Los profesionales sanitarios deben conocer los circuitos y opciones disponibles ante estos casos



24 jun. 2015 11:21H
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Ricardo Martínez Platel. Madrid
La violencia de género no solo es un problema social, también lo es médico. Las agresiones conllevan un gran impacto sobre la salud dadas las consecuencias físicas y emocionales no siempre fáciles de identificar. El médico tiene, por tanto, un papel crucial en su detección y seguimiento.

Juan Martínez, director de la Fundación para la Formación de la OMC; Mónica Terán, vocal nacional de médicos en formación de la OMC; Leonor García de Vinuesa, médico de AP; Juan José Rodríguez Sendín, presidente de la OMC; Carmen Fernández, especialista en Medicina de Familia; y Miguel Lorente, profesor de Medicina Legal de la Universidad de Granada.

El médico en su consulta diaria puede encontrarse con signos y síntomas en sus pacientes que reflejen uno de estos casos. Es importante saber identificarlos y conocer los circuitos y opciones disponibles, así como el papel del facultativo en el abordaje multidisciplinar.

Miguel Lorente, profesor de Medicina Legal de la Universidad de Granada, ha destacado, en una jornada organizada en la Organización  Médica Colegial, que los profesionales no solo deben ocuparse de las consecuencias, sino como ha coincidido con el presidente de la OMC, Juan José Rodríguez Sendín, “deben ser sensibles al sufrimiento”, por lo que hay que apelar a la prevención, tratando de evitar que la víctima “se vea como responsable”.

Determinar que una conducta es violenta es uno de los primeros pasos, porque incluso con un parte de lesiones puede resultar que no lo es. El peso de la cultura tiene una relevancia destacable en este ámbito. Según Lorente,  “parece que el maltratador siguiera teniendo impunidad, porque de 600.000 situaciones de este tipo, solo hay condenas para el 4,8 por ciento y apenas el 15 por ciento generan partes de lesiones”.

Por su parte, Leonor García de Vinuesa, médico de AP, reconoce que muchas veces en las consultas no se ve más allá del maltrato físico, a pesar de que hay diferentes tipos basados en las desigualdades.  También ha reconocido que faltan herramientas para que los médicos estén más sensibilizados y formados en este aspecto.

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