Cree que los 'populares' tienen una hoja de ruta que ya están siguiendo sus autonomías



8 nov. 2012 1:05H
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Óscar López Alba / Cristina Mouriño / Imagen: Diego S. Villasante y Miguel Ángel Escobar.
María Jesús Montero afronta su tercera legislatura como consejera de Salud de Andalucía, responsabilidad a la que ha sumado desde la formación del nuevo gobierno autonómico la de Servicios Sociales. Es la decana del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, y la voz del PSOE en este órgano, por lo que se la señala como la oposición política más directa a las iniciativas del ministerio de Ana Mato. Su discurso pone el acento en la defensa de la sanidad pública, adviertiendo con especial énfasis de lo que considera un intento del Partido Popular de "desmantelar el Sistema Nacional de Salud" con la introducción en varias autonomías de formas de gestión privadas en centros públicos.

La consejera de Salud y Servicios Sociales de Andalucía, María Jesús Montero, en Sanitaria 2000.

Como la actualidad manda, queremos saber su opinión sobre las medidas que ha tomado la Comunidad de Madrid en Sanidad, concretamente el euro por receta y el cambio en la gestión para varios hospitales.

Ya hemos manifestado en muchas ocasiones el rechazo frontal a ambas medidas. En primer lugar a la privatización del sistema sanitario. La actualidad informativa nos está acercando a un desmantelamiento del Sistema Nacional de Salud (SNS), que cada vez es más difícil de revertir, porque cada vez va erosionando más el concepto de esa joya de la corona que es el SNS, un sistema público universal y gratuito. Asistimos a este anuncio con gran preocupación, no solo por que se sume a iniciativas ya emprendidas en el ‘laboratorio popular’ que es la Comunidad Valenciana, sino porque marca una hoja de ruta que van a seguir el resto de autonomías gobernadas por el Partido Popular y que no compartimos desde Andalucía, porque no son más eficientes, y porque lo que se está haciendo es entregar un trozo de la tarta al poder financiero, al poder económico, que llevaba mucho tiempo intentando poner la mano en el sector sanitario. Y para ellos el SNS no es más que una fuente de ingresos.

Cuando el PSOE señala estas fórmulas de gestión como privatización, el PP afirma que en comunidades gobernadas por los socialistas, como es el caso de Andalucía, llevan en marcha mucho tiempo centros con gestión similar.

No es equiparable, para nada. En Andalucía lo que existe, hace ya más de 15 años, es un modelo que se lleva a cabo en algunos centros, de empresa pública, lo que significa que el capital es público, que los trabajadores están ligados al sector público, que se compra con oferta de servicios. Lo que nosotros denunciamos es una entrega de esos hospitales, de esos centros de salud, al capital privado, que imagino que rendirán cuentas a la respectiva consejería en términos asistenciales, pero que también tendrán que dar cuenta a los consejos de administración de las empresas. Y eso no pasa en Andalucía, que es cien por cien provisión pública, excepto los conciertos complementarios necesarios que tenemos, fundamentalmente para determinadas tecnologías.

¿Cree que el Ministerio de Sanidad debería tomar parte en homogeneizar las formas de gestión?

Sin duda, no puede permanecer impasible ante la deriva de algunas comunidades autónomas del modelo de consenso que hemos tenido durante décadas en España. No puede ser espectador de lo que está sucediendo. Pero voy más allá, y digo que el Partido Popular lleva en su código genético la privatización de los servicios públicos, no se defiende lo público como parte de la prestación de los servicios de las autonomías o del ministerio. No ha llevado el euro por receta a los tribunales, y ahora hay otras comunidades que lo ponen en marcha, pero sí que ha llevado ante los tribunales la subasta de medicamentos de Andalucía, lo que nos hace pensar que comparten ese tipo de modelo, aunque por términos electorales a veces tienen que hacer ver que conservan alguna diferencia.

¿Echó en falta predisposición al diálogo por parte del ministerio en el tema de la subasta, como ha sucedido, y parece que va a suceder, con el euro por receta con Cataluña y Madrid?

Sinceramente sí, porque recordarán que coincidió la subasta de medicamentos con el periodo preelectoral, periodo siempre complejo, y creo que el PP calculó que iban a gobernar en Andalucía, y eligió la vía de los tribunales antes que el diálogo, y cuando los resultados fueron los que afortunadamente fueron, se convocó una sola reunión en la que se nos citó en comisión bilateral y prácticamente se nos trasladaron las conclusiones sin dar lugar a una mesa técnica ni a nada que nos permitiera defender nuestra posición. Quisieron ganar tiempo para plantear el recurso de constitucionalidad, y qué casualidad que la misma semana que se produce el levantamiento de una de las suspensiones recurridas, el Gobierno ‘mete’ otro requerimiento de suspensión, que es la situación en la que nos encontramos ahora. Siempre nos hemos visto en los tribunales, sin diálogo, y creo que ha sido una oportunidad perdida si ellos compartían el modelo, pero no la competencia.

¿Qué le parecen las medidas de Madrid?

¿Debería el ministerio 'controlar' más a las CCAA?


¿Calcula cuándo habrá alguna novedad?

El plazo máximo es mediados de enero, pero espero una respuesta de levantamiento de la suspensión cautelar porque entiendo que el Estado va a esgrimir las mismas razones que la primera vez, que era desarrollo del decreto, y tengo confianza en el Tribunal Constitucional. En el momento que sea así, pasaremos a sacar a concurso público la mayoría de los principios activos que se están utilizando en Andalucía, y de hecho la previsión de ahorro para el año que viene, contemplada ya en los presupuestos de 2013, está en torno a los 200 millones de euros.

¿Cómo quedó la relación con la industria farmacéutica tras este primer episodio de la subasta?

Creo que la industria farmacéutica actuó un poco apresuradamente, y diría que incluso con unas perspectivas que luego no se cumplieron. Hay que recordar que todo este proceso se produjo antes de unas elecciones en las que las encuestas daban por segura una mayoría absoluta del PP. Creo que las conversaciones entre el Ministerio de Sanidad, la industria y el PP estuvieron marcadas de forma clara por el contexto, y no concurrieron o se retiraron algunos laboratorios por la perspectiva de que iba a gobernar el PP y que por lo tanto se podría producir un castigo por parte del PP a las empresas que ayudaran a Andalucía a conseguir mejores ahorros y mejores costes.

Ahora el panorama es radicalmente distinto, y si se produce la posibilidad de sacar nuevamente el concurso farmacéutico, los laboratorios se presentarán libremente, porque imagino que para ellos sería un desperdicio no competir por el 20 por ciento del mercado farmacéutico español, una cifra desde luego importante. Algunos alegaron cuestiones legales, dudas que si se disipan imagino que no habrá otro motivo declarable para que puedan concurrir.

Acaban de presentarse las cuentas de Sanidad para 2013, ¿qué áreas se van a priorizar?

El 99,7 por ciento se dirige a centros de salud, hospitales, para tener la capacidad de sostener la totalidad de derechos y oferta de servicios que tenemos. Es decir, que no se cierre ni un punto de urgencias, que no haya ni un despido de los trabajadores, que no necesitemos nuevas rebajas salariales, y que saquemos el máximo rendimiento a la entrada de las 37,5 horas. Que podamos seguir prestando la asistencia sanitaria de calidad que actualmente el servicio sanitario está ofreciendo.

También queda blindada la investigación, la capacidad de innovación, para que las nuevas fórmulas para dar respuesta a los problemas de salud puedan seguir incorporándose, porque la investigación hay que verla como un asunto de largo recorrido y no se puede interrumpir con la excusa de la crisis, y hay que hacer un esfuerzo para que la gestión del conocimiento sea una de las señas de identidad del modelo público.

Seguiremos apostando por la investigación porque está permitiendo el desarrollo de más de 50 ensayos clínicos en Andalucía, para dar respuestas que ahora no hay en infarto de miocardio, diabetes, lesiones medulares, de problemas de salud prevalentes que en este momento tienen un tratamiento paliativo, pero que todavía no hemos podido conseguir respuesta, y la terapia celular puede dar esa respuesta. Andalucía está a la vanguardia ahora mismo en patentes biotecnológicas en el conjunto de España. La inversión en investigación es una apuesta de futuro.

La consejera María Jesús Montero, durante un instante de la entrevista mantenida con Óscar López Alba, director de Publicaciones de Sanitaria 2000, y Cristina Mouriño, coordinadora de Comunidades Autónomas de Redacción Médica.

Ha mencionado las 37,5 horas. ¿Cómo está viviendo como consejera la conflictividad laboral que está generando entre los profesionales?

En materia de personal ha sido un año especialmente duro, porque en junio tuvimos que elaborar un plan económico-financiero para cumplir con el objetivo de estabilidad, que por cierto no compartimos por la carga que se traslada a las autonomías, que soportan el grueso de los servicios fundamentales. El Gobierno de España nos exige a las comunidades cinco veces más de esfuerzo que a ellos mismos, sin que tengan que asumir estos servicios básicos. Por eso hemos tenido que acometer medidas duras en el gasto sanitario, y en el apartado de personal hemos optado por la aplicación de las 37,5 horas y en cierta rebaja salarial para no tener que despedir eventuales del sector sanitario. No hemos querido perder puestos de trabajo, porque Andalucía ya arrastra una de las tasas de desempleo más altas de España. Pero es que después de tantos años, el despido de casi 8.000 trabajadores conllevaría el cierre de servicios o la merma de la calidad. Las 37,5 horas nos permiten que jornadas que se venían retribuyendo como horas extraordinarias, pasen a serlo de forma ordinaria.

Siguiendo con los profesionales, ¿cómo es la relación con el Consejo Andaluz de Médicos?

Durante los dos últimos años, en los que ha presidido la corporación Javier de Teresa hemos tenido una relación fluida, con acuerdos importantes como el del Paime, y con capacidad de entendimiento en temas fundamentales. Pero es verdad que ese equilibrio a veces se ha roto en algunos colegios provinciales, donde determinadas adscripciones políticas han marcado posicionamientos respecto a la Administración, algo que creo que no ha ido en beneficio del desarrollo de la propia profesión médica. El ejemplo más claro está en el senador popular Jesús Aguirre, durante años presidente del Colegio de Médicos de Córdoba, y que imagino que no se podía sustraer de su condición de militante del PP, y eso lógicamente dificultaba la relación, o de Carlos González-Vilardell, del Colegio de Médicos de Sevilla, que también ha tenido una clara y expresa, y también legítima, adscripción al PP y que de igual forma ha podido generar posiciones agresivas frente a planteamientos de la Junta de Andalucía.

¿Cómo son los presupuestos de su consejería en 2013?

¿Cómo es la relación con el Consejo Andaluz de Médicos?

¿Qué espera de la nueva etapa del Consejo Andaluz, teniendo sobre la mesa de nuevo el asunto de la colegiación universal en el ámbito nacional, viejo debate ya en Andalucía?

Digamos que el momento de mayor ruptura con el Consejo Andaluz se produce cuando se promulgan las normas de no obligatoriedad de colegiación para los trabajadores que están desarrollando su tarea en exclusividad en el sector público. Eso en su momento produjo disparidad de criterios. En este momento parece que vuelve a recobrar actualidad y quiero recordar que la norma de colegiación no obligatoria se produjo porque los tribunales empezaban a condenar a las administraciones en el pago de las cuotas colegiales. Dicho de otra manera, si se exige como requisito para un profesional sanitario no tener el título, sino una cuestión que tiene que ver con corporaciones privadas, se obligaba a la Administración a hacerse cargo de las cuotas colegiales cuando los tribunales lo reclamaban. Y en segundo lugar porque los profesionales eran los garantes del buen ejercicio profesional, elemento que la Administración entendemos que nos corresponde, como no puede ser de otra manera, porque la garantía de una buena atención la tiene que garantizar la autoridad competente, en este caso la Junta, por lo tanto los requisitos de acreditación, de ejercicio para el título, entendemos que para el funcionamiento público debe ser la Administración. En el caso de la privada, entendemos que las corporaciones han desarrollado un excelente trabajo en esta dirección. La norma que se dice que se está elaborando en el ámbito nacional habrá que estudiarla, porque por ahora no hay ni borrador, o al menos no se nos ha mostrado. Pero yo le hago una invitación a la reflexión a los colegios, porque no se puede imponer la colegiación a los profesionales. Deben hacer un trabajo de adaptación a los tiempos que corren, que permita la adscripción libre, voluntaria y colegiarse si entienden que hay un mejor servicio.

Otro tema que también ha enfrentado a su consejería con los médicos ha sido la llamada prescripción enfermera. ¿Cómo está la situación ahora, años después de que se haya aprobado ya una ley nacional?

Tenemos un decreto de prescripción, plenamente vigente, que contempla la prescripción colaborativa para aquellos medicamentos que requieren de la autorización médica, porque así esté indicado en ficha técnica. La prescripción colaborativa es uno de los objetivos que nos hemos marcado en este 2013. Nuestra experiencia ha sido excelente con el trabajo de la enfermería, en este caso en la prescripción no colaborativa, y hemos empezado algunos trabajos en productos de mayor utilización que nos van a permitir en el futuro un trabajo más cercano entre los colectivos sanitarios.

Tengo que decir que el trabajo de prescripción enfermera fue un trabajo que se desarrolló en plena coordinación con los consejos andaluces de médicos y de enfermería, el que puso pegas fue el Consejo General de Médicos, un contrasentido, porque desde Madrid se nos ponían trabas a algo que habías acordado con interlocutores naturales, y eso es algo que nunca debería ocurrir. En este momento es algo que está funcionando con normalidad, no es objeto de debate en Andalucía si el medicamento lo prescribe el médico o la enfermera. Eso sí, lo hemos hecho con consenso, respetando rigurosamente las competencias profesionales y garantizando la seguridad del paciente, que es lo importante. En ningún caso debe ser una pelea por competencias, y ya es un debate de segundo nivel. Ahora mismo hay que cualificar el trabajo de médicos y enfermeros, y si hay un enfermero que en su consulta puede completar el proceso de atención sin necesidad de tener que recurrir al médico para hacer una tarea que, convenido por todos, puede hacer el enfermero, pues bienvenido sea.

¿Echó de menos un diálogo con Sanidad por la subasta?

¿Cuál es la relación con la industria tras la subasta?

Otra de las medidas que ha tomado la consejería es el adelgazamiento de la estructura directiva. ¿Cómo va ese proceso?

Hemos hecho una reestructuración en la que hemos asignado más de un centro a una misma persona. Tal vez los ejemplos más llamativos sean que el mismo equipo directivo dirigirá el Hospital Virgen del Rocío y el Virgen Macarena de Sevilla, o el Clínico y el Virgen de las Nieves de Granada, lo que nos hace ver el esfuerzo y el sacrificio que estamos planteando. Lo hemos hecho porque creemos necesario contribuir al esfuerzo económico que se está haciendo en el conjunto del sector. Estas medidas aportan un ahorro cercano a los 4,5 millones de euros, pero no solo ese es el objetivo, sino acompañar de una forma armonizada el esfuerzo que está haciendo el conjunto de la organización sanitaria. Dicho de otra manera, los profesionales están haciendo un esfuerzo, pues el directivo tiene que duplicar ese esfuerzo y ser ejemplo. La consejería también está llevando a cabo este esfuerzo, porque con la misma estructura estamos asumiendo las competencias sanitarias que teníamos, pero además los servicios sociales. Creo que los trabajadores entienden mejor el esfuerzo que se les pide cuando los responsables políticos también estamos acompañando ese esfuerzo en nosotros mismos. No sería compresible de otra manera. Tener concentrados en un mismo equipo los resultados de hospitales tan importantes da cierto vértigo, pero es un riesgo que hay que asumir.

¿Es pronto para hacer un balance?

Sí, es pronto. El esfuerzo ha sido de una reducción de casi el 45 por ciento de la estructura directiva, y tengo que decir que las personas que salen del equipo han hecho un estupendo trabajo, porque nos han traído hasta aquí en un contexto muy difícil. Estamos acostumbrados a oír posiciones demagógicas sobre los directivos, pero quienes conviven en el día a día de los centros saben que es una figura muy necesaria, que hacen un esfuerzo importante. La aventura que emprendemos es arriesgada, pero lo hacemos con un equipo importante, la mayoría son clínicos que aparcan de forma momentánea su tarea para dedicarse a la labor directiva, incluso perdiendo dinero, y que agradecemos su aportación para priorizar recursos y hacer más eficiente la gestión.

Ahora ‘está de moda’ que las consejerías firmen pactos con los sindicatos médicos para involucrar al facultativo en la gestión, en el ahorro y en la eficiencia, a cambio de no tocar más sus retribuciones, como ha sucedido en Castilla-La Mancha y en Castilla y León. ¿Ve factible este acuerdo en Andalucía con el Sindicato Médico local?

Al Sindicato Médico en ambas castillas le gusta llegar a acuerdos, y en Andalucía le gusta convocarnos huelgas. Creo que el Sindicato Médico, habiéndose producido en el territorio nacional situaciones de despidos tan importantes, solo ha hecho convocatoria de huelgas en Andalucía y en Asturias. Parece que tiene una especial beligerancia en estos territorios y no quieren llegar a acuerdos con la Administración, y los acercamientos que plantean no son asumibles. Viendo documentos que firman con otras consejerías, sin restar importancia al trabajo que estén haciendo otros responsables, no serían capaces de firmarlos en Andalucía, ni siquiera de sentarse.

Creo sinceramente que somos líderes en intentar integrar a los profesionales en la gestión, a través de un modelo que son las unidades de gestión clínica, por las que el Servicio Andaluz de Salud delega en los profesionales. Pues bien, el Sindicato Médico ha hecho una oposición frontal en Andalucía, y firma acuerdos más ambiguos en otras comunidades autónomas, con eso lo digo todo.

Entrando ya en un terreno más de ámbito nacional, y echando la vista atrás, nos gustaría que pudiera valorarnos el paso de los ministros desde Bernat Soria, muy próximo a la consejería que usted dirige, hasta Ana Mato.

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