Dos enfermeras trabajando en un hospital.
La
futura Ley de los Medicamentos y los Productos Sanitarios avanza en su proceso de definición. Mientras tanto, la ampliación del número de prescriptores de fármacos, continúa levantando ampollas. La posible inclusión de
Enfermería y
Fisioterapia entre las profesiones con capacidad para prescribir de forma autónoma, como ya ocurre en Medicina, Odontología y Podología, ha provocado una fuerte
polémica. En este contexto, el estudio
Integración de la fisiopatología y la farmacología en la formación de enfermería: percepciones de los estudiantes, resultados del aprendizaje e implicaciones para la competencia clínica pone el foco en la relevancia del conocimiento y la formación especializada para mejorar la efectividad y la piesta en práctica.
La “brecha de memorización” en Enfermería
En la investigación se señala un problema de base entre los estudiantes de
Enfermería: la asimilación práctica de los conocimientos farmacológicos. Y es que, aunque hay un nivel alto en la
comprensión de los conceptos teóricos , el estudio señala importantes dificultades a la hora de retener información clave para la práctica clínica. Solo el 62 por ciento de los estudiantes encuestados afirmó poder recordar con facilidad los
nombres de los fármacos, así como sus efectos secundarios y contraindicaciones. De este modo, casi el 40 por ciento del estudiantado reconoció tener
dificultades o se mostró neutral ante esta capacidad.
Queda al descubierto la llamada
“brecha de memorización”, vinculada a la dificultad del aprendizaje memorístico cuando no se apoya en estrategias específicas de retención y refuerzo. El estudio señala que, a pesar de que los estudiantes suelen superar sin somplicaciones asignaturas como la fisiopatología, la farmacología requiere un aprendizaje más sistemático, progresivo y sostenido en el tiempo para su
correcta aplicación en la práctica clínica. Esto es un problema frecuente en la formación en Enfermería a nivel global. Por tanto, se proponen algunas pautas clave para mejorar la situación.
¿Cuál es la solución a este problema?
El estudio señala que integrar la fisiopatología y la farmacología en una sola asignatura puede marcar un antes y un después en la formación de los
futuros profesionales de Enfermería. según se explica, este enfoque ayuda a los estudiantes a comprender mejor cómo se originan las enfermedades y de qué manera actúan los medicamentos, facilitando así su
aplicación en la práctica clínica diaria.
En consecuencia, permite a los alumnos establecer
conexiones claras entre la teoría y la realidad asistencial ya que, al entender el "por qué" de cada tratamiento, los estudiantes desarrollan un pensamiento más crítico y ganan seguridad a la hora de tomar decisiones clínicas. Sin embargo, no todo está resuelto.
Aún persisten
dificultades en la memorización de datos concretos, como los nombres de los fármacos o sus posibles efectos adversos, así como en la confianza clínica de algunos estudiantes. Para ello, se propone actualizar los planes de estudio e incorporar métodos de aprendizaje más activos y prácticos, como mnemotecnias, tarjetas de estudio, repetición espaciada y
simulaciones clínicas. Para terminar, la conclusión a largo plazo es apostar desde etapas tempranas por una
formación integrada y aplicada no solo para mejorar la competencia clínica, sino también para lograr una atención más segura y
de mayor calidad para los pacientes.
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