Las causas no obedecen solo a la crisis económica, según los especialistas



18 abr. 2013 17:45H
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Redacción. Santander
El año pasado se implantaron en España 4.216 desfibriladores automáticos, casi el 2 por ciento menos que en 2011 y el 5 por ciento menos que en 2010, lo cual indica que se ha estancado la inserción de estos dispositivos en los enfermos que lo necesitan, según corroboran los resultados del último Registro Español de Desfibrilador Automático Implantable (DAI) difundido con motivo de la duodécima reunión de la Sección de Electrofisiología y Arritmias de la Sociedad Española de Cardiología (SEC).

La cifra citada aumenta según el registro de la industria farmacéutica europea, Eucomed, que eleva el número de implantes de 2012 a 5.215. En cuanto al registro, es el mayor estudio español que se efectúa en esta materia, ya que recoge el 80,5 por ciento de la actividad que se realiza en España. Los datos son aportados por 150hospitales españoles, 17centros menos que el año pasado debido a las fusiones hospitalarias que se están llevando a cabo en el marco de la reforma sanitaria actual.

Javier Alzueta, director de la Unidad de Arritmias del Hospital Universitario Virgen de la Victoria de Málaga.

“En estos momentos, España es el último país europeo en la lista de implantes de desfibriladores automáticos. Mientras que en 2012 el promedio europeo por millón de habitantes sigue creciendo hasta llegar a los 220 implantes, en España esta cifra se reduce a la mitad con 110 implantes por cada millón de habitantes”, señaló Francisco Javier Alzueta, director de la Unidad de Arritmias del Hospital Universitario Virgen de la Victoria de Málaga, responsable del registro de Desfibrilador Implantable de la Sección de Electrofisiología y Arritmias de la SEC. E informó de que, “en líneas generales, este último año, Europa ha experimentado un progresivo y ligero aumento del 3-4 por ciento mientras que en España llevamos tres años de estancamiento.”

En referencia a las posibles causas de esta progresiva reducción, el experto apuntó a que, “la actual crisis económica podría ser un factor, pero no es el principal, ya que como vemos en el análisis, las comunidades autónomas con menor número de implantes –Andalucía, Murcia, Islas Baleares, País Vasco y Cataluña– no corresponden con las que menor renta tienen. Asimismo, las comunidades autónomas que registran un mayor número de este tipo de intervenciones son Cantabria, Castilla y León, Extremadura y Madrid. Existen diversos factores adicionales, como la organización sanitaria de cada lugar u otros factores psicológicos y sociales, que banalizan el concepto de la “muerte súbita” (tanto por parte de la sociedad como por parte, también, de los profesionales sanitarios). Todo ello dificulta el reconocimiento y la identificación de estos pacientes asintomáticos”.

Por medio de los datos proporcionados por el registro, sabemos que, en el 70 por ciento de las intervenciones, se implantan desfibriladores monocamerales o bicamerales y que, en el 30 por ciento de los casos, se instala un desfibrilador tricameral (o resincronizador).

Los desfibriladores monocamerales (tasa de implantación del 51 por ciento9) son aquellos que solamente tienen un cable en el ventrículo derecho y actúan sobre las arritmias ventriculares, evitando así que se devenga la muerte súbita. Los bicamerales (tasa del 18,5 por ciento) tienen dos cables -uno en la aurícula y otro en el ventrículo- y actúan de modo similar a los monocamerales, por este motivo su tasa de implantación es la menor. Por último, están los desfibriladores tricamerales o resinconizadores (tasa del 30 por ciento), que están específicamente diseñados para pacientes que, además de sufrir arritmias ventriculares, presentan insuficiencia cardiaca y asincronía, ya que resincronizanel corazón y mejoran la función cardiaca.

El registro evidencia que el 72,33 por ciento de las intervenciones que se han realizado durante el último año corresponden a primeros implantes y el 17,7 por ciento restante han sido recambios. En este sentido, Alzueta señaló que, “con respecto al año pasado, se ha aumentado ligeramente el número de primeros implantes y en cambio, ha disminuido el número de recambios, que en el 86 por ciento de los casos se hacen por el agotamiento de la batería”.

Según los datos del estudio, el 83,4 por ciento de los DAI se han implantado en varones, hecho que se explica cuando tenemos en cuenta que la prevalencia de las enfermedades cardiovasculares en varones es más alta, y que esta se manifiesta más tardíamente y de manera más confusa en las mujeres. Otro dato que revela el registro es que la edad media del paciente es de 61 años y que en la mayoría de los casos, a los que se les tuvo que implantar este tipo de dispositivos, sufrían una cardiopatía isquémica, es decir, que ya tuvieron un infarto de miocardio antiguo.

En España, cada año fallecen alrededor de 20.000 personas debido a la muerte súbita y en la mayor parte de las ocasiones esta muerte se hubiera podido evitar con una desfibrilación precoz e inmediata. Justamente por este motivo, desde la SEC se quiere recordar la necesidad y la importancia de realizar un estudio completo del corazón, sobre todo antes de realizar un ejercicio que requiera de alto esfuerzo, y que sea, por último, un cardiólogo el que verifique si existe o no algún tipo de taquiarritmia ventricular que pueda volver a repetirse o si se está en riesgo de padecerla.

“El DAI es la terapia más eficaz que existe para tratar estas taquiarritmias ventriculares y su seguridad es hoy en día muy alta. Podríamos considerarlo como el mejor seguro de vida que podría tener el paciente, ya que es como una unidad de resucitación cardiaca, que siempre va con él”, explicó Alzueta.

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