Rafael Bañares y Germán Soriano.
Dos estudios del Hospital General Universitario Gregorio Marañón, centro público de la Comunidad de Madrid, han constatado importantes beneficios de la suplementación con
vitamina D en pacientes con
cirrosis descompensada, la fase más grave y avanzada de esta enfermedad hepática.
Gracias a estos hallazgos, los investigadores del centro sanitario madrileño han podido ampliar la información científica sobre cómo la mejora de la deficiencia de
este nutriente puede impacto en la calidad de vida, la autonomía funcional y el pronóstico clínico de estos pacientes, más allá de sus efectos sobre el metabolismo óseo.
Estos trabajos han sido publicados recientemente en las revistas científicas Medical Sciences y Nutrients, coordinados junto al Hospital de Sant Pau de Barcelona. Asimismo, los estudios han contado con el apoyo de la Comisión Europea y del Instituto de Salud Carlos III.
Los estudios han sido liderados por los Servicios de Medicina del Aparato Digestivo del Hospital Gregorio Marañón y su Instituto de Investigación Sanitaria (IiSGM), así como el Hospital de Sant Pau-Instituto de Investigación (IR) Sant Pau y la Escuela Universitaria de Enfermería Sant Pau, en el marco de una colaboración entre grupos del CIBERehd y del CIBERSAM y la Universidad de Melbourne (Australia).
Fragilidad y fuerza muscular con la vitamina D
El primero de los estudios, publicado en la revista Medical Sciences, demostró que la suplementación con vitamina D, como parte de una intervención nutricional multifactorial,
mejora significativamente la fuerza y masa muscular atenuando la fragilidad en pacientes con cirrosis descompensada y déficit de esta vitamina.
El estudio incluyó a 39 pacientes que habían sido recientemente hospitalizados por complicaciones relacionadas con la cirrosis hepática. Una vez confirmados los niveles bajos de vitamina D, se inició su suplementación siguiendo las recomendaciones clínicas vigentes, así como con otros micronutrientes si era necesario.
Durante doce meses, los investigadores evaluaron el impacto de esta intervención sobre la fragilidad (índice de Fried), la fuerza de prensión, la composición corporal y la calidad de vida.
"Sabíamos que el déficit de vitamina D era muy frecuente en pacientes con cirrosis avanzada, pero hasta ahora no había evidencia sólida sobre si tratarlo tenía un impacto clínico real en la fragilidad", explica Germán Soriano, investigador del grupo de Patología Digestiva del IR Sant Pau y jefe clínico del Hospital de Sant Pau, uno de los autores correspondientes del estudio.
A los seis meses, los pacientes mostraron una mejora significativa en el índice de fragilidad de Fried y un aumento sostenido de la fuerza muscular durante todo el año de seguimiento. A los doce meses, también se observó un incremento en la masa magra y grasa.
"Lo más relevante es que no solo mejoraron los parámetros bioquímicos y nutricionales, sino también variables clínicas y funcionales, como la fuerza de prensión, el nivel de ansiedad y la calidad de vida", señala Soriano. "Esto tiene implicaciones importantes para el bienestar y la autonomía de estos pacientes".
"La mejoría en la sarcopenia, un componente predominante del síndrome de fragilidad en los pacientes con cirrosis es un hallazgo destacable en nuestro estudio y abre la puerta a nuevas investigaciones que confirmen estos datos" destaca Rita Garcia-Martinez, una de las autoras del trabajo desde el Hospital Gregorio Marañón.
El estudio, de carácter observacional, pone de relieve una estrategia de bajo coste y fácil aplicación para mejorar la situación funcional de personas con enfermedad hepática avanzada, un colectivo especialmente vulnerable. "Mejorar la fragilidad puede reducir el riesgo de
nuevas hospitalizaciones, caídas y mortalidad. Incorporar la evaluación y el tratamiento del déficit de vitamina D en el manejo clínico habitual de estos pacientes podría marcar una diferencia significativa", concluye Soriano.
Mejora de la inflamación y la función cognitiva con vitamina D
El segundo estudio, publicado en la revista científica Nutrients, demostró que la suplementación con vitamina D puede mejorar la función cognitiva y reducir los niveles de inflamación en pacientes con cirrosis descompensada, que se caracteriza por la presencia de inflamación crónica, deficiencia en las funciones del sistema inmune y, a menudo, una alteración de las funciones cognitivas. Ante este contexto, los investigadores plantearon la hipótesis de que el déficit de vitamina D (muy frecuente en estos pacientes) podría contribuir a empeorar estas disfunciones.
"Nuestros datos apuntan a que la vitamina D juega un papel clave en la regulación de la inflamación y el rendimiento cognitivo en pacientes con cirrosis avanzada", explica Rita García-Martínez, que ha liderado el proyecto en el centro sanitario madrileño.
El estudio incluyó a 39 pacientes con cirrosis descompensada y déficit de vitamina D. Veintisiete completaron un seguimiento de seis meses y 22 llegaron al control de los doce meses. A todos se les administró un suplemento oral diario de vitamina D con el objetivo de alcanzar niveles adecuados de esta vitamina en sangre.
Los resultados muestran que los pacientes con niveles más bajos de vitamina D presentaban una peor función cognitiva, sobre todo en tareas que implican memoria de trabajo y aprendizaje. Asimismo, los pacientes con niveles más altos de marcadores inflamatorios también presentaban un peor rendimiento cognitivo en tareas de velocidad de procesamiento y atención. Tras la suplementación, no solo se observó una mejora significativa del rendimiento cognitivo, sino también una reducción de los niveles de algunas citocinas proinflamatorias.
"Estos datos refuerzan la vinculación entre la inflamación sistémica y las alteraciones cognitivas en la cirrosis lo que abre la posibilidad de intervenciones terapéuticas en este sentido" indica Rafael Bañares, médico del Servicio de Aparato Digestivo del Hospital Gregorio Marañón. En la misma línea García-Martínez indica que la vitamina D "podría convertirse en una herramienta terapéutica segura, asequible y de fácil administración para prevenir complicaciones comunes en pacientes con enfermedad hepática avanzada".
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