Dos moléculas de ARN encierran la clave de esta reprogramación



23 oct. 2014 13:37H
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Redacción. Madrid
Científicos de Saint Louis (Estados Unidos) han hallado la manera de reconvertir células de la piel en neuronas espinosas medias, lo cual beneficiaría sobremanera a pacientes de enfermedades neurológicas como el Corea de Huntington o baile de San Vito, una grave alteración neuromotora que provoca movimientos de extremidades involuntarios, incapacitantes y de evolución progresiva en el tiempo.

Andrew S. Yoo, profesor de Biología.

La razón de tal beneficio estriba en que, en estos pacientes, ese tipo de neuronas son las primeras que destruye o altera la enfermedad, de modo que, si existe la posibilidad de suplirlas o reemplazarlas con otras de nueva cuña, parte de los síntomas remitiría o mejoraría. De hecho, la técnica permite obtener el nuevo tipo celular por medio de una reprogramación de su función que no precisa del cultivo de células madre como paso previo.

Esta conversión, según reconocen los autores en la revista Neuron, elude asimismo la producción de varios tipos de células (como sucede en otras técnicas de reprogramación celular). Además, han demostrado que estas células eran capaces de sobrevivir al menos seis meses después de ser inyectadas en el cerebro de ratones.

“No sólo sobrevivieron en el cerebro del ratón, sino que mostraron propiedades funcionales similares a las de las células nativas”, según ha reconocido Andrew S. Yoo, profesor de Biología y uno de los autores del estudio.

Los pacientes con Corea de Huntington viven alrededor de 20 años desde que comienzan a aparecer los primeros síntomas, que van empeorando de forma paulatina con el tiempo e incluyen deterioro cognitivo en la edad adulta.

Uso de células de la piel humanas

Los investigadores utilizaron células humanas adultas de la piel, en lugar de células de ratón o incluso células humanas en una etapa más temprana de desarrollo. En lo que respecta a futuras terapias, la capacidad de convertir células adultas permite la posibilidad de usar las propias células de la piel de un paciente, que son fácilmente accesibles y no serán rechazadas por el sistema inmune.

Para reprogramarlas, Yoo y su equipo pusieron las células de la piel en un entorno que imita el ambiente de las células cerebrales. Para ello, sabían por trabajos anteriores que la exposición a dos pequeñas moléculas de ARN podrían convertir células de la piel en una mezcla de diferentes tipos de neuronas.

En una célula de la piel, las instrucciones de ADN para saber actuar como una célula cerebral o cualquier otro tipo de célula, están cuidadosamente empaquetadas y no se usan.

Gracias a dos ‘microarn’

En una investigación previa publicada en la revista Nature, Yoo y su equipo descubrieron que la exposición a dos microARN llamados miR-9 y miR-124 altera la maquinaria que regula dicho empaquetamiento. Aunque los investigadores todavía deben desentrañar los detalles de este proceso complejo, estos microRNA parecen ser capaces de abrir las secciones más herméticas de ADN, algo importante para convertirse en células del cerebro y lograr la expresión de los genes que regulan el desarrollo y la función de las neuronas.

Los investigadores comenzaron a refinar las señales químicas y a  exponer las células a unas moléculas adicionales llamadas factores de transcripción, que sabían que estaban presentes en la parte del cerebro donde estas neuronas son más comunes.

“Creemos que los microARN son los que realmente están haciendo el trabajo más importante para lograr que estas células se conviertan en neuronas”, ha reconocido Matheus B. Victor, también autor del estudio, que ha precisado que al añadir factores de transcripción se pueden conseguir subtipos específicos.
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