Diccionario de enfermedades

Actividad física, laboral y sexual durante el embarazo

Actividad y ejercicio físico recomendado durante el embarazo
Durante el embarazo, la mayoría de las mujeres pueden mantener el mismo nivel de actividad (ejercicio físico, viajes, trabajo, relaciones sexuales) que tenían antes de quedar embarazadas. Sin embargo, algunas mujeres con condiciones especiales pueden necesitar limitar su actividad. Será el ginecólogo quien informe sobre dichas limitaciones.

Actividad y ejercicio físico recomendado durante el embarazo


Los médicos recomiendan que todos los adultos (también las mujeres embarazadas) realicen un mínimo de 150 minutos semanales de actividad física moderada o 75 minutos de actividad intensa o una combinación de ambas, idealmente repartidos en varios días de la semana.

Si bien durante el embarazo la mujer suele tolerar peor el esfuerzo físico, mantener un nivel regular de actividad es beneficioso, mejorando el estado de ánimo, el nivel de energía y el sueño. El ejercicio mejora la postura, reduce el dolor de espalda y el cansancio, y puede ayudar a combatir el estreñimiento y la hinchazón abdominal. Está demostrado que el ejercicio físico puede prevenir la diabetes gestacional, aliviar el estrés y preparar el cuerpo para el parto.

El tipo de ejercicio a realizar depende de cada mujer. Las mujeres habituadas a una determinada actividad física antes del embarazo pueden seguir haciéndola con moderación, sin pretender alcanzar el nivel previo al embarazo.

Las mujeres habituadas a una determinada actividad física antes del embarazo pueden seguir haciéndola con moderación



Aquellas mujeres embarazadas que no hayan realizado ejercicio antes del embarazo pueden comenzar a practicarlo sin peligro alguno, consultando siempre con su ginecólogo y evitando realizar ejercicios agotadores. Es recomendable comenzar con 10 minutos diarios de ejercicio, para aumentar posteriormente a 10 minutos dos veces al día, y subir poco a poco hasta 15 minutos dos veces al día.

En general, los ejercicios ideales para el embarazo son caminar y nadar aunque también son seguros la bicicleta estática, caminar sobre la elíptica y los ejercicios aeróbicos de bajo impacto, siempre que se realicen con precaución y moderación.

Durante el embarazo se debe evitar realizar los siguientes tipos de ejercicios:
  • Ejercicios en los que haya que tumbarse boca arriba después del primer trimestre del embarazo. El aumento del peso del útero puede presionar vasos sanguíneos importantes y producir desmayos.
  • Correr los días calurosos y húmedos. El aumento rápido de la temperatura corporal puede dañar al feto.
  • Pilates. Puede realizarse si son clases especiales para embarazadas pero las clases normales de Pilates concentran mucho ejercicio en la espalda y no benefician a las embarazadas.
  • Ejercicios de equilibrio. El aumento de tamaño uterino desplaza hacia adelante el centro de gravedad de las embarazadas alterando así su equilibrio. La realización de ejercicios de equilibrio en esta situación puede precipitar caídas que pudieran resultar fatales.
  • Ejercicios de alto impacto, como hockey, fútbol, baloncesto, equitación, esquí y gimnasia artística.
Al realizar ejercicio es recomendable:
  • Evitar comer durante al menos la hora previa al ejercicio.
  • Comenzar el ejercicio con un calentamiento de 5 minutos e ir aumentando la intensidad de forma gradual.
  • Finalizar el ejercicio con estiramientos suaves.
  • Evitar realizar ejercicio si hace mucho calor o humedad.
  • Beber mucha agua.
  • Utilizar un sujetador adecuado.
  • Realizar el ejercicio sobre superficies planas para evitar lesiones.
  • Incorporarse despacio de los ejercicios de suelo para evitar mareos.
  • No llegar nunca al agotamiento. Si no se puede hablar con normalidad mientras se realiza el ejercicio se debe bajar el ritmo.

Ante la aparición de cualquiera de los siguientes síntomas se debe interrumpir la actividad física e informar al ginecólogo, para saber si se puede continuar con el programa de ejercicios o se debe interrumpir definitivamente hasta después del parto:
  • Sangrado vaginal.
  • Dificultad para respirar.
  • Sensación de mareo, debilidad o náuseas.
  • Dolor torácico.
  • Dolor de cabeza.
  • Debilidad muscular.
  • Dolor abdominal, pélvico o contracciones.
  • Salida de líquido a través de la vagina.
  • Inflamación, dolor, enrojecimiento o calor en las piernas.
  • Disminución o ausencia de movimientos fetales.
  • Resfriado o catarro.
  • Palpitaciones.
¿Quién no debe realizar ejercicio durante el embarazo?

Las mujeres embarazadas con diversas enfermedades como asma, enfermedades cardiovasculares o diabetes, no deben realizar ejercicio durante el embarazo. El ejercicio también está contraindicado en las siguientes situaciones:
  • Sangrado vaginal.
  • Placenta previa.
  • Amenaza de aborto o abortos recurrentes.
  • Historia de partos prematuros.
  • Debilidad del cuello del útero.
¿Cuándo se puede volver a hacer ejercicio después del parto?

Es conveniente consultarlo con el médico ya que influyen diversos factores (el estado de cada mujer, si el parto ha sido natural o por cesárea, si han surgido complicaciones, etc.).

La recuperación del cuerpo tras el parto se realiza de forma gradual. La mayoría de las mujeres pueden comenzar con ejercicios de bajo impacto una o dos semanas después de un parto vaginal (tres a cuatro semanas tras una cesárea).

Viajar estando embarazada


Durante el embarazo se puede conducir y viajar en automóvil, pero al hacerlo es importante:
  • Utilizar siempre el cinturón de seguridad. La cinta del hombro debe situarse entre ambos pechos y a un lado del estómago; la cinta de la cadera debe colocarse debajo de la tripa.
  • Si el viaje es largo, es recomendable parar varias veces para poder caminar y estirar las piernas.
También se puede viajar en avión durante el embarazo aunque la mayoría de las líneas aéreas no permiten que se viaje en el último mes de la gestación. En general se recomienda no viajar en avión a partir de las 36 semanas de gestación (a partir de la semana 32 en caso de embarazo múltiple), ni hasta pasados 7 días después del parto, aunque cada línea aérea tiene su propia normativa al respecto. Si se planea viajar en avión durante este periodo es conveniente consultarlo.

En el avión es recomendable caminar cada media hora (cuando sea seguro hacerlo) y flexionar y extender los tobillos con frecuencia. El cinturón de seguridad debe abrocharse a nivel de la pelvis (debajo de la tripa).

El segundo trimestre del embarazo es el más seguro para viajar.

Antes de decidir un viaje, la embarazada debe:
  • Consultar siempre con su ginecólogo ya que hay situaciones que pueden contraindicar el viaje.
  • Informarse sobre la calidad de atención sanitaria que encontrará durante el trayecto y en el lugar de destino, ya que no es recomendable viajar a lugares con pocos servicios sanitarios.

El trabajo durante el embarazo


En general las mujeres no tienen problemas para trabajar durante el embarazo y pueden hacerlo hasta que comience el parto, pero todo depende del trabajo que realicen y del estado de la futura madre y el de su bebé.

Se puede conducir y viajar en automóvil y en avión, pero es necesario tener en cuenta algunas recomendaciones



Los trabajos o actividades en los que la embarazada tiene que permanecer sentada durante su jornada laboral suelen poderse mantener hasta el momento del parto. Sin embargo, si durante la jornada laboral la embarazada debe permanecer más de tres horas seguidas de pie, o debe caminar mucho, o realizar una actividad física o psíquica excesiva, conviene consultar con el ginecólogo hasta qué momento del embarazo se puede mantener dicha actividad.

Las mujeres que realizan trabajos que les exigen permanecer mucho tiempo de pie o levantar objetos repetidamente, o las que manifiesten agotamiento relacionado con su trabajo tienen un mayor riesgo de retraso del crecimiento fetal, de preeclampsia y de parto prematuro.

Es conveniente:
  • Evitar el contacto con enfermos.
  • Evitar permanecer en lugares en los que se trabaje con sustancias nocivas como compuestos químicos, humos o radiaciones. Algunas de las sustancias peligrosas pueden ser:
  • Tintes para el cabello. Durante el embarazo, evite recibir o manipular tintes para el pelo. Las manos pueden absorber los químicos presentes en el tinte.
  • Medicamentos para el tratamiento del cáncer (quimioterapia). Son medicamentos muy fuertes y pueden afectar a los trabajadores de la salud, como enfermeras o farmacéuticos.
  • Plomo. Una persona puede estar expuesta al plomo si trabaja en la fundición de este metal, fabricación de pintura, pilas, vidrio, impresión, cerámica, glaseado de cerámica, cabinas de peaje y carreteras muy transitadas.
  • Radiación ionizante. Afecta a los técnicos de rayos X y a las personas que realizan algún tipo de investigación. (Este tipo de radiación no es la misma que la radiación de los ordenadores, los televisores y los hornos de microondas. La radiación no ionizante no es dañina).
  • Evitar levantar objetos pesados, sentarse en escaleras de mano y utilizar o permanecer cerca de máquinas que vibren. Algunas mujeres embarazadas pueden desarrollar durante el embarazo un síndrome del túnel del carpo, caracterizado por adormecimiento y hormigueo en la mano.
El ginecólogo puede dar la baja laboral si:
  • El cuello del útero se ha borrado o está dilatado antes de la semana 36 de la gestación.
  • El útero sufre algún tipo de malformación que pueda poner en riesgo el embarazo.
  • Hay hipertensión arterial o signos de preeclampsia.
  • Disminuye el crecimiento fetal.
  • Existe una gestación múltiple.
  • Existen antecedentes de partos prematuros.
  • Hay un exceso de líquido amniótico.
  • Existen problemas de placenta, como placenta previa o desprendimiento prematuro de placenta.
  • Coexiste alguna enfermedad crónica o complicación del embarazo que no esté respondiendo bien al tratamiento.
En España hay tres tipos de baja durante el embarazo:
  • Por enfermedad: la tramita el médico del Centro de Salud.
  • Por riesgo laboral: hay trabajos que son incompatibles con el embarazo, como los que implican contacto con agentes químicos, biológicos o radiaciones. Se debe consultar con la empresa para que modifique las condiciones del puesto de trabajo.
  • Baja Maternal Voluntaria: puede pedirse a partir de la semana 30 de embarazo (es un total de 16 semanas, siendo obligatorio dejar 6 de ellas para después del parto).

Relaciones sexuales y embarazo


Durante un embarazo normal las mujeres pueden seguir teniendo relaciones sexuales a no ser que el ginecólogo les indique lo contrario. Las relaciones sexuales no afectan al bebé y existen muy pocas contraindicaciones demostradas para el coito.

En los casos con historia de abortos espontáneos, el ginecólogo puede recomendar evitar las relaciones sexuales al comienzo del embarazo. También puede contraindicarlas si se producen algunas complicaciones del embarazo, como el sangrado vaginal o la amenaza de parto prematuro.

Se debe consultar con el ginecólogo si:
  • Durante el orgasmo se tienen contracciones dolorosas y regulares (amenaza de aborto o de parto prematuro).
  • Durante la penetración se produce un sangrado vaginal importante.
  • Durante la penetración se rompe el saco amniótico (se rompen aguas).
¿Se modifica el deseo sexual durante el embarazo?

El deseo sexual varía con frecuencia durante el embarazo debido a los cambios hormonales. Estos cambios pueden aumentar el deseo sexual en algunas mujeres y disminuirlo en otras.

Durante el primer trimestre de la gestación, algunas mujeres pierden el deseo sexual debido al cansancio y al malestar. Otras, sin embargo, no experimentan modificaciones en el deseo sexual.

¿Cuándo se puede volver a tener relaciones sexuales tras el parto?

En general, las relaciones sexuales pueden retomarse una vez que la madre se haya recuperado del parto, haya dejado de sangrar y ella y su pareja lo deseen.

El ginecólogo puede recomendar esperar hasta la primera visita post parto para reanudar las relaciones sexuales



El ginecólogo puede recomendar esperar hasta la primera visita post parto para reanudar las relaciones sexuales.

Los ovarios pueden volver a producir óvulos unos 25 días después del parto; así, puede producirse un nuevo embarazo antes de que vuelva la menstruación. Las mujeres que alimentan a sus hijos únicamente con leche materna y no menstrúan en los primeros 6 meses tras el parto tienen una protección del 98 por ciento frente a un embarazo. Sin embargo, que una mujer lacte no es sinónimo de protección. La lactancia materna no es fiable para la anticoncepción; si no se desea un embarazo, se debe utilizar un método anticonceptivo de confianza.

El tipo de lactancia que se elija, materna o artificial, es un factor determinante a la hora de buscar un método anticonceptivo tras dar a luz. Los anticonceptivos hormonales combinados (píldora, anillo vaginal, parche) están contraindicados durante la lactancia materna. Se pueden utilizar al abandonarla, o a los seis meses de haber dado a luz aunque se continúe lactando. La minipíldora, al no contener estrógenos, puede utilizarse sin riesgo durante la lactancia materna; la OMS recomienda, no obstante, esperar 6 semanas tras el parto para comenzar a tomarla. El DIU y el diafragma también son compatibles con la lactancia materna teniendo en cuenta que se debe esperar al menos 4 semanas después del parto para que se puedan colocar. El preservativo es el método más recomendable para el postparto inmediato.

Si se alimenta al bebé mediante lactancia artificial, la principal diferencia respecto a la lactancia materna es que se pueden utilizar anticonceptivos hormonales combinados (píldora, anillo vaginal, parche), aunque se debe esperar un mínimo de 3-6 semanas tras el parto por el riesgo aumentado de trombosis asociado con su uso.

En el caso de que se haya producido un aborto espontáneo o una interrupción voluntaria del embarazo no hay que esperar para comenzar a utilizar métodos anticonceptivos; se puede comenzar el primer o segundo día post-aborto.
Aunque esta información ha sido redactada por un especialista médico, su edición ha sido llevada a cabo por periodistas, por lo que es un contenido meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.