Una imagen de recurso de una ambulancia del Sescam.
José Antonio, médico en Camarena (Toledo) sufre una discapacidad del 77 por ciento tras los
daños neurológicos que le provocó en 2018 una paliza que le propinó un hombre en la madrugada del 14 de junio. El médico se desplazó a un domicilio para atender una herida en un ojo. Fue entonces cuando el hijo del paciente agredió a su progenitor y al médico, a quien golpeó con una barra de hierro, provocándole un
traumatismo craneoencefálico por el que tuvo que ser operado de urgencia.
Siete años después, el
Tribunal Supremo ha avalado que se absuelva penalmente, por una eximente de intoxicación plena debida al consumo de alcohol y drogas, a al agresor, que continuará internado en un centro de desintoxicación.
La sentencia del alto tribunal, que cuenta con el voto particular de dos magistrados, desestima los recursos interpuestos por la Junta de Comunidades de
Castilla-La Mancha y por el
Colegio de Médicos de Toledo contra la sentencia del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de esa región -del 14 de julio de 2022-, que modificó parcialmente la que había dictado la Audiencia Provincial, solo en lo referido a las indemnizaciones que sí debe afrontar el acusado. Además, impone las costas de estos recursos a ambos recurrentes.
Así el Supremo avala que se imponga al acusado la medida de seguridad consistente en permanecer, un máximo de 15 años, en un
centro de desintoxicación, sin ingresar en la cárcel porque se le aplica la eximente de intoxicación plena prevista en el artículo 20 del
Código Penal, y por lo tanto no responde penalmente de los delitos de asesinato en grado de tentativa, lesiones,
atentado a agente de la autoridad y daños que se le atribuían.
También respalda la decisión del TSJ de que el acusado indemnice con 950.000 euros al médico al que atacó y dejó con
graves secuelas, y a la
Dirección General de la Guardia Civil con 651 euros por los daños ocasionados al vehículo oficial.
Una pelea doméstica acabó en agresión al médico
La sentencia ratificada consideró probado que el acusado, que tenía antecedentes penales, mantuvo el
14 de junio de 2018 una discusión con su padre en su casa de la localidad toledana de Camarena. Le golpeó mientras le insultaba y daba golpes por la vivienda, por lo que su madre llamó al 112.
Al lugar acudió un médico del
Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam) al que el acusado golpeó con un palo de madera "sin darle tiempo a reaccionar" y "sin pronunciar palabra alguna", con la intención de acabar con su vida. No fue consciente de que era médico, según la sentencia.
El acusado siguió golpeando al médico cuando estaba en el suelo, inconsciente, según los hechos probados recogidos en la sentencia originaria, que describen las graves lesiones y secuelas que sufrió el facultativo: estuvo ingresado en una
clínica de neurorehabilitación más de un año y ha perdido autonomía para realizar actividades esenciales, por lo que necesita "supervisión continua" y tiene
reconocida una discapacidad del 77 por ciento.
La
enfermera que iba con el médico se tuvo que refugiar en la ambulancia, mientras el acusado cogió un cuchillo y amenazó a su padre, sin atender a los requerimientos de los
guardias civiles que iban llegando, a los que también dijo que iba a matar y contra los que arremetió, causando lesiones a varios. También apuñaló la ambulancia y dañó un coche policial.
Finalmente los agentes le redujeron y le trasladaron al hospital en estado de "
extrema agresividad", y tuvo que ser fuertemente medicado.
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