La mayoría de las mujeres que tienen un hijo con cardiopatía congénita no son diabéticas

Un exceso glucémico al inicio del embarazo daña la salud cardiaca del feto
Según una investigación de la Universidad de Stanford en Estados Unidos.


2 ene. 2018 18:30H
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Los niveles altos de azúcar en sangre durante las primeras fases del embarazo aumentan el riesgo de que el bebé desarrolle problemas cardiacos congénitos, incluso aunque las madres no tengan diabetes.

Esta conclusión procede de una investigación llevada a cabo por la Universidad de Stanford (Estados Unidos), la primera en analizar el impacto de los niveles de azúcar en sangre durante la primera etapa de la gestación, en la que se está formando el corazón del feto.

Desde hace tiempo se sabe que las mujeres con diabetes tienen más riesgo de dar a luz a bebés con problemas cardiovasculares, pero algunos estudios también han apuntado a esta relación en madres no diabéticas. De hecho, el autor principal del estudio, James Priest, ha asegurado que "la mayoría de las mujeres que tienen un hijo con cardiopatía congénita no son diabéticas".

8 por ciento más de riesgo cada 10 mg

El problema, según ha señalado, es que aunque en la actualidad las embarazadas se someten a una prueba oral de tolerancia a la glucosa para determinar si tienen diabetes gestacional, esta prueba se realiza mucho después de que se haya formado el corazón del feto.

Durante su estudio, Priest y su equipo analizaron los registros médicos de 19.107 parejas de madres y sus bebés, nacidos entre 2009 y 2015, para evaluar toda la atención durante el embarazo, incluidos los análisis de sangre y cualquier diagnóstico cardíaco realizado antes o después del parto.

Los resultados mostraron que el riesgo de dar a luz a un niño con un defecto cardíaco congénito se elevó en un 8 por ciento por cada aumento de 10 miligramos por decilitro en los niveles de glucosa en sangre en el primer trimestre del embarazo.

El próximo paso en la investigación es realizar un estudio prospectivo que siga a un gran grupo de mujeres durante el embarazo para ver si los resultados se confirman, según ha apuntado Priest. Si los investigadores ven la misma relación, podría ser útil medir la glucosa en sangre al principio del embarazo en todas las mujeres para determinar un posible riesgo cardiaco
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