La generalización de los servicios profesionales tiene que encontrar un reflejo en las enseñanzas de grado



5 nov. 2014 16:52H
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Marcos Domínguez. Madrid

Eduardo Mariño.

La atención farmacéutica es uno de los conceptos que más está dando que hablar dentro de los farmacéuticos, y juega un papel fundamental en la propuesta técnica de de desarrollo del acuerdo marco que el Consejo General de Farmacéuticos firmó con el Ministerio de Sanidad. Sin embargo, su reflejo en la formación universitaria todavía es difuso, repartido entre asignaturas obligatorias u optativas, figurando de manera más o menos explícita en algunos planes de estudio.

Eduardo Mariño, catedrático de Farmacia Galénica de la Universidad de Barcelona, ha hecho una panorámica de la introducción de este concepto en los estudios de grado, y cómo se ha ido reflejando a través de los diferentes documentos, como el Libro Blanco del Título de Grado en Farmacia de la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación, donde, entre las 15 competencias básicas que los estudiantes deben adquirir se encuentra el “llevar a cabo las actividades de farmacia clínica y social, siguiendo el ciclo de la atención farmacéutica”, que se encuentra explícitamente en los planes de estudio de 12 de las 22 universidades españoles que ofertan el grado de Farmacia.

Mariño ha señalado que los itinerarios para el establecimiento de la atención farmacéutica, “se llame como se llame, se actualizan constantemente”, certificando que no es sostenible que los “estudios de cinco años de Farmacia solo sirva para entregar medicamentos”.

Miguel Ángel Gastelurrutia.

Por su parte, Miguel Ángel Gastelurrutia, representante del Foro de Atención Farmacéutica en la Farmacia Comunitaria, ha señalado que “la generalización de la Atención Farmacéutica es un objetivo común declarado de la profesión”, cuyo último hito ha sido la ‘Declaración de Córdoba’, presentada en el último Congreso Nacional Farmacéutico, a finales de octubre.

Sin embargo, también ha explicado que las competencias establecidas por la Orden CIN/2137/2008, por la que se establecen los requisitos para la verificación de los títulos que habiliten para la profesión de farmacéutico, no reflejan del todo las relacionadas con la atención farmacéutica. “Por ejemplo, la competencia de gestionar y liderar el entorno de trabajo no tiene correlación en la orden”. Sin embargo, ha concluido que no hacen falta nuevas competencias profesionales sino “saber cómo se evalúa la adquisición de las mismas”.

Shalom Isaac Benrimoj.

Los cambios, en las universidades nuevas

También ha sido invitado a la jornada Shalom Isaac Benrimoj, de la Universidad de Tecnología de Sidney (Australia), para dar una visión de la formación universitaria en este aspecto desde el punto de vista internacional. “Los cambios están pasando en las universidades nuevas, no en las clásicas”, ha constatado, dejando claro que la atención farmacéutica “no se puede meter en seis créditos en una optativa: profesión, estudiantes y sociedad exigen más”.

Ha aseverado que las competencias en este campo no se están enseñando a los estudiantes “como algo integrado”, y ha puesto como ejemplo su universidad, donde existen cinco asignaturas, además de prácticas tuteladas, que abordan la atención farmacéutica y los servicios profesionales.

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