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Durante el año 2020 se han publicado diferentes estudios que sugieren que las persona con obesidad tienen más riesgo de desarrollar una enfermedad más grave por coronavirus. En concreto, muestran que la obesidad es un factor de riesgo para la hospitalización, el ingreso en UCI y el desarrollo de consecuencias graves que llevan a la muerte en caso de desarrollar Covid-19.
Un artículo publicado por The British Medical Journal (BMJ) señalaba en junio que existe evidencia creciente que indica que la obesidad es un factor de riesgo independiente para enfermedades graves y muerte por Covid-19. Según los investigadores, hay "múltiples mecanismos podrían explicar la relación entre obesidad y Covid-19, entre ellos la enzima convertidora de angiotensina-2 (ACE-2), es decir, la transmembrana que el SARS-CoV-2 usa para la entrada celular, y que existe en grandes cantidades en personas con obesidad”.
También se han publicado estudios que sugieren que la obesidad podría ser un factor muy importante a tener en cuenta en las personas más jóvenes.
Otro artículo, publicado en julio también en la BMJ, hacía hincapié en que la obesidad altera la respuesta inmunitaria protectora a la infección por virus y a la vacunación, como ocurre con la gripe, a través de alteraciones de la inmunidad celular.
"Un IMC (índice de masa coroporal) más alto se asocia con una mayor disminución en los títulos de anticuerpos 12 meses después de la vacunación y el deterioro de la activación de las células T CD8 + y las respuestas funcionales a la exposición al virus de la gripe ex vivo", señalaban. "Además, los adultos vacunados con obesidad tienen el doble de riesgo de contraer gripe a pesar de la misma respuesta serológica que los adultos de peso saludable", añadían.
Los expertos también señalan que la obesidad normalmente se relaciona con otras enfermedades como la diabetes tipo 2, la hipertensión arterial y las enfermedades cardiovasculares. Todas ellas se sabe que determinan un peor pronóstico frente a la infección por Covid-19.
Además, y de forma especial entre las personas con obesidad abdominal, hay una más dificultad respiratoria por disminución del volumen de reserva respiratoria, resistencia al flujo aéreo y dificultades de movilización de la caja torácica. Esto facilita que se produzca una insuficiencia ventilatoria que puede empeorar la progresión del Covid.
Por último, la obesidad también se asocia a un mayor riesgo de trombosis, otro factor que implica en una peor evolución en el caso de infección por Covid-19.
Un artículo publicado por The British Medical Journal (BMJ) señalaba en junio que existe evidencia creciente que indica que la obesidad es un factor de riesgo independiente para enfermedades graves y muerte por Covid-19. Según los investigadores, hay "múltiples mecanismos podrían explicar la relación entre obesidad y Covid-19, entre ellos la enzima convertidora de angiotensina-2 (ACE-2), es decir, la transmembrana que el SARS-CoV-2 usa para la entrada celular, y que existe en grandes cantidades en personas con obesidad”.
También se han publicado estudios que sugieren que la obesidad podría ser un factor muy importante a tener en cuenta en las personas más jóvenes.
¿Son inmunes al Covid las personas obesas?
Otro artículo, publicado en julio también en la BMJ, hacía hincapié en que la obesidad altera la respuesta inmunitaria protectora a la infección por virus y a la vacunación, como ocurre con la gripe, a través de alteraciones de la inmunidad celular.
"Un IMC (índice de masa coroporal) más alto se asocia con una mayor disminución en los títulos de anticuerpos 12 meses después de la vacunación y el deterioro de la activación de las células T CD8 + y las respuestas funcionales a la exposición al virus de la gripe ex vivo", señalaban. "Además, los adultos vacunados con obesidad tienen el doble de riesgo de contraer gripe a pesar de la misma respuesta serológica que los adultos de peso saludable", añadían.
¿Qué riesgos acompañan a la obesidad?
Los expertos también señalan que la obesidad normalmente se relaciona con otras enfermedades como la diabetes tipo 2, la hipertensión arterial y las enfermedades cardiovasculares. Todas ellas se sabe que determinan un peor pronóstico frente a la infección por Covid-19.
Además, y de forma especial entre las personas con obesidad abdominal, hay una más dificultad respiratoria por disminución del volumen de reserva respiratoria, resistencia al flujo aéreo y dificultades de movilización de la caja torácica. Esto facilita que se produzca una insuficiencia ventilatoria que puede empeorar la progresión del Covid.
Por último, la obesidad también se asocia a un mayor riesgo de trombosis, otro factor que implica en una peor evolución en el caso de infección por Covid-19.
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