se aurodefine como una "enamorada de esta especialidad".

"Todo el mundo te dice son dos especialidades que se parecen muchísimo, aunque la calidad de vida es mejor en Anestesia, que tiene más salidas", explica. Sin embargo, "el corazón" le lleva a trabajar en una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).  Aun así, prefiere dejar este dilema 'aparcado' hasta tener claras sus opciones reales: "Cuando sepa la nota en estos cuatro meses me voy a plantear un poco cómo está mi vida", concluye.