El fallo señala que "queda para la hipótesis si el adelanto del descubrimiento de la patología pudo modificar el destino final de la paciente"



10 sept. 2013 12:56H
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Redacción. Madrid
La sección número 10 de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) ha condenado a la Comunidad de Madrid a pagar 30.000 euros al viudo y cinco hijos de una paciente de 67 años  a la que se le diagnosticó con demora un cáncer.

Los familiares de la paciente alegaron que la demora de nueve meses en el diagnóstico de un carcinoma, provocada por un error de diagnóstico médico, influyó en el avance del carcinoma, consecuencias en el tratamiento y en la esperanza de vida de la paciente.

Según recoge la sentencia, los familiares alegaron que a la mujer se le diagnosticó un herpes zoster como causante de los dolores abdominales y torácicos que padecía sin habérsele realizado las pruebas diagnósticas oportunas, que la paciente solicitó de forma reiterada, y sin haber tenido en cuenta antecedentes familiares.

En el fallo, el juez considera acreditado que se produjo un retraso de diagnóstico, pero añade que, como exponen varios informes, incluido el de la inspección médica, "queda para la hipótesis si el adelanto del diagnóstico pudo modificar el destino final de la paciente".

Más adelante, indica que el propio informe del perito aportado por la parte demandante considera que el caso es una "pérdida de oportunidad" -hay probabilidad de que la actuación médica podría evitar el daño, pero no se puede afirmar con certeza-. Finalmente, el juez establece una indemnización por el daño moral a los familiares "subsiguiente a la descrita pérdida de oportunidad, puesto que no es posible asegurar cómo habría sido la evolución de la esposa y madre de los recurrentes y que no se pueden hacer conjeturas acerca de las posibilidades de recuperación de la paciente en caso de haberse realizado un diagnóstico y tratamiento precoz".

En enero de 2009, dado que la sintomatología se había agravado, la paciente acudió por al servicio de urgencias del donde, sin realizarle prueba diagnóstica alguna fue diagnosticada de "dorsalgia mecánica".

Diferentes diagnósticos en fechas posteriores que no lograron mejorar el estado de la paciente y tras reclamar la familia que se le realizara una tomografía por antecedentes de cáncer en familiares directos, la enferma fue citada sin carácter de urgencia para el día 1 de octubre de 2009.

Dicha prueba diagnóstica arrojó como resultado que la paciente padecía un carcinoma de célula grande de origen pulmonar en estadío IV, enfermedad que causó su fallecimiento el 30 de diciembre de 2010.

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