Diccionario de enfermedades

Costra láctea

¿Cómo se diagnostica la costra láctea?
La costra láctea es una enfermedad benigna de los recién nacidos, consistente en la presencia de zonas escamosas en la piel, localizadas preferentemente en el cuero cabelludo y en la cara. Se trataría de la forma infantil de la dermatitis seborreica de los adultos.

¿Cuáles son las causas de la costra láctea?


Las causas de la costra láctea no se conocen bien. Pudiera ser debida al paso de hormonas de la madre al feto, las cuales favorecerían el desarrollo de las lesiones de la piel, que se complicarían por una infección de la zona por un hongo.

¿Qué síntomas produce la enfermedad?


La costra láctea consiste en la aparición de costras gruesas, blanquecinas o amarillentas, que afectan típicamente a la cabeza (cuero cabelludo), la cara, las orejas o las ingles. Es una afectación benigna que se produce en recién nacidos, si bien puede estar presente en mayor o menor medida hasta los 3 años de edad. En general suele desaparecer meses después de su aparición, habitualmente dentro del primer año de vida. No es contagiosa, ni es debida a falta de higiene. Puede producir picor; como consecuencia de ello, el niño puede rascarse y producirse heridas que pueden sobreinfectarse.

¿Cómo se diagnostica?


La costra láctea es un diagnóstico clínico, no siendo necesario realizar pruebas adicionales.

¿Puede prevenirse la costra láctea?


La costra láctea no puede ser prevenida.



¿Cuál es el pronóstico de los afectados?


El pronóstico de la costra láctea es bueno. Generalmente desaparece de forma espontánea durante el primer año de vida.

¿Cuál es el tratamiento de la costra láctea?


Para tratar la costra láctea se recomienda lavar el pelo al niño a diario, utilizando un champú suave y masajeando el cuero cabelludo. El champú debe ser aclarado por completo.

Si las escamas no desaparecen, puede aplicarse vaselina líquida sobre el pelo, colocarse una toalla sobre la cabeza y, transcurrida una hora, proceder al lavado de la cabeza con champú. También puede aplicarse aceite mineral y frotar levemente el pelo. Se pueden intentar quitar las escamas frotando con mucho cuidado con un cepillo de dientes.

En los casos que no se solucione y sea molesta o muy llamativa, puede ser necesario utilizar tratamientos específicos, con champús empleados para el tratamiento de la caspa en adultos o, en casos más graves, cremas de corticoides.
Aunque esta información ha sido redactada por un especialista médico, su edición ha sido llevada a cabo por periodistas, por lo que es un contenido meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.