Gestores e industria consideran que hace falta tiempo para desarrollar el potencial de las tecnologías de diagnóstico



13 abr. 2015 17:28H
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Marcos Domínguez. Madrid

De izquierda a derecha: Joan X. Comella, Jaime Vives y Manuel González Suárez.

Es hora de generalizar las tecnologías de diagnóstico para aprovechar su potencial como fuerza optimizadora de recursos y resultados en salud. Es la conclusión principal de los gestores que han participado en la clausura del III Fórum Roche Diagnostics. Esto no significa necesariamente la implantación de una u otra tecnología de la que se carece, sino de utilizar correctamente lo que se tiene, y es que los invitados han puesto de manifiesto unos datos esclarecedores: mientras que por un lado hay una sobreutilización de pruebas de laboratorio –el 20 por ciento de las que se hacen son innecesarias–, por otro se infrautiliza y hasta en un 40 por ciento de casos no se realizan pruebas que deberían llevarse a cabo.

“Venimos de una gran crisis que han obligado a los sistemas sanitarios a frenar en seco y que nos obliga a reanudar la marcha”, ha explicado Manuel González Suárez, director gerente del Virgen del Rocío y del Virgen Macarena de Sevilla. El cambio en este nuevo inicio “vendrá dado por la relación entre la diagnóstica y la terapéutica”, aportando la primera uno de los siguientes elementos irrenunciables: “resultados en salud, eficiencia o generación de conocimiento”.

Por su parte, Joan X. Comella, director del Vall d’Hebron Institut de Recerca, ha apuntado a la colaboración público-privada como impulso fundamental del avance en la clínica, con los médicos como tercer vértice del triángulo, “que tiran para incorporar las innovaciones clínicamente relevantes”.

En esta nueva relación interdependiente, los acuerdos de riesgo compartido y la compra pública innovadora serán fundamentales, pero solo si se avanza desde el criterio precio como el único a tener en cuenta. “Que el 90 por ciento de las decisiones en la compra pública sea el precio tiene que cambiar”, ha sentenciado.

Hace falta tiempo para implantar estas innovaciones, pues no es fácil “convertir una tecnología en resultados tangibles”, ha explicado Jaime Vives, consejero delegado de Roche. “Hospital y autoridades tienen que creer en lo que la industria provee y desarrollar conjuntamente la tecnología”. Como ejemplo, la secuenciación masiva, que ofrece muchas oportunidades pero que tiene muy pocas aplicaciones reales hasta el momento. Pero Vives ha advertido: si la Administración cree que este desarrollo se va a hacer a través de concursos públicos, “va lista”.

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