"El Congreso Nacional Farmacéutico aporta conocimiento, futuro y unidad"

Reunir a la profesión para hacer balance de lo que se está haciendo y hacia dónde va encaminada la farmacia actual son los principales objetivos del Congreso Nacional Farmacéutico, que celebra su XXI edición en Burgos del 3 al 5 de octubre. “Espero que sea útil, que aporte conocimiento, futuro y unidad”, ha señalado Miguel López de Abechuco, presidente del Colegio de Farmacéuticos de Burgos, ciudad donde se celebra el evento.

El congreso cuenta con un temario muy amplio que abordará temas como el paciente oncológico, la recertificación de los profesionales, el sistema de verificación de medicamentos, atención sociosanitaria, el acceso a medicamentos innovadores, cómo aprovechar la red de farmacia, la distribución de medicamentos, etc. Este año, “contaremos con 150 alumnos de las universidades más cercanas para hablarles sobre las salidas profesionales”, ha adelantado el presidente del COF de Burgos.

---

"Tenemos que dedicarle más tiempo al paciente, es básico para el futuro"

---

El futuro de la farmacia

Para contribuir a un mejor futuro de esta profesión “es imprescindible estar actualizado”, reconoce López de Abechuco. Además, también ha destacado la importancia de buscar una farmacia más asistencial y comprometida con el paciente: “tenemos que dedicarle más tiempo al usuario, es básico para el futuro”.

La labor del farmacéutico “es primordial” porque conoce el medicamento y puede aconsejar al paciente porque los fármacos mal utilizados puede producir daños. El mayor reto al que se enfrenta el profesional es el de adaptarse y mejorar la asistencia: “Tenemos que adaptarnos y asegurarnos de que el paciente está bien atendido, con la mayor calidad posible y que tenga acceso a los medicamentos”.

La figura del farmacéutico

Muchos estudios han demostrado que la actuación del farmacéutico mejora la adherencia y eficacia de los tratamientos, así como la eficiencia del sistema sanitario. En esta línea, el presidente del COF de Burgos explica que “la actividad proactiva y reglada de los profesionales supone una mejora de la calidad de vida de los pacientes, así como un ahorro al propio sistema”.

El arsenal terapéutico es cada vez más complicado y la existencia de genéricos ha contribuido al sostenimiento del sistema pero también ha creado confusión entre los propios pacientes porque a veces hay que cambiarles el envase por desabastecimiento. “Aquí es cuando el profesional tiene que hacer una labor educativa para asegurar que el paciente entiende el cambio y que continúa con el tratamiento de manera adecuada”.