Diccionario de enfermedades

Bocio

Bocio, enfermedad del sistema endocrino
El bocio es el crecimiento de la glándula tiroides, una glándula que se encuentra en la parte anterior del cuello y que secreta las hormonas tiroideas.

El bocio puede apreciarse por un crecimiento de esa zona del cuello o, si es de menor tamaño, descubrirse al realizar una ecografía o un TAC. En ocasiones el tiroides crece hacia el interior del tórax, por detrás del esternón, lo que se denomina un bocio intratorácico.

Causas y tipos de bocio 


El bocio puede clasificarse en dos tipos principalmente. 

Bocio difuso

El bocio difuso también es llamado bocio simple o bocio coloide. Consiste en un crecimiento homogéneo de todo el tiroides. El problema inicial suele ser una producción insuficiente de hormonas tiroideas por parte de esta glándula como consecuencia de alguna enfermedad.

Debido a ello, desde el cerebro se aumenta la secreción de una hormona denominada TSH (Hormona estimuladora del tiroides) cuya acción es hacer trabajar más al tiroides para que segregue una mayor cantidad de hormonas tiroideas. Dentro de las acciones de la TSH está favorecer el crecimiento tiroideo. Los bocios difusos se producían antiguamente en España como consecuencia de falta de iodo (generalmente por beber agua pobre en iodo), si bien son muy raros por este motivo en la actualidad.

Otras causas de bocio difuso son algunos defectos genéticos (desde el nacimiento) que cursan con bocio desde la juventud, o bocios debidos a enfermedades autoinmunes, en las que se crean anticuerpos contra el tiroides propio que, o bien aumentan su funcionamiento (enfermedad de Graves) o bien lo reducen con la subsiguiente secreción de TSH y el crecimiento tiroideo posterior (tiroiditis de Hashimoto). En muchas ocasiones los bocios son de causa desconocida.

Bocio multinodular

Este tipo de bocio es de causa desconocida y consiste en el crecimiento desorganizado de zonas del tiroides, formando múltiples nódulos tiroideos en su interior, una especia de islotes que, al crecer, agrandan al tiroides.

Además de en difuso y nodular, el bocio puede clasificarse en:
  • Normofuncionante. Si el crecimiento del tiroides se acompaña de una producción normal de hormonas tiroideas.
  • Hipofuncionante. Si el crecimiento del tiroides se acompaña de una producción insuficiente de hormonas tiroideas.
  • Hiperfuncionante. Si el crecimiento del tiroides se acompaña de una producción exagerada de estas hormonas.

Síntomas del Bocio


Los síntomas del bocio pueden ser debidos a su crecimiento local o a una producción insuficiente o elevada de hormonas tiroideas:
  • A nivel local, en la mayoría de las ocasiones, el bocio no produce síntomas y se trata únicamente de un problema estético. Si es muy grande, y fundamentalmente si es nodular, puede comprimir órganos vecinos, como la tráquea o el esófago, dando lugar a dificultad para respirar o para tragar. En raras ocasiones los nódulos del tiroides pueden sangrar en su interior y producir dolor en el cuello que se pasa después de unos días.
  • Si es un bocio hiperfuncionante o hipofuncionante, se puede asociar a las manifestaciones clínicas del hipertiroidismo o del hipotiroidismo.


¿Qué puede favorecer la aparición de un bocio?


Raramente se produce un bocio debido a defectos genéticos. El bocio más frecuente a nivel mundial es el derivado de la falta de iodo (sin iodo procedente de la dieta, el tiroides no puede fabricar hormomas tiroideas), si bien en nuestro país es excepcional en la actualidad.

En todos los países industrializados se ha iodado la sal para mantener un aporte de iodo adecuado. Algunas comidas (coles de bruselas, coliflor) tienen un efecto que, en personas predispuestas, puede favorece su aparición.

Diagnóstico:


En ocasiones el diagnóstico de bocio se establece únicamente con la inspección o la palpación del cuello. En otras situaciones se precisa realizar una ecografía. La ecografía también sirve para saber si el bocio es difuso o nodular y, en este último caso, si existe algún nódulo tiroideo grande sugestivo de malignidad que deba ser estudiado mediante una PAAF.

Además del diagnóstico de bocio se precisa saber cómo funciona el tiroides. Para ello se debe solicitar un análisis de sangre que determine las hormonas tiroideas (TSH, T3 y T4).

También se debe valorar si existen anticuerpos frente al tiroides, es decir defensas que se hayan equivocado y estén atacando al tiroides propio, una de las causas más frecuentes de afectación de tiroides en las mujeres.

Tratamiento del Bocio


El tratamiento del bocio depende de su causa. Si es por falta de iodo debe administrarse iodo y pueden darse hormonas tiroideas para ver si se reduce de tamaño.

En algunos pacientes se pueden dar hormonas tiroideas con la intención de reducir su tamaño aunque con éxito impredecible.

La cirugía está indicada en muy pocas ocasiones, por motivos estéticos o para bocios que comprimen otros órganos.

Una dieta rica en iodo puede prevenir el desarrollo de bocio en lugares donde esta enfermedad es frecuente.
Aunque esta información ha sido redactada por un especialista médico, su edición ha sido llevada a cabo por periodistas, por lo que es un contenido meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.