La Comunidad Valenciana ha comenzado a tramitar la conocida Ley de la Transexualidad, siguiendo los pasos de regiones como Madrid, Extremadura, Baleares y Murcia. Esta Ley financia el tratamiento quirúrgico y farmacológico de los menores que quieran cambiar de sexo y cuenta con el apoyo de diversos colectivos, pero también tiene en frente a poderosos detractores. Especialmente el arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, para quien “adoctrinar a los niños en ideología de género es una maldad”. Por ello, el prelado ha llamado a los católicos a “actuar” y “no cruzarse de brazos” ante una norma que aboca a “la destrucción de la familia”. Carmen Montón, consejera de Sanidad, debe estar pensando en aquello que le dijo Don Quijote a Sancho: “con la iglesia hemos dado, amigo”.
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