El menor había nacido con atresia de vías biliares extrahepática



14 oct. 2015 16:56H
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Redacción. Córdoba
Los profesionales del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba han realizado el primer trasplante hepático de donante vivo en España entre una abuela, de 55 años, y su nieto, de un año, que había nacido con atresia de vías biliares extrahepática, una mal formación del hígado que lo deteriora, la principal patología que motiva el trasplante de este órgano en la infancia.

Marina Álvarez, gerente del Hospital Reina Sofía de Córdoba.

Esta intervención pionera, que es fruto una vez más del “altruismo consolidado” de la sociedad andaluza, sólo encuentra dos precedentes parecidos en España, concretamente dos abuelos que donaron a sus nietos uno de sus riñones. En este caso, el trasplante se llevó a cabo a finales de junio de este año, cuando el bebé, que ahora tiene un año, tenía nueve meses. La abuela, que recibió el alta cuatro días después de la intervención, ha donado a su nieto alrededor del 20 por ciento de su hígado, al tratarse de un segmento pequeño, el órgano no necesita regenerarse para poder seguir realizando su función correctamente.

Según ha explicado la abuela, ser la donante de su nieto ha sido “la cosa más hermosa que ha podido hacer en este mundo”, como es “darle vida” a su nieto, que “dejara de sufrir, porque poco a poco perdía la vida”, por lo tanto destaca que es “una satisfacción”.

Javier Briceño ha detallado que “el índice de supervivencia era de unos seis o siete meses de vida, pero empeoró drásticamente y obligó a hacer una evaluación de donación un poco más acelerada de la habitual”, de modo que “en el momento que se trasplantó su expectativa de vida no superaba el mes”.

Se trata del primer trasplante de estas características que se lleva a cabo en España, y uno de los primeros en el mundo, a pesar de que cada vez es más común la donación entre familiares. La incompatibilidad para regalar un segmento hepático a su bebé por parte de los progenitores propició que entrara en escena la abuela materna, ofreciéndose ella misma como posible donante.

El director del programa de trasplante hepático reconoce que, de entrada, los sanitarios “se vieron sorprendidos” con la propuesta, pero enseguida valoraron la situación e iniciaron los estudios de idoneidad. “Las analíticas y las pruebas de imagen confirmaron que la abuela tenía un hígado perfecto”, ha apuntado el cirujano.
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