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Javier Leo / Imagen: Adrián Conde. Madrid Diez sociedades científicas apoyadas por la Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas (Facme) han presentado este jueves un manifiesto en el que solicitan al Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad que prime la calidad y el ahorro por encima del recorte. A su juicio, las respuestas políticas a la crisis se han centrado básicamente en los recortes de salarios, precios y de la inversión, hecho que “amenaza la calidad sin mejorar la eficiencia”. En este sentido, los autores del manifiesto aseguran que, a día de hoy, la situación es “preocupante pero no alarmante” y admiten que la calidad de la asistencia sanitaria no se ha visto comprometida por los recortes, “por ahora”. Según ha explicado el presidente de Facme, José Manuel Bajo Arenas, el documento “no es amenazante”, se trata de “cambiar el recorte por el ahorro” y de “velar por la calidad de la asistencia sanitaria”. Para ello, el texto consensuado pide, entre otras cosas, el establecimiento de un sistema de formación continuada común para toda España, así como la medición mediante indicadores de calidad y guías de buena praxis de la actividad de los hospitales del Sistema Nacional de Salud (SNS). “Nuestra postura es una postura limpia y transparente, sin ningún interés detrás más allá del bienestar del paciente”, ha apuntado el presidente de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), Vicente Bertomeu. En España “sobran hospitales” En su opinión, “es necesario ordenar los recursos” porque España tiene un SNS “fragmentado” en el que “se confunde proximidad con accesibilidad”. “En España sobran hospitales, aeropuertos, carreteras y universidades”, ha sentenciado Bertomeu, quien ha pedido al Ministerio de Sanidad que deje a los profesionales participar en las reformas estructurales del sistema para “evitar los recortes y optar por la eficiencia”. Por su parte, el presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), Juan Jesús Cruz, ha manifestado la preocupación de los facultativos ante las dificultades de acceso a algunos medicamentos, en especial los oncológicos, por su alto precio. Sin embargo, ha aclarado que “no se debe alarmar a la población, tememos que los recortes puedan repercutir en un futuro en la calidad, pero los pacientes no se van a quedar en la calle”.
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