El suicidio es la segunda causa de muerte externa en España y el 10% de los universitarios ha pensado en él

 Sandra Pérez, profesora de Psicología de la Universidad de Valencia, que habla de la relación entre el suicidio y estudiar Medicina
Sandra Pérez, profesora de Psicología de la Universidad de Valencia.


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Alrededor de 720.000 personas se suicidan cada año a nivel global según la Organización Mundial de la Salud, y en España los datos no son menos alarmantes: el último estudio del Instituto Nacional de Estadística, del año 2023, lo sitúa como la segunda causa de muerte externa, con 4.116 fallecimientos. Ante esta oleada, la Universidad de Valencia ha decidido tomar cartas en el asunto e impulsar la 'Guía de actuación ante conductas suicidas entre el estudiantado', con el fin de ayudar a los jóvenes que puedan estar pasando por una situación difícil, teniendo en cuenta que es una de las principales causas de muerte entre adolescentes y personas jóvenes adultas a nivel europeo.

Debido a que esta tendencia prolifera entre los jóvenes, las aulas de las facultades, como puede ser las de Enfermería o Medicina, pueden convertirse en el escenario de este tipo de ideaciones: “Nos hemos encontrado casos ya no solo de intentos, sino a veces de verbalizaciones de ideación. Es un problema que está ahí, con el que a veces se encuentran desde profesores hasta compañeros de clase, y en ocasiones se actúa casi de forma contraproducente”, explica a Redacción Médica Sandra Pérez, profesora titular de Psicología en la UV y una de las impulsoras de la estrategia en colaboración con el vicerrectorado de Sostenibilidad, Cooperación y Vida Saludable de la Universidad. “Los datos en general de ideación en universitarios en España son en torno al 10 por ciento”, expone la experta.

Una guía sencilla que indica cómo actuar


El plan, que Pérez ha desarrollado junto con Francisco Atienza, también profesor de Psicología en la Universidad, nace de la importancia de dar herramientas a la comunidad universitaria, sobre todo a los alumnos, a la hora de enfrentarse a estas situaciones: “Tiene el doble objetivo de dar pautas y visibilizar, con la idea de base de que hablando y preguntando podemos reenganchar a las personas a la vida. Podemos prevenir y derivar, también desestigmatizando”, sostiene la especialista. La guía tiene 12 apartados, entre los que se incluyen mitos sobre el suicidio, conceptos relevantes a tener en cuenta, planes de prevención y señales de alerta, entre otros.

Pérez hace hincapié en que no pretenden que todo el mundo actúe como un terapeuta, pero que “hay que saber qué hacer para no empeorar las cosas y cómo derivar”. En un momento en el que hay un auge de soledad no deseada, estos conocimientos se hacen imprescindibles: “Cuando creamos comunidades universitarias conscientes, de alguna forma estamos favoreciendo la conexión, el preocuparnos los unos por los otros. Y un factor de riesgo de conducta suicida muy frecuente es el no sentirse conectado a otros”, sostiene. 

La necesidad de comunicar para prevenir


La profesora de Psicología pone en valor el poder de la comunicación para la prevención del suicidio: “Hay que combatir el mito de que hablar de suicidio incrementa el suicidio. Es importante que, cuando alguien nos dé señales (de ideación suicida) que nos puedan parecer muy lejanas, aprendamos a formular preguntas que se hagan de forma directa”. Es por ello que la experta da especial importancia a escuchar y comunicarse empáticamente con la persona sin juzgarle, validando su experiencia de dolor. Además, advierte de que ante un momento de crisis aguda lo primero es llamar al 112 para que puedan intervenir los servicios de emergencia.“Intervenir en cualquier momento de la cadena es bueno y cuanto antes, mejor”, defiende.
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