El consejero de Salud de Euskadi, Alberto Martínez.
Si las últimas reuniones del
Pacto Vasco de Salud por Osakidetza mostraron
los primeros 'roces' entre los agentes integrantes del mismo, la celebrada este miércoles dejó claro que el consenso unánime es complicado de alcanzar. Y es que, tal y como ha podido conocer
Redacción Médica, la línea estratégica relacionada con la
colaboración sanitaria público-privada no ha sido aprobada. Por ello, tendrá que volver a debatirse en su grupo de trabajo correspondiente y, así, poder llegar a un nuevo texto que consiga aunar un mayor número de apoyos, aunque se trata de
una tarea compleja.
De hecho, ya lo anunció el propio consejero de Salud, Alberto Martínez, antes de entrar: "Esa línea está llevando más tiempo de lo previsto". Aun así, el titular de la rama confirmó que el 80 por ciento de los agentes estaban de acuerdo con las conclusiones recopiladas. Sin embargo, el principal problema radica en
la definición del concepto de "colaboración público-privada".
Concretamente, para llegar a ese añorado consenso pleno, el anestesiólogo ha formulado
una propuesta integradora en esta décima sesión celebrada en Victoria-Gasteiz, donde también se presentaba el documento que fijaba la hoja de ruta en materia de
cartera de servicios. El texto alternativo define como objetivo "reforzar y modernizar el sistema sanitario público vasco bajo
los principios de eficiencia, equidad y calidad, garantizando su sostenibilidad a largo plazo y poniendo al paciente en el centro".
Una vía integradora para Osakidetza
Dentro de esa estrategia integradora se distinguirán
diferentes líneas de acción. En primer lugar, se hará inventario de la prestación de servicios con la participación de los operadores privados, incluyendo contratos,
conciertos, convenios, subvenciones y otros instrumentos. Además, se evaluará cada colaboración público-privada mediante análisis de costes comparativos, el impacto en resultados de salud y en equidad y accesibilidad, y se evaluarán los
riesgos fiscales y contractuales.
Con el objetivo de organizar los servicios de manera más eficiente, se propone clasificarlos en críticos/estratégicos, subcontratables y eliminables/reinternalizables. Como últimos dos puntos se plantean fortalecer la capacidad pública de planificación y contratación y
adecuar el marco normativo que regule la colaboración público-privada.
El documento establece como indicador el
porcentaje de gasto sanitario dedicado a la prestación de servicios mediante algún modelo de colaboración, "garantizando la calidad y accesibilidad de los servicios". La meta, según el Departamento de Salud, será
no superar el 6 por ciento actual.
Hacia la ampliación de la cartera de servicios
En cuanto a la otra línea estratégica definida, la reunión de la
Mesa del Pacto ha fijado consolidar
una cartera de servicios accesible y equitativa. En este sentido, se pretende ampliar la
cartera de servicios comunitaria, crear un modelo que permita incorporar y aprovechar las nuevas tecnologías e innovaciones sanitarias de una forma sostenible y equitativa y alinear la cartera de servicios con las necesidades de salud.
También se plantea favorecer específicamente en la cartera de servicios
la salud visual, la salud mental, la asistencia de enfermedades minoritarias y la
salud bucodental. Aparte de ello, se valora como 'clave' el refuerzo de la participación de la ciudadanía, los profesionales, los pacientes y los colegios profesionales en las decisiones relacionadas con la cartera de servicios.
El 27 de junio, fecha clave
Ahora, el objetivo, según han confirmado a este medio fuentes presentes en el encuentro, será conseguir 'un consenso del 100 por ciento' entre esta semana y la siguiente y, así, llegar a un acuerdo. Todo con vistas a poder tener el documento definitivo el próximo 27 de junio, un día en el que se dará por finalizado un "acuerdo histórico vasco" -definido así por Martínez-. Aun así, nada está confirmado.
Todavía habrá que esperar a que el Departamento presente a los agentes los textos definitivos con las alegaciones integradas. La línea relacionada con los derechos lingüísticos, por ejemplo, tampoco ha recibido el 'sí' unánime. Las discrepancias, en este aspecto, son claras, ya que como han afirmado a este medio, hay muchos puntos de vista en
la implantación del euskera en Osakidetza "sin restar profesionales". Por ello, el
euskera, la internalización de servicios y la colaboración con la empresa privada son los retos a los que Martínez tendrá que enfrentarse en menos de un mes.
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