Recientemente he tenido el honor de recibir la presidencia de la Semicyuc (Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias). Un mandato y un reto extraordinarios que afronto con la seguridad del que recibe en herencia un trabajo bien hecho, y con la ilusión y determinación con las que pretendo trabajar para fortalecer nuestra especialidad y sociedad científica.
 
Encaro mis dos años de mandato con objetivos fundamentalmente orientados al ámbito formativo, que involucrarán tanto a los médicos en formación (MIR) como a los intensivistas de plantilla, si bien cada uno de ellos requerirá de un planteamiento diferente. La formación de residentes por la vía MIR constituyó un hito para todas las especialidades en España, pero treinta y tantos años después, probablemente necesite cambios en profundidad.  En 2007, los intensivistas españoles desarrollamos un mapa de competencias que casi simultáneamente fue completado por otro, a nivel europeo, el Cobatrice (Competency Based Training programme in Intensive Care Medicine for Europe).

Nuestro objetivo es fomentar la implantación del Cobatrice de forma progresiva y potenciar su diseminación por todos los servicios de Medicina Intensiva del país.  Este entrenamiento basado en competencias preestablecidas conseguirá una formación de los residentes más homogénea y facilitará la aplicación de los conocimientos en la práctica. Y a largo plazo, potencialmente, mejorará el pronóstico de los pacientes. Por supuesto, buscaremos el apoyo de la Comisión Nacional y de los Jefes de cada servicio. Tengo presente que los tutores de los residentes juegan un papel crucial, por lo que desde la Semicyuc desarrollaremos cursos específicos para ellos, incluyendo habilidades didácticas y de evaluación. Para la puesta en marcha de este programa cuento con el apoyo de un grupo de intensivistas extraordinariamente motivados y liderado por el representante de Semicyuc en Cobatrice.

En estos momentos, el plan de implantación está muy avanzado, faltando solamente su puesta en ejecución. No obstante, soy consciente de que la puesta en marcha generalizada del Cobatrice puede extenderse durante años. Sin embargo, es mi objetivo dar ahora el primer impulso inicial para que el trabajo sea luego continuado con posterioridad.
 
En otro orden de cosas, y como otra de las grandes metas para los próximos dos años, me propongo que la Semicyuc potencie la implementación de la evidencia científica en la práctica clínica. En mi opinión, ésta es una de las funciones fundamentales de las sociedades científicas. Hemos de ser conscientes de que cuando se analiza la actividad asistencial se detecta que la aplicación de la evidencia científica puede ser mejorable. Esto es algo que ocurre en todos los ámbitos de la medicina y diversos estudios lo han demostrado. Por tanto, hay margen de mejor y nuestra obligación es trabajar en favor de ese progreso. No debemos ceñirnos exclusivamente al campo asistencial o técnico, sino también a los aspectos humanos y de relación con las familias.

La parte difícil es: ¿cómo conseguirlo? Mi propuesta consiste en la elaboración de RECOMENDACIONES SEMICYUC, que a modo de check-list, de no más de 6-8 ítems, repasaran los aspectos imprescindibles de las distintas parcelas de la patología crítica (ventilación mecánica, prevención de neumonía, sedación, nutrición, cardiopatía isquémica, limitación de tratamiento de soporte vital…). Estas recomendaciones serán realizadas por los grupos de trabajo de la Semicyuc y haremos grandes esfuerzos para publicitarlas de forma masiva.
 
Asimismo, y como nuevo presidente de la Semicyuc, me siento plenamente comprometido con garantizar la continuidad de los proyectos que ya están en marcha. Mantendré el impulso a la actividad investigadora realizado por la anterior Junta Directiva, analizando y evaluando sus resultados. Continuaré con la implantación de la plataforma online de investigación, a la que incorporaré proyectos y registros. Iniciaré el pilotaje del registro CMBD (Conjunto Mínimo Básico de Datos) y procuraré su implantación en las UCI españolas, e incluso en las de otros países que estén interesadas en este proyecto. Como no podía ser de otra manera, apoyaré los proyectos que han tenido extraordinaria relevancia e impacto clínico, como todos los proyectos ZERO (Neumonía Zero, Bacteriemia Zero, Resistencia Zero), el Envin-UCI y otros muchos. Continuaré dando completo soporte al Plan Nacional de RCP y  potenciaré la colaboración entre nuestros grupos de trabajo con el fin de ampliar su impacto, tanto interno como externo. Y, por supuesto, continuaré impulsando los registros de datos sobre aspectos específicos de la patología crítica como el Ariam o el  Retrauci.
 
En definitiva, es mi compromiso personal y profesional seguir asentando las sólidas bases que ya desde hace años tiene nuestra especialidad en España, sin descuidar el fomento y la búsqueda de las oportunidades que seguirán garantizando su posterior desarrollo y futuro. Para ello cuento con los mimbres de una sociedad científica fuerte, de altos estándares de calidad, y con la fuerza, determinación y motivación de todos sus socios e investigadores, a los que invito a acompañarme en este viaje durante los próximos dos años.
 

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