Katharina Katit-Stäheli acepta 11 años de prisión tras aplicársele la eximente incompleta por alteración mental

La mujer que degolló a su hijo en el hospital: “Iban a experimentar con él”
Katharina Katit-Stäheli.


6 nov. 2017 15:50H
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POR REDACCIÓN
Katharina Katit-Stäheli, una ciudadana suiza acusada de degollar a su bebé de 10 meses en un hospital de Torrevieja (Alicante), ha admitido los hechos durante el juicio con jurado que ha comenzado este lunes. La mujer ha aceptado ser condenada a 11 años de cárcel.

Aunque la Fiscalía solicitaba en un principio 17 años de prisión para la mujer, ha decidido rebajar en seis años su petición por el trastorno adaptativo de personalidad que ésta padece, lo que sha supuesto la aplicación de la eximente incompleta por alteración mental.

En 2013, Katit-Stäheli huyó del hospital de Zúrich su hijo de 10 meses, Dylan Katit, que se encontraba ingresado en el centro a causa de la hidrocefalia que padecía desde que nació. Las autoridades locales le habían retirado la custodia del menor y la mujer decidió sacarlo de allí porque era partidaria de la medicina alternativa para tratar a su hijo.

La Guardia Civil la localizó el 22 de enero de 2014, un mes después de abandonar Suiza, en un centro comercial de Torrevieja. Fue detenida a instancias de la orden internacional emitida desde Zúrich y la retuvieron en un hospital de la localidad para que los médicos pudieran examinar al niño.

Sin embargo, alegando que deseaba darle un baño a su hijo, la mujer lo degolló antes de ser puesta a disposición de la Audiencia Nacional en el servicio de la habitación en la que se encontraba retenida por dos agentes y luego intentó suicidarse clavándose la hoja en el cuello, tal y como ha reconocido este lunes.

Según la fiscal del caso, un psiquiatra ha concluido que la acusada sufría un trastorno adaptativo de la personalidad que influyó en su voluntad y le impidió ver "otra salida" que no fuera matar al bebé. Por su parte, la Katit-Stäheli ha afirmado no recordar el suceso, pero ha asegurado que tenía miedo de que los médicos le quitara al niño para "experimentar con él".

Partidaria de la homeopatía y las medicinas hindú y china, la muijer renegaba de la medicina convencional y, de hecho, culpaba de la grave malformación de su bebé a un tratamiento para tratar una infección bucal al que fue sometida durante el embarazo.

"Al final tuve que irme del hospital porque me decían que tenían que hacerme un trasplante de piel, que podía morirme, y todo eran mentiras. Al día siguiente ya estaba bien y me curé a mí misma con medicina alternativa", ha relatado este lunes.
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