Farmacéuticos hospitalarios justifican la necesidad de personalizar el tratamiento en Oncología o salud mental

Profesionales de Farmacia Hospitalaria demuestran la necesidad de adaptar las terapias a las características individuales de cada paciente
Eduard Fort Casamartina (ICO), Eva María Legido Perdices (Hospital Arnau de Vilanova de Valencia) y Ana Rodríguez Vázquez (Complejo Hospitalario de Ourense).


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Oncología, salud mental y enfermedad inflamatoria intestinal. Tres áreas distintas donde se ha puesto de manifiesto la necesidad de individualizar los tratamientos farmacológicos para conseguir una Medicina de precisión que no solo mejore la eficacia, sino que también optimice la seguridad y la calidad de vida de los pacientes.Y es que varios profesionales de Farmacia Hospitalaria han compartido experiencias clínicas y estudios recientes en una mesa organizada en el 70º Congreso de la Sociedad Española de esta especialidad (SEFH), donde han demostrado la necesidad de ir más allá de los tratamientos estandarizados, adaptando las terapias a las características genéticas, fisiológicas y clínicas de cada paciente.

La mesa ha combinado investigación avanzada, experiencias de práctica clínica y un enfoque multidisciplinar por parte de tres especialistas para mostrar cómo la personalización de los tratamientos ha pasado a ser una realidad en distintos ámbitos de la medicina. Eduard Fort Casamartina, farmacéutico hospitalario en el Instituto Catalán de Oncología (ICO), ha comenzado su intervención profundizado en la individualización de tratamientos oncológicos.

Eduard Fort Casamartina, farmacéutico en el Instituto Catalán de Oncología (ICO).

Eduard Fort Casamartina, farmacéutico hospitalario en el Instituto Catalán de Oncología (ICO).


Individualización en Oncología


Casamartina ha recordado que el cáncer "no es una sola enfermedad, sino un conjunto de patologías que hoy conocemos mejor gracias al avance del conocimiento molecular". Según ha señalado, "la Medicina de precisión está completamente instaurada en nuestro día a día, pero de aquí a decir que estamos personalizando los tratamientos, realmente yo creo que teníamos que hacer un poco de reflexión". En este sentido, ha explicado que actualmente la personalización de la terapia oncológica se ha basado en factores como el peso, la edad o la función renal, y que, en muchos casos, las dosis se han establecido de forma fija y se ajustan únicamente ante toxicidades: "Personalizamos de forma reactiva, cuando el paciente ya ha presentado algún efecto adverso o no ha respondido como esperábamos".

También ha destacado el papel de la monitorización plasmática y los biomarcadores farmacocinéticos para ajustar la dosis en tratamientos como los inhibidores de tirosina quinasa o el 5-fluorouracilo, y ha recordado que "hay estudios que demuestran que, cuando medimos niveles y ajustamos según el paciente, la eficacia aumenta y la toxicidad disminuye". Además, ha señalado la influencia de factores como el sexo o la composición corporal en la respuesta terapéutica: "Sabemos que las mujeres, en algunos casos, tienen más toxicidad y, en ocasiones, mayor eficacia. También la sarcopenia o la masa muscular influyen en la morbilidad y la mortalidad de los pacientes oncológicos".

Finalmente, ha resaltado la utilidad de la inteligencia artificial en este proceso: "La Inteligencia Artificial nos puede ayudar. No solo debemos seleccionar ese fármaco que es preciso para esa mutación, sino también esa dosis que es característica para ese paciente con determinadas situaciones fisiológicas o características físicas y asegurar la mayor efectividad y menor toxicidad".

Salud mental y monitorización de psicofármacos


Por otra parte, Legido Perdices ha centrado su ponencia en la necesidad de aplicar la Medicina personalizada en salud mental, un ámbito donde "solo un 30 por ciento de los pacientes va a responder al tratamiento farmacológico". Por esta razón, ha subrayado que la práctica habitual de "dar la misma dosis a todos los pacientes sin considerar su perfil genético" es ineficaz y puede generar problemas de seguridad.

Ha explicado que las enzimas del citocromo P450, especialmente CYP2D6 y CYP2C19, tienen variantes genéticas que alteran la velocidad de metabolización de los fármacos, afectando la eficacia o la aparición de efectos adversos. "Los genes que van a codificar estas enzimas son altamente polimórficos, de manera que esto va a dar lugar a distintos genotipos metabolizadores. Los rápidos y ultrarrápidos, donde vamos a obtener a dosis habituales concentraciones menores y, por tanto, una falta de efectividad. Y los metabolizadores lentos o intermedios, donde vamos a obtener concentraciones más altas y, por tanto, una mayor presencia de toxicidad", ha detallado.

 Eva María Legido Perdices, farmacéutica en el Hospital Arnau de Vilanova (Valencia).

 Eva María Legido Perdices, farmacéutica en el Hospital Arnau de Vilanova (Valencia).


Durante su intervención, ha presentado un caso clínico de un paciente con esquizofrenia y agitación psicomotriz donde la integración de la farmacogenética y la monitorización plasmática ha sido decisiva. "Gracias a los resultados del estudio genético y al seguimiento de niveles, pudimos ajustar la medicación de forma individualizada, consiguiendo controlar la sintomatología y evitar efectos adversos", ha explicado.

Legido Perdices ha recalcado que "la farmacogenómica y la monitorización terapéutica de fármacos deben ser herramientas complementarias, no excluyentes", y ha señalado que la farmacia hospitalaria tiene un papel esencial en su implementación. "Los farmacéuticos hospitalarios debemos liderar la integración de estas estrategias para mejorar la efectividad y seguridad de los tratamientos en salud mental", ha apuntado.

Enfermedad inflamatoria intestinal y optimización del tratamiento


Finalmente, Rodríguez Vázquez ha abordado la individualización en enfermedad inflamatoria intestinal (EII), destacando que "actualmente es difícil predecir cómo va a responder el paciente al fármaco, porque existe una altísima variabilidad interindividual". Ha señalado que el número de moléculas disponibles ha aumentado en los últimos años, incluyendo tanto biológicos como pequeñas moléculas, y que la personalización del tratamiento requiere estrategias más precisas.

Ana Rodríguez Vázquez, farmacéutica del Complejo Hospitalario de Ourense especializada en enfermedad inflamatoria intestinal

Ana Rodríguez Vázquez, farmacéutica en el Complejo Hospitalario de Ourense.


La facultativa ha explicado que "factores como la albúmina, el peso, la presencia de anticuerpos o el estado inflamatorio influyen de forma decisiva en la farmacocinética del fármaco", y que, por ello, "la monitorización de concentraciones plasmáticas y la aplicación de modelos poblacionales permiten anticipar respuestas y ajustar la dosis según las características de cada paciente".

Para poner un ejemplo, ha compartido su experiencia en el Complejo Hospitalario de Ourense con fármacos como vedolizumab, mostrando cómo la monitorización proactiva ha permitido optimizar la eficacia y reducir la pérdida de respuesta. "Hemos visto que los pacientes con concentraciones adecuadas mantienen la remisión durante más tiempo y presentan menos efectos adversos", ha afirmado.

Finalmente, ha recalcado que "debemos optimizar el tratamiento de la EII para aumentar la tasa de respuesta y debemos individualizar según las características y los objetivos del paciente". También ha insistido en la importancia del trabajo conjunto: "Es muy importante trabajar mano a mano con los digestivos y tener un soporte multidisciplinar que permita tomar decisiones basadas en evidencia y en la realidad de cada paciente".

Un instante durante la mesa 'Personalización de la terapia farmacológica: factores para la optimización de resultados'

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