Uno de ellos es Truvada, un fármaco para prevenir la infección del virus que sí tiene esta indicación en Estados Unidos, pero no en Europa



13 nov. 2015 18:19H
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Eduardo Ortega Socorro / Imagen: Joana Huertas. Madrid
La llegada de terapias preventivas contra el VIH podría provocar una ingente actividad asistencial, dados los controles que son necesarios para el empleo de productos en esta indicación como Truvada (que todavía no está aprobado en Europa, pero sí en Estados Unidos). Ante esta situación, varios foros de pacientes europeos han reclamado que se permita que entidades sociales puedan dispensar estos fármacos.

Ramón Morillo, Rafael Sánchez, Emilio Monte y Jorge Garrido.

“La idea es que no se saturen los sistemas sanitarios por el empleo de un producto que requeriría controles continuos de los paccientes”, indica Jorge Garrido, director de Apoyo Positivo, quien informa de que organizaciones del colectivo de pacientes infectados por VIH han hecho llegar esta petición, así como la reclamación de que esta fármaco sea aprobado en el uso preventivo, a los gobiernos de sus países.

Sin embargo, reconoce que, por lo pronto, esta posibilidad no es posible en España, dado que los medicamentos siempre tienen que se dispensados por un farmacéutico. “Lo que queremos proponer son alternativas a este tipo de dispensación, y por tanto la reglamentación tendría que revisarse”. De hecho, explicita que la idea de Apoyo Positivo es la de “jugar con un modelo híbrido, y contar siempre con un profesional sanitario que supervise estas acciones”.

Monte considera que las administraciones tendrían que incentivar la formación de pacientes.

Garrido aborda estas cuestiones durante la mesa 'El paciente como protagonista activo de su salud', celebrada en el marco del 60 Congreso de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria'. En este sentido, informa de que su organización, precisamente en el ámbito de la formación, prepara un “plan de crónicos, un plan de estudios de educación en salud y un observatorio de salud”, proyectos que espera poder lanzar en un futuro próximo. Asimismo, asegura que la “farmacia Hospitalaria ha sido proactiva en todo momento en la gestión de enfermedades crónicas con los pacientes y avanza en este camino”.

Por su parte, Rafael Sánchez, de Osakidetza, tiene clara su apuesta por las “consultas no presenciales en salud mental. Los pacientes están cambiando, y nos tenemos que adaptar a ello”. De hecho, esta metolodía es “eficiente” dado que permite reducir los periodos de espera de 23 días a dos y solo el 15 por ciento de los atendidos requieren más consultas al cabo de seis meses, por tanto, “es eficiente”.

De hecho, asegura que el porvenir de la atención sanitaria pasa por la realidad virtual y las redes sociales. ¿Y el futuro de la medicina? “Está en los móviles y sus aplicaciones”, aunque también dice que esto también es presente, como la telemedicina.

Mientras, Ramón Morillo, responsable del programa Paciente Experto 2.0, explica que la base del planteamiento de su proyecto está en la interactividad de los pacientes. “No tienen nada que ver con los de hace diez años. Un tercio de los pacientes externos ya consultan en internet sobre su enfermedad antes de la consulta”.

Por ello, considera fundamental crear espacios 2.0 “compartidos” entre profesionales y pacientes, como su programa, único en su campo dado que cuenta con el aval de la Universidad de Stanford. Y que a partir de la semana que viene se volverá cada vez más colectivo, dado que otros hospitales de España aparte del suyo (el de Nuestra Señora de Valme, en Sevilla) podrán agregar pacientes a este proyecto.

Ramón Morillo, Rafael Sánchez y Jorge Garrido.

Un momento de la presentación de Morillo.

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