Jesús Aguilar, presidente del Cgcof.
El 24 de julio se celebra el
Día Internacional del Autocuidado, una fecha que pone en valor la importancia de cuidar la salud las 24 horas del día, los 7 días de la semana. Con motivo de esta jornada, el
Consejo General de Colegios Farmacéuticos ha publicado el
Punto Farmacológico 191, en el que se resalta el papel estratégico de la farmacia comunitaria en la promoción de la salud.
La indicación farmacéutica, el seguimiento de tratamientos y la educación sanitaria son ámbitos en los que, por su cercanía y accesibilidad, los farmacéuticos desempeñan un papel destacado. El autocuidado, explican desde el sector, no sustituye a la atención profesional, sino que la complementa, especialmente en el caso de enfermedades leves o en la gestión de patologías crónicas.
Alfabetización en salud
El
autocuidado no es solo una cuestión de voluntad individual, aunque esta sea necesaria. Según la “I Radiografía del Autocuidado de la Salud en España”, elaborada por la
Asociación Española para el Autocuidado de la Salud (Anefp), factores como la falta de conocimiento (43 por ciento), el tiempo disponible (34 por ciento) o los recursos económicos (34 por ciento) evidencian la necesidad de apoyo profesional y de políticas públicas que garanticen la equidad.
En este contexto, el consejo farmacéutico es una herramienta clave para guiar al ciudadano en prácticas de autocuidado. La farmacia comunitaria contribuye, además, a la alfabetización sanitaria y digital de la población, fomentando una comunicación clara con el paciente para evitar la automedicación o la falta de detección de síntomas que requieran atención médica.
Inequidad en el acceso a la salud
Aunque el autocuidado pretende empoderar al paciente, también puede
acentuar brechas sociales. Por ello, los farmacéuticos comunitarios, que conocen el entorno social y sanitario de sus pacientes, pueden detectar desigualdades y ofrecer apoyo personalizado. Esto incluye servicios como la organización de sistemas personalizados de dosificación, programas de cribado y prevención (control de glucemia o presión arterial) y asesoramiento en el uso responsable de medicamentos no sujetos a receta.
El farmacéutico, empoderando a la población en el conocimiento de su salud
En el ámbito del autocuidado, los
farmacéuticos ayudan a identificar síntomas, confirmar o descartar problemas y guiar al paciente en el uso de tratamientos adecuados. Siempre que exista una duda razonable, el profesional recomienda la consulta médica. La guía “Autocuidado de la salud y el farmacéutico comunitario” (2023) recopila intervenciones de la farmacia en problemas autolimitados como el insomnio, el control del peso o la diarrea aguda.
Desafíos y perspectiva de futuro del autocuidado
Fuentes del sector señalan que el futuro del autocuidado y la farmacia comunitaria pasa por integrar la equidad, la digitalización, la innovación en medicina personalizada y la sostenibilidad del sistema sanitario. En este escenario, el f
armacéutico seguirá siendo un agente cercano para orientar al ciudadano en el cuidado diario de su salud.
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