Osakidetza debatirá fijar auditorías en su colaboración público-privada

El consenso del Pacto Vasco de Salud se ha encontrado con un 'bache' que no espera ser solucionado, o por lo menos, en los próximos tres días, que es el tiempo que queda para que tenga lugar la última reunión de la mesa, en la que, en teoría, se presentará el documento definitivo. Un texto que se encuentra en un momento decisivo. Y es que una de las 24 líneas estratégicas que se pretenden fijar ha dinamitado las conversaciones entre los agentes participantes.

Se trata de la colaboración público-privada, un tema que ha provocado los primero 'roces' reales entre el Departamento de Salud liderado por Alberto Martínez y partidos políticos, sindicatos y colegios profesionales. Frente al documento que les presentó el equipo del consejero el pasado 11 de junio, día en el que se formalizaron las últimas dos hojas de ruta del Pacto (cartera de servicios y colaboración público-privada), EH Bildu ha presentado una enmienda que pretende "reforzar el sistema público de salud priorizando la prestación del servicio mediante medios públicos y propios y revirtiendo servicios estructurales y críticos bajo la eficiencia y calidad poniendo al ciudadano en el centro". Así lo ha afirmado este martes en rueda de prensa Pello Otxandiano, líder de la formación nacionalista.

Una enmienda al Pacto Vasco de Salud

Durante su intervención, ha explicado las cinco líneas de acción que esperan que considere el Gobierno vasco. Según ha matizado, "la situación está atascada" y con esta aportación "se dibuja un espacio de encuentro".

En primer lugar, el partido de Otxandiano propone "inventariar la prestación de servicios de Osakidetza, con la colaboración del Tribunal Vasco de Cuentas, en el plazo de seis meses, incluyendo contratos, conciertos, convenios, subvenciones y otros instrumentos". Pero no solo eso. Además, valoran "evaluar cada contrato con el sector privado para la provisión de servicios mediante el análisis de costes comparativos, impactos y resultados de salud, como el impacto en la equidad y en la accesibildiad, la evaluación de los riesgos fiscales y contractuales y el cumplimiento de las condiciones laborales en el Sevicio Vasco de Salud.

Por otro lado, el texto adicional sugiere "crear un marco integrado por la Administración, colegios profesiones, representantes de trabajadores y representantes de usuarios que analice y apruebe las situaciones puntuales debidamente justificadas de externalización de servicios". Es decir, estudiarán que "estas externalizaciones no supongan un debilitamiento del sistema público de salud". 

Aunque no solo han pensado en 'auditorías' de la relación público-privada. También han planteado "realizar un plan de integración de servicios sanitarios que deben ser previstos por el sector público", lo que podría ser una acumulación de rechazos a contratos con la privada.

La colaboración público-privada de Osakidetza, en el punto de mira

Para Bildu, este tema es "el nudo gordiano de la Mesa de Salud": "Es el tema del Pacto, atraviesa al resto de líneas estratégicas de una manera u otra". Desde el punto de vista del dirigente independentista, aunque el Ejecutivo diga "que el país está blindado frente a las privatizaciones y que el 6 por ciento de concertación del Departamento de Salud es muy bajo en comparación con el de otros sistemas", hay muchos factores que serán determinantes durante los próximos años.

Entre ellos, "el aumento del gasto en Defensa de Europa del 5 por ciento". "Para invertir en ello, habrá que reducir en el ámbito del bientestar. Habrá una tentación creciente en los siguientes años de reducir el gasto público en sanidad, que es el ámbito donde más se invierte, y esto no se nos puede escapar", ha detallado.

Otro determinante que ha apuntado Otxandiano es el envejecimiento de la población. "Osakidetza va a requerir de un aumento del gasto público en sanidad y es una presión que va a estar presente", ha subrayado. Eso sí, sin duda, el 'clavo' que "incentivará" la colaboración público-privada será la digitalización.

"Se abren nuevas vías y posibilidades para que el sector privado que persigue el ánimo de lucro gane espacios en la prestación de los servicios de salud", ha añadido. Tal y como ha explicado, "las fundaciones que persiguen ese ánimo de lucro no están representadas en la Mesa de Slaud". De hecho, el único representante del sector privado, según el líder de Bildu, es la Confederación Empresarial Vasca (Confebask). "Es con ellos con los que estamos teniendo este debate, ya que, al final, son los que están determinando la cartera de servicios de Osakidetza", ha achacado.

Un 6% de concertaciones "difuso"

Además, ha asegurado que el 6 por ciento de concertaciones reflejado en el diagnóstico del Pacto Vasco de Salud es un indicador "difuso". "En los presupuestos de Euskadi de 2025 la concertación sanitaria creció un 9,1 por ciento respecto al año anterior, la concertación sociosanitaria un 47 por ciento y el presupuesto destinado a las derivaciones ha pasado del 4,4 por ciento al 6,5 por ciento", ha detallado. Por lo tanto, ese 6 por ciento es un indicador "totalmente insuficiente".

Unas palabras que, como bien dice el dirigente nacionalista, llegan en un momento delicado para la 'gran' inciativa liderada por Martínez. Y no solo Bildu ha admitido no estar de acuerdo con el texto presentado en la línea estratégica relacionada con la colaboración público-privada. La semana pasada realizaron un comunicado conjunto la formación abertzale, Sumar, Satse, CCOO, LAB, UGT y los Colegios Oficiales de Trabajo Social de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa sobre los últimos acontecimientos. 

Sindicatos, colegios y partidos, en pleno debate

Un escrito que llegó el día después a la reunión en la que se pretendía 'limar las asperezas' en las relaciones con el sector privado, pero que terminó siendo un punto de 'encontronazos'.

"Desgraciadamente, en dicha reunión se volvió a evidenciar una falta de consenso en algo que consideramos elemental y que este mismo grupo ya aprobó por mayoría: reforzar el sistema público vasco de salud priorizando la prestación del servicio mediante medios público y propios, reduciendo progresivamente su dependencia del sector privado, poniendo al ciudadano en el centro", comenzaba el texto. Y sí, coincide con el objetivo expuesto por Bildu en su enmienda. 

Por su parte, el lehendakari, Imanol Pradales, ha afirmado tras la reunión del Consejo de Gobierno de este martes que "hay un calendario fijado". Eso sí, ha admitido que "hay que mojarse" este 27 de junio: "Es el momento de comprometerse y de que cada uno explique las razones por las que participa o no participa en este pacto".

Además, ha destacado que el Gobierno, "hasta la fecha, ha respetado lo que la Mesa de Salud ha ido diciendo". "Si nos pidiera a todos ampliar el plazo..., pero hasta donde yo conozco, lo ha solicitado única y exclusivamente un partido político, y el 27 todos sabemos a lo que íbamos, a buscar o no un consenso en torno a la tercera fase del Pacto de Salud".

Ahora, comienza la parte crítica del Pacto Vasco de Salud: el final de la fase de enmiendas. El viernes se espera que el Departamento presente el documento definitivo con las aportaciones aprobadas por mayoría. Hay que recordar que ningún agente ha visto los textos finales de ninguna de las 24 líneas plasmadas, un hecho criticado también por Otxandiano en rueda de prensa: "No es de recibo que mientras se están discutiendo las 24 ponencias, el Gobierno vasco diga que hay acuerdo. Aún no disponemos de las ponencias del viernes". Así, tanto Ejecutivo como oposición como los más de 400 participantes de la Mesa de Salud se preparan para una gala de acuerdos y desacuerdos que espera estar cargada de consenso, o no.