Diccionario de enfermedades

Melasma

Imagen de una mujer con un melasma en la cara

¿Qué es el melasma y cómo se quita?


El melasma, cloasma o paño es una afección dermatológica que se manifiesta con manchas en la piel de un tono marrón claro o, en cualquier caso, más oscuro que el tono de piel. Esta hiperpigmentación de la piel suele aparecer en las zonas expuestas al sol como la cara (pómulos, nariz, frente, o labio superior-bigote) y es más frecuente en mujeres (90% de los casos).

Se trata de un problema relativamente común y no tiene mayores consecuencias que las estéticas que, no obstante, pueden provocar problemas de autoestima y rechazo a mostrar estas zonas con hipermelanosis. El melasma suele ser una afección crónica, aunque se suele quitar con el tiempo de forma espontánea. En raras ocasiones se mantiene después de la menopausia, pero también se pueden dar casos en los que se necesiten tratamientos para eliminar las manchas que detallaremos a continuación en este mismo artículo.

Tipos de melasma: la “máscara del embarazo”


A pesar de que en los últimos años también ha aumentado el número de diagnósticos de melasma en hombres, este trastorno tiene una prevalencia mucho mayor en las mujeres, especialmente durante el embarazo debido a las alteraciones hormonales que éste conlleva. De ahí que también se conozca al melasma como “máscara del embarazo”, ya que se suele manifestar en hasta el 50 por ciento de las mujeres gestantes (melasma gravídico o cloasma gestacional).

Los tipos de melasma se clasifican por su lugar de aparición:
  1. Melasma centrofacial: es el más frecuente (dos tercios de los casos diagnosticados) y surge en frente, nariz, mentón, bigote y el centro de las mejillas.
  2. Melasma malar: localizado solo en mejillas y nariz, representa en torno al 20 por ciento de los casos.
  3. Melasma Mandibular: las manchas aparecen en la zona de la mandíbula y suponen alrededor del 15 por ciento de los casos.
  4. Otros melasmas: también se han diagnosticados casos aislados en los que el melasma aparece en antebrazos, hombros y escote.

El melasma se diagnostica en la consulta de un especialista sanitario con un examen visual o con la utilización de una Luz de Wood. Se trata de una lámpara de mercurio que emite radiación ultravioleta en una longitud de onda que llega hasta la dermis destacando las zonas con exceso de melanina. La utilización de esta técnica para diagnosticar el melasma puede ayudar a diferenciarlo de otros procesos como eczemas o procesos postinflamatorios relacionados con quemaduras o efectos secundarios de fármacos.

Causas del melasma ¿Por qué sale en la cara o en el bigote?


Nuevamente la causa del melasma o cloasma no está definida al cien por cien. Hay varios factores que pueden estar detrás de que se activen sin control las células encargadas de dar color a la piel.

Entre las principales causas del melasma o cloasma destacan:
  • Genética y/o hormonal: la genética es especialmente relevante en los casos en hombres, donde se ha probado que tener un familiar con melasma otorga una mayor predisposición a sufrirlo. En las mujeres, las primeras sospechosas son las hormonas y los niveles de progesterona y estrógenos. También la tiroides puede estar involucrada, ya que el melasma es hasta cuatro veces más común en personas con disfunción tiroidea, según algunos estudios.
  • Reacción a medicamentos o cosméticos: pueden estar detrás de la aparición del melasma el uso de anticonceptivos orales (en ocasiones el melasma desaparece cuando se interrumpe su administración); la terapia hormonal sustitutiva; la terapia estrogénica en cáncer de próstata; o el uso de fármacos fotosensibles, antiepilépticos o algunos cosméticos que puedan provocar procesos alérgicos o irritativos.
  • Estrés: aunque no se ha demostrado una relación directa con su aparición, sí se sabe que el estrés provoca que nuestra piel produzca melanóforos en exceso, lo que puede empeorar un melasma ya existente o complicar su eliminación definitiva haciéndolo resistente a los tratamientos más habituales.

Se desconoce por qué es más habitual que el melasma aparezca más en la cara y sobre el labio superior (bigote) más allá de que son de las zonas del cuerpo que más expuestas al sol están, y la exposición al sol es uno de los principales desencadenantes del melasma. El melasma suele desaparecer meses después de abandonar los medicamentos hormonales o después del embarazo, aunque puede reaparecer si se vuelven a consumir esos fármacos, hay un nuevo embarazo o una exposición prolongada al sol de las zonas afectadas.

Tratamientos: ¿Eliminar el melasma definitivamente con cremas?


Un melasma puede durar años, siendo menos visible en invierno y más en verano, cuando recibimos mayor luz solar. En cualquier caso, cabe resaltar que el melasma suele desaparecer por si solo con el tiempo. Los tratamientos para la eliminación del melasma van dirigidos a blanquear las zonas afectadas y es muy importante para evitar recaídas que se sigan los siguientes pasos preventivos:
  • Evitar la exposición al sol de zonas afectadas.
  • Utilizar crema solar de factor FP+50 o superior: además de prevenir el melasma, también previene el cáncer de piel y las arrugas. Si no se utiliza con la asiduidad suficiente, las probabilidades de que el melasma no desaparezca y se cronifique son mucho más elevadas.
  • No usar cosméticos fotosensibles o irritantes que puedan activar una reacción en la piel con la exposición al sol.

Las cremas más utilizadas para eliminar definitivamente el melasma son las siguientes:
  1. Hidroquinona: es una crema blanqueadora. Hasta el 90% de los pacientes responde a este tratamiento en 5-7 semanas y es el producto más utilizado.
  2. Tretinoína: es un retinoide tópico que tiene un efecto aclarador de la piel al producir eritema y descamación de la zona en casi el 90% de los pacientes.
  3. Ácido azelaico (crema para el acné) y ácido glicólico (exfoliante): son alternativas a los dos primeros para los melasmas con etiopatogenias menos comunes.

Estas cremas deben utilizarse siempre bajo la supervisión de un especialista sanitario debido a los posibles efectos adversos que puede provocar su uso sin control médico.

También se pueden aplicar terapias físicas como tratamiento del melasma, igualmente siempre bajo la supervisión de un profesional sanitario:
  • Peeling (exfoliación química): combinada con algunas de las cremas anteriores elimina las capas superficiales de la piel facilitando la desaparición del melasma.
  • Láseres: láser de Alejandrita o rubí (poco eficaces); láseres fraccionados (eficaces, pero no evitan recaídas); luz intensa pulsada (eficaz).

Estos láseres solo pueden ser útiles en combinación con tratamientos preventivos y de blanqueamiento y deben estar supervisados para evitar efectos secundarios que empeoren notablemente el estado de la piel con inflamaciones y reacciones cutáneas.

Aunque esta información ha sido redactada por un especialista médico, su edición ha sido llevada a cabo por periodistas, por lo que es un contenido meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.