La vicepresidenta del Cgcof, Marta Galipienzo.
Una atención a pacientes de calidad va unida siempre a
la buena conducta del profesional. Y es que una actuación fuera de los límites de la ética compromete el proceso asistencial, además de la reputación del sanitario e incluso de todo el gremio que representa. Motivo por el que existen
los códigos deontológicos. Una norma en la que quedan fijadas las obligaciones de necesario cumplimiento por los colegiados con vistas a que la intervención sea realizada con respeto a los derechos de los destinatarios de sus servicios. Una serie de parámetros que están vivos. Y es que los cambios constantes a los que se ve sometida la sociedad y el planeta hacen que estos documentos tengan que estar en reforma continua. Por ejemplo, la irrupción de avances tecnológicos como la
Inteligencia Artificial. Un punto en el que se trabaja en el seno del
Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (Cgcof), autores del articulado que regula el comportamiento de los titulados en Farmacia.
Una labor en manos de la comisión específica de Estatutos de la Profesión, encargada de la actualización del Código Deontológico. "El propio documento recoge
el compromiso de ser revisado cuando sea preciso para responder al objetivo de que sus previsiones se ajusten al contexto actual y puedan seguir guiando la conducta del conjunto de la profesión y sus actuaciones en beneficio de la sociedad", ha destacado la vicepresidente del organismo colegial y miembro de esta división, Marta Galipienzo, a
Redacción Médica.
Así, la mencionada comisión
no deja de estar pendiente de los acontecimientos, desafíos o amenazas que afecten al trabajo de los farmacéuticos. La
Inteligencia Artificial (IA) es uno de ellos y de los que más preocupa. "Ofrece muchas posibilidades y también puede incidir con fuerza en la prestación farmacéutica”, ha explicado Galipienzo. Así, esta ya es abordada en un capítulo del código deontológico centrado en "la comunicación y el uso de las nuevas tecnologías aplicadas en el ejercicio profesional". En este, ya avisa que el colegiado debe mantener las responsabilidades éticas en su empleo o conocer las condiciones de privacidad y confidencialidad de la herramienta.
"El Cgcof estudia el impacto de la IA y trabaja en el mejor aprovechamiento de la misma para la profesión"
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Sin embargo, este no es más que un enfoque que abarca todas las tecnologías. Es más, los puntos de este capítulo van más dirigidos a la teleasistencia, la receta electrónica o Internet. De momento, no hay menciones a la IA. Algo que
podría dejar de suceder en breve. "El Cgcof estudia el impacto de este instrumento y trabaja en el mejor aprovechamiento de la misma para la profesión", ha indicado la vicepresidenta de la entidad.
La IA está destinada a
cambiar el funcionamiento de oficinas de Farmacia y servicios hospitalarios. En concreto, esta tecnología puede
resolver dudas sobre pautas terapéuticas, al facilitar información sobre cualquier medicamento. No obstante, la valoración del profesional no puede ser sustituida por la de la máquina, ya que los datos proporcionados no siempre son correctos. Aspectos a tener en cuenta a nivel deontológico.
Otros puntos a abordar
Pese a que el acelerado camino de la tecnología es el asunto más remarcado por los responsables del Código Deontológico de la Profesión Farmacéutica, este
no es el único. "Siempre se detectan posibles aspectos de mejora y necesidades de adaptación que exijan el avance de la sociedad", ha recalcado Galipienzo.
Precisamente, una de estas podría ser la inclusión de la
diversidad sexual. Según indicaron fuentes del organismo colegial, "están abiertos a nuevas incorporaciones temáticas en el grupo de trabajo". De momento, en relación a
este elemento, el documento solo puntualiza que los farmacéuticos deben atender de igual manera a todos los pacientes, independientemente de su edad, género, nacionalidad o condición sexual.
Última reforma del Código
La última modificación del texto que rige la ética profesional de los farmacéuticos
data de 2023. Año en el que su articulado adquirió un tono más verde, ya que
el aspecto medioambiental ganaba peso en su estructura. "Esta cuestión ya estaba presente en el texto, a través de la gestión de residuos o la relación entre medioambiente y salud comunitaria. Pero decidimos ir más allá con nuestro compromiso", ha señalado Galipienzo.
De momento, el código deontológico de Farmacia es
el más avanzado en términos medioambientales. De esta forma, recoge que el profesional está obligado a procurar la correcta eliminación y destrucción de todo el material utilizado y la correcta gestión de residuos, además de dar asesoramiento e información a los pacientes sobre cómo depositar los envases y deshechos de los fármacos. Asimismo, deben de realizar labores de concienciación y sensibilización respecto a la incidencia del medioambiente en la salud de las personas y compartir el enfoque 'One Health', que aúna la salud del entorno, la ciudadanía y los animales.
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