Las últimas manifestaciones impulsadas por las plataformas en defensa de la sanidad pública en Castilla y León (en la imagen, su responsable en Salamanca), han estado marcadas por un discurso más cercano a infundir miedo que a la mera reivindicación. Tanto es así, que incluso se ha llegado a afirmar que vivir en Castilla y León supone un riesgo para la salud de sus ciudadanos por la supuesta calidad del sistema sanitario. El propio consejero se ha encargado de refutar estas tesis alarmistas apoyándose en los últimos datos del Ministerio de Sanidad, que por otra parte revelan parámetros inferiores a la media nacional en los dos aspectos más duramente criticados: listas de espera y conciertos con la privada.
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