El Hospital Clínico Universitario de Valladolid refuerza su papel en la investigación clínica de la obesidad con su incorporación a CIBEROBN, una alianza que busca trasladar el conocimiento fisiopatológico directamente a la práctica asistencial. Al frente de este trabajo está Daniel de Luis Román, jefe del Servicio de Endocrinología y Nutrición, catedrático de la Universidad de Valladolid y director del I.E.N.VA, que defiende un abordaje de la obesidad como enfermedad crónica, compleja y heterogénea. En esta entrevista con Redacción Médica, analiza cómo el uso de datos del mundo real, biomarcadores avanzados e inteligencia artificial puede cambiar el diagnóstico, la estratificación de riesgo y el tratamiento personalizado del paciente con obesidad a medio plazo.
¿Qué hipótesis fisiopatológicas de la obesidad considera prioritarias abordar desde la práctica clínica real y cómo se van a investigar dentro de CIBEROBN?
Desde la práctica clínica real, resulta prioritario abordar la obesidad como una enfermedad crónica, heterogénea y multifactorial, en la que confluyen alteraciones del balance energético, disfunción del tejido adiposo, inflamación crónica de bajo grado, resistencia a la insulina, y una interacción con factores genéticos, epigenéticos y ambientales. Dentro de CIBEROBN, estas hipótesis se investigarán mediante estudios traslacionales que integran datos clínicos reales, caracterización metabólica avanzada y aproximaciones ómicas, permitiendo analizar cómo estas vías fisiopatológicas se expresan en distintos perfiles de pacientes atendidos en el sistema sanitario. El pale de nuestro grupo es como Grupo clínico vinculado, por tanto aportaremos la capacidad de traslación de todo este conocimiento a la práctica clínica real con los pacientes.
¿De qué manera esta vinculación con CIBER permitirá generar evidencia clínica aplicable al manejo del paciente con obesidad más allá de los ensayos clásicos?
La vinculación con CIBER facilita el acceso a cohortes amplias, multicéntricas y representativas de la práctica clínica habitual, lo que permite generar evidencia complementaria a la obtenida en ensayos clínicos controlados. Este enfoque posibilita evaluar intervenciones nutricionales, farmacológicas y de cambio de estilo de vida en condiciones reales, analizar resultados a largo plazo y estudiar variables frecuentemente excluidas de los ensayos clásicos, como la comorbilidad múltiple, la adherencia o la variabilidad individual en la respuesta terapéutica, así como el contexto socionanitario de los pacientes.
¿Qué tipo de pacientes y fenotipos de obesidad serán clave en los estudios que se desarrollen desde el Hospital Clínico de Valladolid?
Serán especialmente relevantes los pacientes con obesidad asociada a complicaciones metabólicas, como diabetes tipo 2, síndrome metabólico, enfermedad cardiovascular o sarcopenia, así como aquellos con obesidad clínicamente compleja o de larga evolución, y que requieran cirugía de la obesidad o el abordaje con nuevos tratamientos farmacológicos. Asimismo, se prestará atención a fenotipos específicos, como la obesidad con diferente distribución del tejido adiposo, la obesidad asociada a la sarcopenia, con el objetivo de avanzar hacia una clasificación más funcional y clínicamente útil de la enfermedad.
¿Cómo se integrarán biomarcadores metabólicos, endocrinos o nutricionales en los proyectos de investigación y con qué potencial impacto en la toma de decisiones clínicas?
Los proyectos incorporarán biomarcadores metabólicos, endocrinos y nutricionales mediante una aproximación integrada que combine analítica convencional, marcadores emergentes y herramientas de evaluación de la composición corporal. El objetivo es identificar perfiles biológicos que ayuden a estratificar el riesgo, predecir la respuesta a las distintas intervenciones y monitorizar de forma más precisa la evolución del paciente. A medio plazo, esta integración puede favorecer una toma de decisiones más personalizad, sin duda el uso de herramientas de inteligencia artificial nos ayudaran a comprender mejor el significado de todos estos biomarcadores.
Desde la perspectiva del endocrinólogo asistencial, ¿qué cambios reales puede esperar en diagnóstico, estratificación de riesgo o tratamiento del paciente con obesidad a medio plazo?
A medio plazo, se espera una mejora en la capacidad para diagnosticar la obesidad más allá del índice de masa corporal, incorporando parámetros funcionales y metabólicos que reflejen mejor el riesgo real del paciente. Asimismo, la estratificación del riesgo será más precisa, lo que permitirá seleccionar de forma más adecuada las estrategias terapéuticas, tanto nutricionales como farmacológicas. En conjunto, esta alianza puede contribuir a un abordaje más individualizado, eficiente y basado en la fisiopatología, con un impacto directo en la calidad asistencial del paciente con obesidad.
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