Ha resaltado que falsear una historia clínica es más grave que una mala praxis



29 nov. 2014 11:49H
SE LEE EN 7 minutos
Ricardo Martínez Platel / Imagen: Miguel Fernández de Vega. Madrid
José Manuel Maza, magistrado de la Sala 2ª del Tribunal Supremo, ha querido lanzar un mensaje de tranquilidad a los profesionales sanitarios puesto que aunque las reclamaciones son frecuentes, apenas hay sentencias que condenen a los facultativos.

¿Por qué cree que existe tanta alarma en el ámbito sanitario por las reclamaciones si apenas hay condenas?
A nadie le gusta sufrir la ‘pena de banquillo’. Si las querellas o denuncias se archivan inmediatamente o incluso no se admiten a trámite, la cuestión no generaría problemas. Sin embargo, como hay que hacer una investigación antes del posible archivo, o en algunas ocasiones llegar a sentencia, aunque sea absolutoria, la profesión médica y los sanitarios en general, están inquietos y preocupados por esta situación. Esa alarma debe de paliarse cuando uno se da cuenta y sabe que pocas son las sentencias condenatorias de las denuncias que se producen en casos de negligencias médicas.

Sin embargo, si es cierto se utiliza más la vía penal por el tema económico, ¿llega a ser abusivo?
El derecho de defensa es muy amplio. El ciudadano tiene derecho de acceso a los tribunales. Por lo tanto, hablar de abuso en términos generales creo que no. Si es cierto que hay algunas querellas que carecen de fundamento. Pero en cuanto haya una mínima posibilidad relacionados con imprudencias que deberían estar en el ámbito civil, pero que el paciente está en su derecho de intentar que se califique no como imprudencia levísima, sino leve, con lo que sería una falta. De todas formas, hay algo muy interesante en este momento como es que se está tramitando en el Congreso de los Diputados una reforma del Código Penal que suprime las faltas dentro de lo Penal. Y remite todas estas cuestiones al ámbito del Derecho Civil. Desde este punto de vista, solo quedaría reservado para las imprudencias graves el tratamiento dentro del Derecho Penal.

Cada vez llegan menos asuntos sanitarios al Supremo.
Siempre llegaron pocos, pero ahora muchos menos. Y los que estamos encontrando no son de imprudencias, que se resuelven en los juzgados de lo Penal y solo tiene recurso de apelación ante las audiencias provinciales. Se trata de penas que no tienen la suficiente gravedad como para llegar al Tribunal Supremo. Lo que vemos aquí son los delitos dolosos e intencionados, de falsedad, de vulneración del secreto profesional, no las imprudencias.

En el último año ha habido una sentencia en la que se ha condenado a un facultativo por un delito de falsedad documental en la historia clínica.
En este caso el facultativo por ocultar ciertos datos que evitasen un expediente administrativo no se le ocurrió otra cosa que falsificó la fecha en la que se había informado al paciente de una serie de intervenciones que se le habían de hacer, diciendo que había rechazado esas propuestas. Para cubrirse de cara a un expediente, que no hubiera tenido demasiadas consecuencias, con la falsedad cometió un delito grave. Porque se trataba de un funcionario público, que cometió un delito de falsedad en un documento oficial, como es la historia clínica. La desproporción de la actuación del médico es algo que llama atención, por eso esta sentencia debía conocerse y divulgarse entre los profesionales sanitarios para evitar situaciones similares.

¿Esta conducta puede llegar a ser peor que una mala praxis para los intereses del médico?
Así es. La mala praxis podría haber llegado al ámbito penal, que hubiera sido dudoso, habría sido una simple imprudencia, pero falsificar un funcionario público intencionadamente un documento público es un delito de gravedad.
Otra sentencia, relevante ha sido una relacionada con el secreto médico.

En este caso, se trataba de un facultativo que trabajando para una compañía aseguradora detectó que se estaban produciendo irregularidades que intentó denunciar ante la Fiscalía. Se estaba implantando un material defectuoso a los pacientes y recogió hasta 300 fichas para tener material y demostrarlo. Pero fue acusado de un delito de revelación de secretos del que fue absuelto, al entender que en su actuación incurrió en un error de prohibición, ya que él no sabía que eso estaba prohibido porque lo que quería era denunciar esos hechos y pensaba que estaba actuando correctamente.

Ambas coinciden en la falta de conocimiento de aspectos legales. ¿Sería conveniente que los profesionales tuvieran más formación en temas jurídicos?
Efectivamente. El desconocimiento quedó patente en ambos casos. En el segundo caso le vino bien y el tribunal corroboró que no lo sabía. Creía que estaba justificado por la finalidad de denuncia. Llevo muchos años dedicado a temas que relacionan Derecho y Medicina y puedo decir que la avidez que tienen los médicos en esta materia es muy relevante. Los médicos tienen un altísimo grado de conocimiento de estos problemas. El profesional que quiere formarse en este sentido, tiene amplias oportunidades.

¿Cuáles son las principales dificultades que encuentran a la hora de valorar un caso relacionado con el Derecho Sanitario?
Además de aspectos técnicos de la propia profesiones que los jueces no conocemos, por lo que se precisa el auxilio de peritos, en los temas médicos destaca la complejidad de los conflictos de bienes y valores jurídicos esenciales que se dan. Muchas veces son choques de intimidad contra la salud que plantean situaciones de difícil solución. Es lo que hace que el Derecho Sanitario sea apasionante. En ocasiones, te deja la insatisfacción y la duda de si lo que estás planteando es lo correcto o no. Este es uno de los factores que a la hora del enjuiciamiento de los médicos se tiene en cuenta.  Por eso con frecuencia las denuncias son archivas, por el elevado grado de complejidad de la materia sanitaria.

Es frecuente verle en foros sanitarios, ¿cuándo surge su vinculación?
En mi familia hay muchos médicos. Yo hubiera sido desde ebanista a ingeniero naval, pero nunca quise dedicarme a la Medicina. Y no recuerdo quién me pidió que diera una charla sobre imprudencias médicas hace más de 30 años. A partir de ahí me fue interesando y la Psiquiatría me gusta especialmente. He invertido miles de horas en estos temas.

¿Por dónde cree que pasa el futuro del Derecho Sanitario?
Estarán marcados por las nuevas tecnologías. Va a haber un campo inmenso de tratamiento jurídico. Desde el punto de vista Penal, una cuestión clave será la aprobación de la reforma del Código Penal, que suprimirá las faltas de imprudencia. Si se despenalizan las faltas por imprudencia en el tema médico puede ser una medida muy buena para evitar reclamaciones penales. Pero puede darse que se empiecen a considerar graves para que lleven este camino porque un paciente que se considere perjudicado tiene la ventaja de que el perito es el médico forense y no le cuesta dinero.  Y si va por lo Civil hay que empezar por pagar tasas y un perito. El legislador, para el supuesto de las imprudencias, debería arbitrar un procedimiento que sea Civil, pero con la especialidad de que siga proporcionándose una prueba gratuita a través de los forenses.
Las informaciones publicadas en Redacción Médica contienen afirmaciones, datos y declaraciones procedentes de instituciones oficiales y profesionales sanitarios. No obstante, ante cualquier duda relacionada con su salud, consulte con su especialista sanitario correspondiente.