Un nuevo estudio sondea esta relación y el riesgo de muerte, pero los investigadores también admiten carencias
Marie-Pierre St-Onge, profesora de medicina nutricional en la Universidad de Columbia y presidenta del grupo de trabajo de la AHA sobre salud del sueño.
El uso crónico de melatonina, la hormona más popular para conciliar el sueño, apunta a tener consecuencias mucho más serias de lo que se pensaba. Un estudio que se presentará en las Scientific Sessions 2025 de la Asociación Americana del Corazón (AHA), que se celebran del 7 al 10 de noviembre en Nueva Orleans, ha observado que las personas con insomnio que toman melatonina durante más de un año presentan un riesgo casi duplicado de morir por cualquier causa y una probabilidad significativamente mayor de desarrollar insuficiencia cardíaca o requerir hospitalización por esta enfermedad.
La investigación, liderada por Ekenedilichukwu Nnadi, del SUNY Downstate/Kings County Primary Care de Nueva York, analizó los historiales clínicos de 130.828 adultos diagnosticados con insomnio, con una edad media de 55,7 años y un 61,4 % de mujeres. Los datos proceden de la base internacional TriNetX Global Research Network, que agrupa millones de registros médicos anonimizados. De esa cohorte, 65.414 personas habían tomado melatonina durante al menos doce meses, mientras que para el resto no figuraba en su historial médico. Ambos grupos se emparejaron en función de 40 variables clínicas, demográficas y terapéuticas.
Los investigadores hallaron que, en un periodo de cinco años, los que tomaban melatonina presentaban un 4,6% de diagnósticos nuevos de insuficiencia cardíaca frente al 2,7% entre quienes no la tomaban, lo que supone un incremento del 90 % en el riesgo. Además, el 19% de los consumidores de melatonina fue hospitalizado por insuficiencia cardíaca, frente al 6,6% del grupo de comparación, y la mortalidad global fue del 7,8% frente al 4,3%, es decir, casi el doble. En un análisis adicional, restringido a quienes habían recibido al menos dos prescripciones separadas por más de 90 días, el riesgo de insuficiencia cardíaca seguía siendo un 82 % superior.
Es decir, quienes tomaron melatonina de forma prolongada tuvieron casi el doble de probabilidad de morir durante el seguimiento que los que no la usaron.
“Los suplementos de melatonina podrían no ser tan inocuos como se suele creer. Si nuestro estudio se confirma, esto podría influir en cómo los médicos aconsejan a sus pacientes sobre los somníferos”, señala Nnadi en el comunicado de la AHA. La especialista Marie-Pierre St-Onge, profesora de medicina nutricional en la Universidad de Columbia y presidenta del grupo de trabajo de la AHA sobre salud del sueño, advierte: “Me sorprende que los médicos la prescriban durante más de 365 días, ya que no está indicada para el tratamiento del insomnio. No debería tomarse de forma crónica sin una indicación adecuada”.
¿Por qué la melatonina ayuda a dormir?
La AHA recuerda que la melatonina, segregada por la glándula pineal, regula el ciclo sueño-vigilia y que sus versiones sintéticas, químicamente idénticas, se comercializan ampliamente sin control de dosis ni pureza, especialmente en Estados Unidos, donde se venden como suplementos dietéticos sin supervisión farmacéutica.
Los autores insisten en que el estudio es observacional y no permite establecer una relación causal entre la melatonina y los eventos cardiovasculares. Reconocen además limitaciones como la falta de información sobre la dosis, la gravedad del insomnio o la presencia de otros trastornos psiquiátricos. Aun así, los resultados plantean dudas sobre la seguridad del uso prolongado de una sustancia percibida como natural y segura, y abren la puerta a nuevas investigaciones que determinen si la melatonina crónica puede ser un factor de riesgo cardiovascular inadvertido.
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