Hospital de Jaén
La radioterapia se ha consolidado como uno de los tratamientos más importantes en la lucha contra el cáncer, gracias a su capacidad de
actuar de manera localizada sobre los tumores. Justo en el Hospital Universitario de Jaén, los servicios de Oncología Radioterápica destacan esta metodología concretamente en el
cáncer del mama, donde están aplicando
una técnica precisa de inspiración para garantizar la eficacia del tratamiento y minimizar riesgos. Así, Ángeles Sánchez Gálvez, jefa de Oncología Radioterápica, y Mario Lobato, jefe de Radiofísica de este hospital, cuentan en
Redacción Médica en qué consiste este método que aplican desde junio de este año en pacientes seleccionadas.
Y es que uno de los principales problemas del tratar el cáncer de mama, sobre todo en el seno izquierdo, es que
el corazón está "anatómica y funcionalmente más próximo a la zona de tratamiento y esto hace más probable que partes del corazón- y en particular arterias coronarias como la descendente anterior- puedan recibir
dosis de radioterapia que puedan provocar una lesión", explica Sánchez Gálvez, que también señala que, a largo plazo, eso se traduce en "mayor riesgo de enfermedad coronaria y otros problemas cardíacos".
Técnica de inspiración profunda mantenida
Antiguamente, hace unas dos décadas, "las pacientes eran más propensas a desarrollar problemas tipo enfermedad coronaria como
angina de pecho e infarto", aunque era más raro que apareciaran "pericarditis o incluso alteraciones en las válvulas cardiacas", revela Sánchez Gálvez. Patologías que se dan porque, tal y como aclara por otro lado Lobato, "
el daño al corazón está relacionado con la dosis media o las dosis máximas recibidas en zonas específicas, como la arteria coronaria descendente anterior".
Por esta razón, el Hospital de Jaén lleva a cabo la ténica
Deep Inspitation Breath Hold (DIBH), que en español sería Inspiración profunda mantenida, sobre la mama izquierda. "Consiste en pedir mediante un sistema de comunicación a la paciente
que inspire profundamente y mantenga la respiración durante los segundos en que se administra la radiación", indica Sánchez Gálvez. De esta forma, en inspiración profunda, "el tórax se expande y el corazón se desplaza hacia abajo/atrás, alejándose del campo a tratar, lo que reduce su exposición".
La DIBH se aplica "con el sistema de guiado por superficie (SGRT) y la
verificación por imagen guiada", lo que permite "el posicionamiento de las pacientes con una precisión milimétrica", sigue Lobato. Además, con el sistema SGRT pueden monitorizar "la posición y la respiración de las pacientes durante el tratamiento". Se trata, entonces, de una técnica que depende "en alto grado", insiste Sánchez Galvez, "de la correcta aplicación del personal técnico y del uso de los sistemas de radioterapia guiada por la imagen que permiten verificar que el tratamiento se hace correctamente" pero que "
muestra disminuciones significativas de la dosis al corazón frente a respiración libre del orden del 30-40 por ciento -y en muchos pacientes >20-50 por ciento de reducción-, además de reducción en dosis en otros tejidos y órganos como son la coronaria y el pulmón izquierdo".
Casos concretos e instrucción de las pacientes
Pero esta técnica se aplica en ciertos casos, concretamente "en aquellas pacientes tienen la configuración de las costillas que hacen que el corazón quede dentro del campo de tratamiento", puntualiza Lobato. Entonces,
el tiempo de tratamiento aumenta "porque no pueden aguantar varios minutos sin respirar y debemos trocear la administración del tratamineto para permitir que la paciente se relaje y vuelva a tomar aire". Aparte, al requerir su colaboración, "hay casos que por el estado general de la paciente o incluso por la edad que no es posible realizar el tratamiento con DIBH", matiza Sánchez Gálvez.
"Esto hace que el tratamiento sea incómodo pero tolerable", reconoce el jefe de Radiofísica: "La duración del tratamiento de nuestra primera paciente era de 3 minutos y conseguía hacerlo en 3 tandas. Durante el tratamiento la paciente está viendo en una pequeña pantalla cómo está sosteniendo la respiración que debe mantener en unos márgenes y está asistida por el personal, que la va guiando".
Para ello, se prepara a las pacientes. Por un lado, se les aconseja "entrenar"
antes del tratamiento "realizando inspiraciones mantenidas, que pueden hacer cómodamente en su casa", señala Sánchez Gálvez, que indica que desde la consulta de Enfermería se le explica
"cómo deben hacer ese entrenamiento y resuelven las dudas que puedan tener". Por otro, desde el equipo de Radiofísica, Lobato asegura que se instruye a la paciente cuando va a realizarse el tratamiento: Instruimos a la paciente sobre la pantalla que le muestra qué cantidad de aire debe tomar y mantener y la guiamos durante el proceso de adquisición de imágenes para preparar el tratamiento y durante la aplicación del mismo".
Futuro de la DIBH y retos de la Radioterapia
Ambos facultativos aseguran que el mayor beneficio de aplicar este método ha sido "la
mejora en la precisión de la radioterapia para las pacientes que, de otra manera no se hubiesen podido tratar tan bien como nos gustaría". Sánchez Gálvez pone un ejemplo claro: "Nuestra última paciente presentaba con la planificación inicial una cobertura del tumor del 76% y la dosis media al corazón de 5,2 Gy. Al aplicar la técnica hemos pasado a una cobertura del tumor del 100% y la dosis media del corazón de 3.5Gy". Además, destacan un
beneficio psicológico evidente ya que las pacientes "se sienten partícipes" en la aplicación del tratamiento.
Aunque, en este sentido, Lobato pone el foco en la
anatomía de las pacientes, ya que es "muy variable" y eso provoca que utilizar estrategias de tratamiento muy diferentes de unas pacientes a otras. Esto convierte el diseño del tratamiento de nuestas pacientes en un arte más que en una cosa mecánica".Por eso, es importante diferenciar que el óncologo radioterápico "establece las dosis tolerables" y los radiofísicos tienen en cuenta "esas limitaciones en el diseño del tratamiento".
Respecto al futuro, no descartan aplicar esta técnica a otros cánceres: "Se podrían aplicar en
tumores localizados en el tórax o en abdomen superior que requieran evitar el movimiento respiratorio. Sobre todo en técnicas de gran precisión en las que se administran altas dosis en cada sesión de tratamiento como radioterapia ablativa". Y, sobre los retos de la radioterapia, los dos destacan "la aplicación de IA a la ayuda determinar los volúmenes de tratamiento y órganos a proteger del paciente, incorporación de la resonancia magnética para mejorar la delimitación de los distintos tejidos, braquiterapia intersticial en tumores ginecológicos y de próstata y la radioterapia ablativa para tumores de abdomen".
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