Redacción Médica analiza en un debate con expertas los retos y desafíos de la Enfermería en el ámbito sociosanitario

Jesús Mediavilla, Mar Rocha, Esmeralda Torralba y Susana Sánchez.


28 dic. 2020 19:10H
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POR JESÚS MEDIAVILLA
El peso de las graduadas en Enfermería en el espacio sociosanitario (que comprende el conjunto de cuidados destinados a aquellas personas que por sus especiales características precisan de una actuación simultánea de los servicios sanitarios y sociales) es fundamental. En un contexto de pandemia por el Covid-19, las enfermeras ofrecen su valor añadido en las sinergias de trabajo interdisciplinar e interinstitucional con la finalidad de frenar el avance de la enfermedad en la mejora de la atención.

Redacción Médica organiza un debate, en colaboración con el Colegio de Enfermería de Madrid (Codem) bajo el título “Las graduadas en Enfermería y el ámbito sociosanitario: retos y oportunidades”, en el que se analiza el cuidado de pacientes con Covid-19 en lugares como las residencias de mayores y los centros de discapacitados o centros de menores por parte de este perfil profesional.

El papel de las enfermeras en el cuidado de pacientes con coronavirus ha sido fundamental. ¿Es factible un nuevo modelo de cuidados tras la pandemia en el que las enfermeras ejerzan con plena autonomía su actividad de cuidados profesionales a todos los niveles? Se trata, a fin de cuentas, de un modelo centrado tanto en curar como en cuidar.

Mar Rocha Martínez, portavoz y adjunta a la Presidencia del Colegio Oficial de Enfermería de Madrid (Codem): Desde antes de la crisis provocada por la pandemia del Covid-19, reclamábamos desde el Colegio de Enfermería de Madrid una atención que tuviese en cuenta aspectos tan importantes como el envejecimiento de la población española, a la cual se le añade además un mayor grado de incidencia de enfermedades crónicas y de dependencia. Esto es un hecho que obliga al sistema sanitario a evolucionar hacia una asistencia tanto social como sanitaria, en la que los cuidados son el eje fundamental y que, en caso de las personas mayores, urge que reciban una atención adecuada, tanto en su casa como en un centro residencial.

Hemos visto también que la pandemia ha puesto encima de la mesa las necesidades y carencias que tiene la asistencia sociosanitaria y también la importancia de la humanización, de la comunicación o del bienestar de las personas, en especial de las más vulnerables. Pero también la necesidad de cuidar de los profesionales, así como de contar con estructuras materiales y de recursos suficientes.

Mar Rocha: "El cuidado debe ser el eje fundamental de la atención sanitaria".

Y por esta razón se ha hecho visible el papel de las enfermeras en todos los ámbitos, incluido, el sociosanitario. Hablando específicamente de las residencias, se ha manifestado la imperiosa necesidad de la plena implantación de la enfermera especialista en Geriatría.Precisamente, el cuidado de las personas mayores y con discapacidad requiere establecer sistemas de apoyo para estas personas, pero también para sus familias, para otros cuidados informales o para su entorno, y que sirvan para mejorar esa calidad de vida teniendo claro cuáles son los objetivos del paciente. Es aquí donde son fundamentales las enfermeras de cuidados generales e indudablemente también las especialistas, tanto de Atención Primaria, de Medicina Familiar y Comunitaria, como las de Geriatría.

Se requiere un modelo sanitario y social centrado en las necesidades de cuidados de las personas donde, en caso de las residencias y el cuidado de los mayores, estas personas sean consideradas también pacientes precisamente por la alta incidencia de las enfermedades crónicas. Y que se avance también hacia modelos que ofrezcan continuidad de cuidados y mayor calidad de vida para los enfermos crónicos, las personas dependientes o con discapacidad.

Susana Sánchez Martín, enfermera especialista en Geriatría y Gerontología: La pandemia ha dejado al descubierto el gran desconocimiento que hay de la Enfermería en los centros sociosanitarios. Las enfermeras en las residencias antes nos considerábamos menospreciadas, descuidadas, olvidadas y unas grandes desconocidas. Se ha visto que no existe una continuidad real de los cuidados porque estamos excluidas completamente, cuando nosotras abarcamos de los cuidados igual que nuestras compañeras de Atención Primaria. Somos enfermeras exactamente igual y abarcamos cuidados desde atención de prevención, promoción de la salud, cuidado, tratamientos de tipo hospitalario, cuidados paliativos, etc.

La crisis sanitaria ha dejado al descubierto todo eso. La gente no quiere venir a trabajar a las residencias porque se nos menosprecia. Se ha dejado al descubierto que no se cuida a quien nos cuida y que la atención tiene que estar centrada en el residente y a partir de ahí coordinarnos mejor, no porque dependamos de una Consejería u otra tiene que haber tantas diferencias en la atención.

Esmeralda Torralba Molina, secretaria de Organización de Semap (Sociedad de Enfermería Madrileña de Atención Primaria) y enfermera de Atención Primaria: Lo ha dicho la Organización Mundial de la Salud (OMS) infinidad de veces en sus informes: las enfermeras somos el recurso más eficiente para prestar cuidados, sobre todo, si nos centramos en personas frágiles y vulnerables como la población de la que estamos hablando en el ámbito sociosanitario.

Nuestras competencias hacen que las enfermeras sean las profesionales más adecuadas para prestar cuidados, pero no solo en estos colectivos, sino a toda la población y además de forma independiente al coronavirus. Por otro lado, respecto al tema del Covid-19, las enfermeras han estado dado formación en los centros sociosanitarios a los profesionales y a los directores de residencias. También han estado realizando las pruebas diagnósticas, sectorizando las residencias en zonas rojas en donde había casos activos con infección activa, en zonas amarillas donde se dejaban en cuarentena pacientes que todavía estaban en espera de resultados de estas pruebas diagnósticas, y en zonas verdes donde se han podido establecer zonas comunes para que no estuvieran recluidos en sus habitaciones innecesariamente.

Asimismo, las enfermeras estado ayudando a revisar los planes de contingencia junto a otros colectivos profesionales y han estado resolviendo dudas permanentemente de residencias y otros centros sociosanitarios respecto a los múltiples protocolos. Y, sobre todo, apoyando y dando soporte para que los pacientes no se encontraran solos. Después de todo lo que ha ocurrido, necesitamos recursos humanos y materiales suficientes, así como tiempo en nuestras agendas para poder intervenir de forma más cercana en los centros sociosanitarios. Necesitamos también poder prescribir legalmente productos sanitarios de nuestra competencia.

Hay voces que defienden que los servicios gerontológicos deben ser gestionados, es decir planificados y organizados, por una enfermera especialista en Geriatría y Gerontología. ¿Qué oportunidades supone esto para la Enfermería y más en un contexto de pandemia?

Mar Rocha: Más que una oportunidad para la Enfermería, es un derecho de las profesionales a su desarrollo profesional y un derecho de los pacientes a recibir los mejores cuidados. Esta complejidad de los cuidados enfermeros a nuestros mayores requiere un nivel de competencia profesional en cuanto a conocimientos, actitudes y habilidades específicas que precisamente fueron las que justificaron la creación de la especialidad ya recogida en el Real Decreto del 2005. Una especialidad que comenzó a implantarse en 2009 pero que todavía queda completar su implantación y su desarrollo completo en todos los centros hospitalarios o en las residencias, tanto públicas como privadas. Una cuestión que llevamos reclamando desde el Codem desde hace mucho tiempo y en la que no vamos a cejar nuestro empeño.

Recordemos que en las residencias, la enfermera no solo cuida de los pacientes, sino que lidera, define y formula la especificidad de la atención adaptada precisamente a la necesidad de cuidados de cada persona. Es responsable del proceso de cuidar y proporciona esa atención individualizada a cada residente paciente de forma sistemática y organizada. Y de este modo, lo que hacen las enfermeras son valorar las necesidades, las deficiencias, los recursos y las posibilidades para potenciar sus capacidades físicas y cognitivas según el grado de autonomía que tengan estos residentes pacientes. También es necesario reconocer el valor que aportan las enfermeras geriátricas en la coordinación sociosanitaria de los equipos y ahí deberían de estar plenamente también coordinadas con las enfermeras de Atención Primaria para dar esa continuidad asistencial.

Susana Sánchez: "Existe un problema para cubrir plazas de Enfermería en las residencias de mayores".

Ahora se ha visto la necesidad y el valor que pueden aportar a los cuidados y también el contar con un número suficiente de profesionales. Es una oportunidad de dar esa garantía de cuidados a las personas, a los pacientes y, especialmente, a las personas más vulnerables. Tiene que verse reconocido de alguna manera ese mayor desarrollo, con un mayor número de profesionales y con mejores retribuciones. Tienen que tener también acceso a una formación continuada y a la investigación. 

Ahora encontramos propuestas, como es sustituir enfermeras en las residencias que desarrollan su labor en geriátricos por otro personal, a través de la propuesta de creación de título de técnicos en Enfermería con la excusa de que no se encuentran enfermeras ahora mismo. Por el peligro que supone para la seguridad y salud de las personas, desde el Colegio de Enfermería de Madrid perseguimos estas propuestas de manera continuada.

Susana Sánchez: En el EIR salen muy pocas plazas de Enfermería Geriátrica, de modo que es muy complicado cubrir personal. De hecho, en mi residencia hay tres plazas de enfermera geriátrica que no son capaces de cubrir. Todo esto viene porque no se nos permite el desarrollo profesional y no nos consideran la carrera profesional. La gente no quiere venir a trabajar a las residencias, cuando el trabajo en ellas es Enfermería pura y dura.

Las enfermeras somos el núcleo del cuidado, somos las máximas responsables en muchísimas ocasiones y cubrimos desde asistir urgencias a valoraciones de dependencia, sumado a que ahorase nos está exigiendo que hagamos hasta las pruebas a los trabajadores. No podemos más. No se puede atender una residencia de 460 residentes con dos personas encargadas de ello. Así no puedo atender bien a mis residentes. Ahora mismo estamos peor que antes de la pandemia. Entonces, ¿qué calidad asistencial puede existir? Somos el eje de la planificación, de la organización y de la gestión. Por eso, ¿quién mejor que nosotras si somos quienes mejor conocemos sus necesidades?

Esmeralda Torralba: ¿Qué mejor profesional puede haber para gestionar los servicios Gerontológicos? Las enfermeras son las que más competencias tienen para gestionar estos centros. ¿Y qué puede ser más atractivo que ofrecer puestos de trabajo con seguridad, con unas retribuciones adecuadas, con un reconocimiento adecuado, con una visibilidad social y dándole la importancia que realmente tienen? Eso lo haría mucho más atractiva y, sobre todo, con cambios legislativos.

Imagen del debate "Las graduadas en Enfermería y el ámbito sociosanitario: retos y oportunidades".


Durante la primera ola del Covid-19, en las residencias españolas había tan solo una enfermera por cada 100 residentes. Este acontecimiento, ¿sucede por el descuido durante los últimos años o porque desde las administraciones no consideran a los usuarios como lo que son: enfermos crónicos?

Mar Rocha:
Es verdad que es un ámbito que tradicionalmente ha estado abandonado, no por la Enfermería, pero sí desde luego por las administraciones. En cuanto a la ratio de profesionales, existe una necesidad de contar con más enfermeras en todos los ámbitos, tanto asistenciales como sociosanitarios. La pandemia ha puesto esta necesidad aún más en evidencia y es algo que veníamos denunciando. Solamente en el 2019 hacían falta en Madrid solamente en el ámbito asistencial más de 11.000 enfermeras más en plantilla para poder cuidar de las personas en el ámbito sanitario. En el ámbito sociosanitario es todavía más.

El aumento de la carga de trabajo de las enfermeras en las residencias ha traspasado todas las barreras que cabe esperar. Las enfermeras somos los profesionales expertos y garantes del cuidado en toda la extensión de su significado de las personas mayores, el principal grupo de riesgo frente a la pandemia. Esto hace todavía más imperioso esa necesidad de contar con enfermeras suficientes para garantizar los cuidados. Hay que hablar de lo que nos hemos encontrado en las residencias, sobre todo en la primera ola de la pandemia. Todo se ha tenido que hacer en ausencia de sus familias, sin poder despedirse, solo contando con la enfermera que es siempre la que está, aunque desbordada ante la escasez de profesionales. 

Desde el Colegio de Enfermería hemos denunciado esta situación desde el principio de la crisis. Buena parte de lo que ocurrió que es la consecuencia de esa falta de medios y de profesionales que arrastramos desde hace lustros. Para ser realmente eficaces protegiendo a los más vulnerables, lo primero que hay que hacer es redimensionar esa ratio enfermera por paciente, no por número de camas o por número de residentes. Hay que tener en cuenta esa necesidad de cuidados y dependencia de cada residente, así como estos cuidados que son permanentes, 24 horas al día. En todos los turnos de trabajo debe contarse con enfermeras suficientes.

Es hora de asumir que esas personas no son solo residentes, sino que en su mayoría son pacientes. No podemos dar una atención sanitaria tal y como estamos haciéndolo ahora, sin medios, ni equipos de profesionales adecuadamente dimensionados. Hay que contar con una distribución adecuada de las mismas, dependiendo de los centros en los que estamos y en función de ese grado de dependencia. Y esa necesidad de cuidados para permitir el envejecimiento adecuado, para lograr la mayor autonomía de las personas, para mejorar su calidad de vida, para mejorar su acompañamiento y, en definitiva, su dignidad y el derecho que tienen estas personas a los mejores cuidados.

Esmeralda Torralba: "Es muy difícil atender adecuadamente si no hay coordinación sociosanitaria".

En España tenemos reconocida la especialidad de enfermera geriátrica, pero que es una especialidad que no está implantada. Realmente no se está contratando a las enfermeras que tienen la especialidad para trabajar como tal y para ejercer como tal. Y, desde luego, si lo están haciendo, no es bajo ese título y no retribuidas como tales. Nos falta ese desarrollo de una figura con plena capacidad para asesorar en todos los niveles sociosanitarios.

Susana Sánchez: Creo que depende mucho de los niveles de dependencia o de la cantidad de cuidados que necesite. Y eso se puede baremar perfectamente porque nosotros mismos lo hacemos en los centros. Yo he empezado a conocer un poco lo que es la gestión a raíz de todos los problemas que hemos estado teniendo. Siempre me he dedicado a cuidar y hacer mi trabajo lo mejor que he podido, por lo que no sé exactamente cuál sería la ratio adecuada, pero creo que eso se puede averiguar perfectamente.

Mar Rocha: Es muy difícil establecer un número fijo precisamente porque la valoración de la necesidad de cuidados va a diferir. Efectivamente, tendríamos que tener al menos fijado un mínimo para que se cumpliese o para obligar a las administraciones o a las empresas a cumplir un mínimo de profesionales por residentes pacientes.

Susana Sánchez: Se ha considerado los centros sociosanitarios más sociales que sanitarios, aunque la tendencia ahora es al revés, son más sanitarios que sociales. Evidentemente es su casa y así evitamos muchos traslados, porque es ahí donde están bien, pero para eso necesitamos recursos, tanto personales como materiales. Las residencias están muy deterioradas porque las administraciones han descuidado mucho la atención a la Geriatría.

¿Consideráis que es necesaria una mejor coordinación con los servicios sociales en las residencias?

Esmeralda Torralba: Sí, desde luego. Se están emitiendo protocolos constantemente y unos van a lo social y otros a lo sanitario y es muy complicado cuando no hay coordinación.

Por otro lado, es todavía más complicado cuando hablamos de si las administraciones consideran a los usuarios como enfermeros crónicos o no. Cuando la enfermera de Familia y Comunitaria que trabaja en la Comunidad con sus pacientes en sus domicilios, con sus familias, les cuidan y les realizan intervenciones, cuidamos a una persona o a unas cuantas personas de nuestro cupo. En las residencias se encuentran concentradas una gran población con esas necesidades y sí, son pacientes, la mayoría crónicos polimedicados y con muchas patologías de base. Entonces, no solo tiene que intervenir el ámbito social o no solo tiene que intervenir el ámbito sanitario, sino ambos coordinados. 

Lo que sí me gustaría decir referente a las ratios es que creo que el problema es multifactorial y que el inicio del problema tiene que ver con el modelo que hay en España de gestión de centros sociosanitarios, la gestión privada. La gestión privada hace que sea todo muy diferente: la mayoría de plazas son concertadas o privadas y esto es una dificultad añadida. Con la legislación vigente hay una normativa estatal y 17 regulaciones autonómicas. Esto crea muchísima desigualdad entre territorios. Se necesita unidad, no solo de centros sociales y sociosanitarios o de coordinación dentro de la propia autonomía, sino a nivel estatal.

Hay comunidades autónomas en las que sí se exige la presencia de una enfermera cuando se abre una residencia y creo que eso es a lo que tenemos que tender. No se trata de ratios, se trata de que exista de entrada. Y yo creo que estamos en una ocasión magnífica en la que hemos visto que la mayoría de residencias carecen de estos cuidados y yo creo que es el momento ideal para cambiar la legislación porque sin apoyo legal pues es muy complicado hablar de ratios.

Susana Sánchez: He trabajado en privada y ahora estoy en pública y creo que realmente la pública necesita mucha menos atención por parte de Atención Primaria. 

Esmeralda Torralba: Tenemos que tender es a fomentar igual que las personas el autocuidado, tenemos que fomentar que estas residencias se autogestionen, pero para eso necesitan invertir en recursos humanos y materiales.

Susana Sánchez: Ralentiza mucho el cuidado, porque a nivel administrativo no existe esa capacidad de autogestión.

Mar Rocha: Tiene que haber de presencia siempre enfermeras en los centros residenciales. La ratio será medible en función de esas necesidades, pero de presencia siempre y en todos los turnos de trabajo, eso como mínimo imprescindible. Luego se necesita esa autogestión de los centros, pero es imprescindible esa coordinación, fundamentalmente con Primaria.

Esa continuidad de cuidados es la que perdemos, es lo que nos hace ahora realmente falta es esa coordinación entre lo que hablábamos del ámbito sanitario y sociosanitario. Igual que desde Primaria se va a los domicilios, pero no para atender a las necesidades diarias o permanentes que tienen los residentes.

Susana Sánchez: Las analíticas, los INR, aunque están citados desde Atención Primaria, los realizamos nosotras. Y es absurdo. Nosotras nos podemos autogestionar perfectamente. Me parece también muy importante que esa coordinación, aunque sí que existe la figura de coordinación sociosanitaria, no está siendo realmente eficaz.

Mar Rocha: Esa es la coordinación real, no es tanto de enfermera a enfermera, de un ámbito u otro, sino esa coordinación de gestión de ambos servicios, asistenciales y sociosanitarios. De aquí es de donde tienen que partir las Consejerías de Sanidad, de Servicios Sociales y de Bienestar Social: que sean las que se coordinen precisamente para que no haya esa duplicidad de protocolos o de registros.

¿Cuáles son las principales funciones del profesional de Enfermería en el cuidado de pacientes con discapacidad intelectual y cuáles son los retos que deben abordarse de manera integral? 

Mar Rocha: No hay una variación de funciones que realizan unas enfermeras respecto a unas personas o poblaciones, sino que se aplican de otra manera, de una manera diferente. Lo que se pretende en todos los casos y, en este en concreto, es hacerles protagonistas de la atención que reciben y de su propia vida. Con el apoyo además de su entorno. No difieren tanto las técnicas que realizan otras personas, pero sí que pueden ser necesarios cuidados intermedios o cuidados más complejos donde la enfermera  sigue siendo la profesional que asesora y acompaña en todas las etapas de su vida.

Los retos en este tipo de asistencia, como ocurre en todo el ámbito sociosanitario, es dimensionar y distribuir a los profesionales de acuerdo con las necesidades de cuidados en todas las esferas de las personas con discapacidad y a lo largo de toda su vida, situándolas siempre en el centro de la atención, tanto social como sanitario.

Susana Sánchez: Los cuidados son los mismos, es un cuidado personalizado. Es verdad que en las residencias hay discapacitados intelectuales y funcionales. Pero todo eso necesita sus tiempos necesarios, preparaciones, coordinaciones, protocolos...  Pero es verdad que muchas veces no se sabe muy bien dónde encajar a la discapacidad intelectual. Al final todo se basa en los cuidados personalizados, al final es dedicación y tiempo y calidad de cuidados.

Las Enfermeras un colectivo que está infrarepresentado en los órganos de decisión o, incluso, silenciado. Síntoma de ello son algunas iniciativas como Nursing Now que tratan de visibilizar esta cuestión. ¿Estamos ante la década en la que las enfermeras finalmente jugarán un papel determinante en los sistemas sanitarios?

Esmeralda Torralba: Hay que individualizar los cuidados, centrarlos en el paciente y en sus necesidades, hacer una correcta valoración de todas ellas y, en función de ello, planificar las intervenciones que son las mejores y más adecuadas para conseguir los objetivos que nos planteamos y el pleno desarrollo de toda la funcionalidad. En definitiva, a gestionarse sus cuidados de forma un poco más independiente e implicar también en la medida de lo posible a las familias. Las enfermeras un colectivo que está infrarepresentado en los órganos de decisión o, incluso, silenciado. Síntoma de ello son algunas iniciativas como Nursing Now que tratan de visibilizar esta cuestión. ¿Estamos ante la década en la que las enfermeras finalmente jugarán un papel determinante en los sistemas sanitarios?

Mar Rocha: Desde la primera ola de la pandemia se hizo muy necesaria esa necesidad de contar con enfermeras suficientes y preparadas para asumir los retos de cuidados de los diferentes escenarios donde se han tenido que atender, muchas veces sin contar con los medios necesarios, ni materiales de protección, ni espacios, ni camas, ni otra serie de recursos. Las enfermeras en esta pandemia se han reinventado y se han adaptado en tiempo récord para que las personas compasen con la mayor y mejor atención que en estos momentos se podía proporcionar. Entendemos que es de justicia que se reconozca su compromiso permanente por el cuidado y el bienestar de las personas y pensamos que invertir en enfermeras es hacerlo en la salud de la población. Para ello, debemos contar con el respaldo de las administraciones, de las empresas sanitarias y sociosanitarias y de la sociedad en su conjunto. 

Es precisamente esa la pretensión que tiene la campaña Nursing Now en colaboración con el Consejo Internacional de Enfermeras y con la Organización Mundial de la Salud. Coincidiendo precisamente con el año 2020 -que ha sido el Año Internacional de la enfermera y la matrona- porque se celebraba el bicentenario del nacimiento de Florence Nightingale que se considera la fundadora de Enfermería Moderna. En esta campaña se perseguían objetivos como una mayor inversión para la formación de las profesionales de enfermeras, para su desarrollo profesional, la regulación legislativa o las condiciones en el empleo, que muchas veces no son ni retributidas, ni de tiempos, ni de ratios. Otros de los objetivos de esta campaña también era la difusión de las mejores prácticas, las más efectivas y las más innovadoras. Y ahí sí la pandemia nos ha hecho que se nos vea más.

Pero también esta campaña pretendía una mayor participación de las enfermeras en la política, de la salud de las personas, tanto a nivel regional como estatal. También se pedían más enfermeras en puestos de liderazgo, con más oportunidades de desarrollo en todos los niveles. Y hacer también a los responsables políticos que tiene que haber enfermeras que en esa toma de decisiones para tener mayor impacto. Es fundamental el papelque tenemos las enfermeras y creemos que este año se nos ha visto más pero que es importante contar efectivamente con las administraciones, con las empresas y con la sociedad en su conjunto.

Susana Sánchez: Necesitamos empoderarnos y dar valor a nuestro trabajo. Creo que más visible que ha sido ahora pues no lo va a ser nunca, por lo que hay que aprender de lo que ha ocurrido y que se nos dé el valor que merecemos.

Esmeralda Torralba: Es importante que participemos en puestos de gestión, en comités de expertos, que sigamos saliendo en los medios de comunicación pero, sobre todo, que las administraciones nos tomen en cuenta y que nos llamen para asesorar en lo que ellos no dominan como son los cuidados de Enfermería.

Conclusiones

Conclusiones del debate "Las graduadas en Enfermería y el ámbito sociosanitario: riesgos y oportunidades".

Mar Rocha: Ha llegado el momento de que se visibilice aún más el papel de la Enfermería por el trabajo que realiza y por lo que aporta a la sociedad. También poner en valor la necesidad de unos cuidados permanentes para los residentes y en un país con un envejecimiento cada vez mayor de la población, donde hay cada vez más enfermedades crónicas y más dependencia. Por eso, el papel de los cuidados es esencial en el presente y en el futuro.

Es el momento de apostar por la Enfermería en el ámbito sociosanitario porque existen unas ratios muy bajas de enfermera/paciente con unas retribuciones que no están acordes ni con su formación ni con su responsabilidad ni con la carga de trabajo que tienen. Es el momento también de la implantación real y efectiva de la Enfermería especialista en Geriatría, así como del resto de especialidades enfermeras. Otros aspectos que deben estar encima de la mesa son la prescripción enfermera para garantizar la continuidad de cuidados y permitir la dispensación de los productos sanitarios.

Susana Sánchez: Hay que poner en valor a la Enfermería sociosanitaria y que se nos permita el desarrollo profesional y que las citadas ratios que se mejoren. También reivindicar nuestro trabajo porque cuando te sientes menospreciada es muy duro, muchas veces más que los perjuicios económicos.

Esmeralda Torralba: Las enfermeras hemos trabajado durante la pandemia y seguiremos trabajando cuidando a personas frágiles, de edad avanzada, y también a toda la población vulnerable que nos necesite, vivan o no en sus domicilios o en centros sociosanitarios. Allí donde haya un núcleo de población vulnerable tiene que haber siempre enfermeras para cuidar a estas personas. Por otro lado, tiene que haber un cambio de orientación, y ahora es el momento, en lo que legislación se refiere y gestión de residencias. Debe dejar de ser un negocio lucrativo y que estos sean centros donde se ofrecen cuidados de calidad.
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