La falta de formación de los clínicos y escasez de biomarcadores, entre ellas



15 nov. 2015 17:39H
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Eduardo Ortega Socorro / Imagen: Joana Huertas. Valencia
Si hay algo que no se pone en duda en cáncer, es que los nuevos medicamentos inmunológicos van a suponer un avance que traerá un “cambio de paradigma” en el  curso de la enfermedad en varios tipos de tumores, indica Alfonso Berrocal, del Servicio de Oncología Médica del Hospital General Universitario de Valencia.

Olga Delgado, del Servicio de Farmacia Hospitalaria del Hospital Universitario Son Espases de Palma de Mallorca; Alfonso Berrocal, del Servicio de Oncología Médica del Hospital General Universitario de Valencia, y Ana Cristina Cercós, del Servicio de Farmacia Hospitalaria del Hospital Universitario Dr. Peset, también de Valencia.


De hecho, recuerda que las inmunoterapias más avanzadas (como los anti PD-1) han llegado para quedarse en primera línea de tratamiento, dado que han logrado aumentar la supervivencia en melanoma (uno de los tumores con peor pronóstico) en casi un 50 por ciento, una mejora que también se da en otros tipos de cáncer, aunque se queda en el 30 por ciento. Una revolución que ensayos clínicos ya han demostrado que se puede combinar con terapias ya habituales como ipilimumab.  

Berrocal explica las barreras a las que enfrenta la inmuno-oncología para su implantación.

Sin embargo, Berrocal avisa de que la inmuno-oncología se encuentra, a día de hoy, con, al menos, tres barreras principalmente para aplicarse y establecerse en el día a día.  En primer lugar, se encuentra un problema formativo. “En la carrera de Medicina, la inmunología se estudia solo de forma superficial en los estudios de pregrado. Para empezar, necesitamos una formación más amplia en este campo”.

Por otro lado, avisa de la falta de biomarcadores para estos productos. “No sabemos cuáles son los pacientes que más se van a beneficiar de estos fármacos y cuáles no. No tenemos marcadores predictivos para la respuesta a estos fármacos, con lo cual no podemos todavía optimizar ni personalizar estos tratamientos”.

La cuestión económica

Finalmente, pero no menos importantes, están las “barreras de acceso”, principalmente económicas. “Son fármacos caros y sus procesos de aprobación se han dilatado. Desde que se comunicad el avance científico hasta que llega a los mercados europeos y a los pacientes han pasado tiempos extremadamente largos que han costado vidas de enfermos”, critica.

Berrocal aborda estas cuestiones durante el simposio ‘Inmunoterapia en Cáncer: Retos actuales y futuros del nuevo paradigma de tratamiento oncológico’, patrocinado por MSD. En él también ha participado Ana Cristina Cercós, del Servicio de Farmacia Hospitalaria del Hospital Universitario Dr. Peset, también de Valencia, quien indica que habrá que adoptar nuevos criterios o patrones para que la farmacoeconomía pueda analizar adecuadamente los beneficios de estas terapias. 

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