Gracias la sangre obtenida mediante las donaciones se pueden hacer frente a
numerosos tratamientos de muchas enfermedades. Se emplea para el tratamiento de algunos tipos de cáncer, en intervenciones quirúrgicas,
trasplantes de órganos o tratamientos ante accidentes, hemorragias o quemaduras. Sin embargo, no todos los tipos de sangre sirven para todas las personas.
La mezcla de algunos tipos de sangre que
no son compatibles resulta nocivo, por lo que es importante conocer el grupo sanguíneo del paciente antes de realizar cualquier tratamiento con transfusiones de sangre.
Las personas que poseen un tipo de
sangre 0 positivo pueden donar a aquellos que tengan
A positivo, B positivo, AB positivo y también a otros
0 positivo. Sin embargo, a la hora de recibir una transfusión, solo pueden recibir la sangra del tipo 0, tanto positivo como negativo.
A la hora de recibir un
trasplante de órganos la norma apilable es la misma. Sin embargo, un estudio reciente ha demostrado que
es posible convertir el tipo de sangre de forma segura en los órganos de los donantes destinados al trasplante.
Lansteiner descubrió los grupos sanguíneos
Fue en el año 1900 cuando el patólogo Alemán Karl Landsteiner mezcló sangre de diferentes pacientes descubriendo que
algunas eran compatibles y otras no. En sus investigaciones, determinó que en la superficie de los hematíes había dos tipos de proteínas marcadoras o antígenos a los que denominó A y B.
Además, observó que el plasma contiene
dos tipos de anticuerpos que reaccionan con las proteínas de los glóbulos rojos a los que llamó anticuerpos Anti-A y Anti-B. Así se establecieron los cuatro tipos de grupos sanguíneos existentes.
Gracias a esa clasificación se estableció la compatibilidad entre los distintos grupos según
las reacciones que se observaban. Los anticuerpos que posee cada grupo sanguíneo reacciona cuando se introducen en el torrente sanguíneo hematíes con antígenos ‘extraños’.
Por qué mi sangre solo vale para ciertos grupos sanguíneos
Landsteiner descubrió, en 1940,
el factor Rhesus durante sus experimentos con macacos Rhesus. Este sistema comprende varios antígenos, el más importante es el factor D que se encuentra en la sangre del 85 por ciento de las personas, que se denominan
Rh positivas, mientras que el 15 por ciento restante que carece de este factor, son Rh negativas.
Las personas se clasifican, por ejemplo, como 0 positivas o AB negativas, basándose en los grupos AB0 y en el Rh. De esta manera, cuando se va a realizar una transfusión hay que tener en cuenta la
compatibilidad de los dos factores.
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