Estudiantes en una biblioteca.
Juanma Sánchez tenía claro desde pequeño que quería
ser médico, pero una mezcla de "malas decisiones", "inconsciencia" e incluso "falta de esfuerzo" torpederaron su camino para
entrar a Medicina. En 2014 no consiguió plaza en Alicante, su ciudad natal, y estudiar fuera nunca fue una opción viable por motivos económicos. Optó entonces por
Biología. "Era una formación orientada a mis inquietudes y las
salidas profesionales son infinitas. Sin embargo,
la empleabilidad es bastante inestable y salarialmente precaria salvo que tengas un expediente impecable", detalla a
Redacción Médica. Este hecho motivó su cambio de rumbo: "Graduarse en
Medicina supone asegurarte una reputación profesional y una estabilidad económica y laboral,sin considerar la trayectoria académica que puedes desarrollar".
Así, tras graduarse en 2018, decidió iniciar el Ciclo Superior de Técnico en Laboratorio Clínico y Biomédico como vía alternativa. "Si no conseguía acceder, al menos obtenía un
complemento laboral a mi carrera universitaria y rentabilizaba el tiempo", resume. "Es una vía bastante habitual junto con
Anatomía Patológica. A mi juicio, es más asumible que otras opciones como un máster o
repetir la PAU o Bachillerato", explica.
Esa FP le permitió presentarse a las asignaturas específicas con una base sólida, aunque no fue fácil:
repitió la PAU tres veces. "Lo más complicado fue la sensación de no productividad académica, como de parálisis personal", reconoce. A eso se sumó la presión del tiempo y el contexto del Covid, que disparó las
notas de corte de Medicina. "El factor suerte el día del
examen es crucial, y la competitividad por la pandemia fue enorme".
Su recorrido fue progresivo: en la
PAU de 2020 obtuvo un 12,992 y avanzó del puesto 500 al 72 en la Universidad Miguel Hernández, sin obtener plaza. Fue admitido en Albacete, pero lo rechazó por motivos personales. En 2021 alcanzó un 13,132. "Me admitieron en todas las facultades menos en la UMH. Me quedé a 48 puestos". Finalmente,
en 2022 logró un 13,418 para el acceso. Entré directamente, sin lista de espera", celebra.
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"En Biología había más competitividad tóxica, Medicina es mucho más cooperativa"
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De Biología a Medicina: otro ritmo, otro enfoque
Sobre las asignaturas, asegura que
no ha podido convalidar tantas aunque está "satisfecho" con el resultado. Eso sí, aunque contar con un grado previo le facilita la comprensión, no le resta horas de estudio. "Los conocimientos son extensos y hay que memorizar. A veces el detalle impide que los fundamentos se consoliden, y
muchas veces la culpa la tiene el profesorado".
Y es que pasar de una carrera a otra le ha supuesto un
cambio claro de metodología. "Biología es
más práctica, más manipulativa, mientras que Medicina tiene un carácter mucho más teórico. Como estudiantes
somos más observadores que participantes", explica. En este sentido, considera que la formación debería ser "más práctica, participativa e interactiva, prescindiendo de tanta clase magistral o temario tan específico difícil de abordar en un semestre".
Trabajar como médico
El hecho de haber entrar más tarde al grado también se nota. Sin embargo, aunque se lleve ocho años con sus compañeros, asegura sentirse integrado. "Noto menos competitividad tóxica que en Biología.
Medicina es más cooperativa", apunta. Además, destaca la riqueza de perfiles: "Hay enfermeros, biotecnólogos, gente de otras carreras e incluso un profesor de Química que tiene 50 años.
La diversidad te aporta mucho para tu futura labor como médico".
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"Encontrar trabajo como médico es más fácil que como biólogo, donde no hay salarios coherentes"
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La diferencia entre ambas salidas laborales es evidente. "
Obtener trabajo como médico es muchísimo más fácil que como biólogo. El empleo en salud nunca va a faltar. Es un sector necesario, altamente institucionalizado y con ofertas muy transversales", explica. En Biología, en cambio, la diversidad de salidas convive con una elevada incertidumbre. "Ser un profesional destacado no te asegura empleo estable
ni salarios coherentes. Hay mucha competitividad". Aun así, insiste en que un biólogo activo puede encontrar oportunidades.
Echando la vista atrás, su respuesta sobre si ha merecido la pena es rotunda: "
Sí merece la pena. El Juanma de 2014 no se imagina que el de 2022 cumpliría su sueño de jugar a ser médico". Cree que
Medicina ofrece reputación profesional, estabilidad económica y múltiples puertas abiertas en el ámbito de la salud. A su yo del pasado solo le daría un consejo: "Le diría que espabile, que apueste un pelín más por el esfuerzo, la autoestima, la disciplina y la constancia para no perder el primer tren, aunque el cuarto también llegue al destino final. Nunca es tarde, pero no te duermas. Y fundamental: disfruta el proceso".
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