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12 may. 2020 15:09H
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MADRID, 12 (EUROPA PRESSS)

La ONG de Ayuda Humanitaria enfocada en la infancia, World Vision ha encuestado a niños y jóvenes en 13 países frágiles o vulnerables durante los últimos dos meses para comprender el impacto que la Covid-19 ha tenido en ellos, y ha podido comprobar que sus efectos psicológicos son "debastadores".

En los 13 países, los encuestados destacaron tres factores importantes que cambiaron directamente sus vidas a gran escala: interrupción de la escuela, angustia emocional debido al distanciamiento social y aumento de la pobreza.

El 71 por ciento de los niños y jóvenes dijeron que se sentían aislados y solos debido al cierre de escuelas. "Los niños y los jóvenes se ven desproporcionadamente afectados por la COVID-19 con el cierre de escuelas y la pérdida de acceso a sus redes de seguridad social", afirma Dana Buzducea, líder de Advocacy y Participación Externa de World Vision.

A medida que se extienden los bloqueos, señala la experta, "los niños más vulnerables, sin acceso a la tecnología, no tienen acceso a la educación como lo hacen algunos de sus compañeros. Además, cientos de millones de estudiantes no reciben comidas escolares, y muchos padres no pueden proporcionar alimentos después de perder sus trabajos y medios de subsistencia. Nos dicen que no pueden ponerse en contacto con sus amigos y familiares, lo que genera confusión, ansiedad y, a veces, desesperación".

La encuesta muestra también que el 91 por ciento de los encuestados reconoció que estaban enfrentando angustia emocional y sentimientos preocupantes, incluyendo ansiedad, ira y desconcierto debido a la incertidumbre de cuánto durará esta crisis y la situación de tener que lidiar con el aislamiento.

No obstante, se observa que para estos niños era muy importante involucrarse en crear conciencia sobre la protección de las personas contra la propagación del virus, utilizando medios online y otros sistemas de colaboración remota. "Los niños no son víctimas indefensas y ocultas de esta pandemia. Son poderosos agentes de cambio, capaces de interactuar con otros para moldear positivamente sus entornos. Su derecho a la participación se ve dramáticamente afectado", explica Buzducea.

"Cuando los niños y los jóvenes están involucrados y pueden participar en el cambio social, aumenta su confianza en sí mismos, se reduce la sensación de falta de control y están en mejores condiciones para hacer frente a situaciones difíciles", concluye.

El proyecto de consulta incluyó a 101 niños y jóvenes (58 niñas y 43 niños) entre 8 y 18 años de 13 países: Albania, Bangladés, Bosnia y Herzegovina, Brasil, República Democrática del Congo, Malí, Mongolia, Nicaragua, Perú, Filipinas, Rumania, Sierra Leona y niños refugiados sirios que viven en campos de refugiados cerca de la frontera turco-siria.

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