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27 dic. 2018 12:37H
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MADRID, 27 (EUROPA PRESS)

La Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC) ha recomendado que niños y ancianos eviten tomar uvas en Nochevieja por riesgo de asfixia y ha lanzando una campaña en 'Change.org' para pedir que se aumente el intervalo de tiempo entre las campanadas para mejorar la deglución de las mismas.

"Las uvas, por su forma y textura, pueden obstruir las vías respiratorias y provocar una situación de peligro que puede llevar incluso a la muerte si no se actúa a tiempo", ha explicado el secretario general de la SEORL-CCC, el doctor Raimundo Gutiérrez Fonseca.

Aunque se asocie el riesgo de asfixia por alimentos con los niños, la incidencia de asfixia en personas mayores de 65 años es siete veces mayor que en niños de uno a cuatro años, según una revisión publicada en 'Geriatrics'.

"La pérdida de la dentadura, la disminución de la salivación o el debilitamiento de los músculos responsables de la masticación asociado a la edad generan problemas de deglución en las personas mayores, sobre todo si padecen enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer o el Parkinson. Esto aumenta las posibilidades de sufrir aspiraciones a la hora de consumir alimentos sólidos o líquidos", ha indicado el doctor Gutiérrez Fonseca.

La disfagia supone una dificultad para masticar o tragar y empujar los alimentos hacie el tracto digestivo superior, "lo que propicia que algunas secreciones y sustancias lleguen a las vías aéreas y provoquen una asfixia por aspiración. En este sentido, la textura y forma de algunos alimentos que se consumen en Nochevieja dificultan una correcta deglución", ha agregado el experto.

Para reducir el riesgo de asfixia es importante seguir algunas pautas. "No hay que mezclar consistencias líquidas y sólidas. Es fundamental evitar comer de forma apresurada y se recomienda mantener una postura erguida durante las comidas", ha explicado Gutiérrez Fonseca. También puede quitarse la piel y las pepitas a las uvas y cortarlas en varios trozos, de forma que sean más fáciles de digerir.

El experto ha recordado que la aspiración por alimentos puede acabar derivando en problemas más graves como la neumonía por aspiración, una afección que provoca más de 40.000 hospitalizaciones al año en España.

Otra opción, es adaptar el momento de las campanadas y tomar otros alimentos para que los niños y las personas mayores puedan seguir la tradición sin riesgo. Sin embargo, la SEORL-CCC ha advertido de que tampoco son buenos los frutos secos, uno de los alimentos que más atrangantamientos causan en España.

"Aunque no sean alimentos de gran tamaño, los fragmentos duros que se desprenden al morderlos pueden obstruir las vías respiratorias, sobre todo en el caso de los niños menores de dos años, que no son capaces de masticarlos adecuadamente y no han desarrollado suficientes reflejos defensivos como la tos o el estornudo", ha afirmado el doctor Gutiérrez Fonseca.

Por eso, la sociedad ha aconsejado no dar cualquier tipo de fruto seco sin moler a los niños menores de tres años y han recomendado no hacerlo hasta los cinco o seis años por el alto riesgo que existe de atragantamiento y asfixia.

Otro alimento que puede provocar atragantamientos en niños y personas mayores en Nochevieja son los polvorones. "Estos dulces pueden crear una masa compacta en la boca, y si el niño ríe o tose mientras los mastica, favorecerá que lleguen trazas directamente a la laringe, la tráquea o los bronquios, dificultando la respiración", ha agregado el experto de la SEORL-CCC.

ANTE LA SOSPECHA DE ATRAGANTAMIENTO

En caso de detectar que un menor o un adulto se está atragantando es importante llamar a los servicios de emergencias o acudir de forma inmediata a un servicio de urgencias. Una vez allí, el especialista de Urgencias estudiará que valoraciones y exploraciones requiere en cada caso, pudiendo necesitar en algunos casos la extracción mediante una broncoscopia bajo anestesia general.

En el caso de que se trate de una obstrucción completa, y el menor sea mayor de un año, se procederá a realizar la maniobra de Heimlich. "Si el paciente está consciente, el reanimador se situará de pie sujetándolo por detrás, pasando los brazos por debajo de las axilas y rodeando el tórax del paciente", ha explicado el doctor Gutiérrez.

"Después colocará las manos sobre el abdomen y efectuará cinco compresiones hacia arriba y hacia atrás", ha agregado el experto. Tras la maniobra, será necesario comprobar si hay un cuerpo extraño en la boca del menor y si es posible extraerlo.

MÁS TIEMPO ENTRE CAMPANADAS

La campaña puesta en marcha por la SEORL-CCC en 'Change.org' solicita una ampliación de tres a cinco segundos entre campanada y campanada. Además de lograr una correcta deglución de las uvas, tiene como fin evitar posibles atragantamientos.

"De esta forma se podría realizar una masticación previa y se minimizarían los riesgos de aspiración", ha señalado Gutiérrez Fonseca. Con esta fórmula, además, se cubriría el primer minuto del año coincidiendo con la última de las campanadas.

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