Cristina Fuentes, Germán Bou, Patricia Ruiz,María Pereira, Enric Limón, Rafael Cantón, Inmaculada Salcedo, Francesc Güell, María Tomás, Ruiz Escudero, Mario Cobo, Bruno Glez, Daniel Troncoso
Madrid acogió el pasado 29 de octubre el
Foro sobre Detección Temprana de Portadores y Seguridad del Paciente frente a Enterobacterias Productoras de Carbapenemasas, una
cita que reunió a expertos, autoridades y asociaciones de pacientes para debatir sobre el avance de las
resistencias antimicrobianas (RAM) en el entorno hospitalario. El encuentro, impulsado por la Iniciativa Multidisciplinar para la Detección Temprana de Resistencias Antimicrobianas (IDTRA) y apoyado por
Cepheid, consolidó la idea de que anticipar las resistencias salva vidas y mejora la calidad asistencial.
Enrique Ruiz Escudero, portavoz de la Comisión de Sanidad del Senado, inauguró la jornada subrayando que
“España dispone del talento, la evidencia y la tecnología para dar el salto hacia una prevención activa de las infecciones. El reto es convertir ese conocimiento en una práctica homogénea y sostenible en todo el sistema”. Inmaculada Salcedo Leal, jefa de Medicina Preventiva y Salud Pública del Hospital Reina Sofía de Córdoba, insistió en que “la detección temprana de bacterias multirresistentes debe entenderse como una herramienta estratégica, no solo técnica. Detectar antes significa cuidar mejor y proteger tanto a los pacientes como a los profesionales”.
Rafael Cantón, jefe de Microbiología del Hospital Ramón y Cajal e investigador del IRYCIS, presentó junto a Salcedo las principales recomendaciones del posicionamiento experto,
entre las que destaca la necesidad de impulsar la detección rápida de portadores de organismos multirresistentes en el ingreso hospitalario, especialmente en unidades de alto riesgo, y de integrar indicadores de detección y control de resistencias en las estrategias de seguridad del paciente y calidad asistencial. Ambos expertos recalcaron que la detección rápida y el diagnóstico precoz deben ser ejes estructurales de las políticas hospitalarias y de salud pública frente a las RAM.
Un punto de encuentro entre ciencia, gestión y política sanitaria
La primera mesa de debate, moderada por Bruno González Zorn (Universidad Complutense de Madrid), abordó el desafío de la resistencia a los antimicrobianos desde la práctica clínica y la salud pública. Germán Bou, jefe de Microbiología Clínica del CHUAC,
destacó que “la detección temprana permite romper la cadena de transmisión y actuar antes de que el problema se generalice, optimizando recursos y mejorando los resultados clínicos”. Patricia Ruiz, vicepresidenta de la SEIMC, subrayó la importancia de integrar la perspectiva del laboratorio en las decisiones de salud pública. Daniel Troncoso, tesorero de Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública y Gestión Sanitaria (SEMPSPGS), defendió que “o la medicina del futuro es preventiva, o no será”, en referencia a la necesidad de anticipar para garantizar la sostenibilidad del sistema sanitario.
Desde RedETS, Blanca Novella recordó que
“las decisiones sobre nuevas tecnologías deben basarse no solo en su coste-efectividad, sino también en su valor clínico, humano y social”, señalando que los informes de evaluación son esenciales para su incorporación al Catálogo Común de Servicios del SNS.
La seguridad del paciente como prioridad nacional
La segunda mesa, moderada por María Tomás (INIBIC–CHUAC), se centró en las respuestas autonómicas frente a las RAM y en la necesidad de reducir la variabilidad entre territorios. Celia García Menéndez, directora general de Humanización, Atención y Seguridad del Paciente de la Comunidad de Madrid, afirmó que “humanizar es cuidar mejor, y cuidar mejor implica anticipar riesgos. La detección temprana de bacterias multirresistentes forma parte de ese compromiso con la atención segura y centrada en la persona”. Enric Limón, coordinador del programa VinCat y promotor del proyecto RaDar,
defendió la creación de un “pacto de país” que sitúe la detección temprana en el centro de las estrategias frente a las resistencias: “Necesitamos criterios homogéneos en todo el territorio y una colaboración público-privada sólida. Solo así podremos dar una respuesta eficaz y sostenible ante un problema que afecta a todos los niveles del sistema”.
La visión del paciente estuvo representada por
Raquel Sánchez Sanz, vicepresidenta del Foro Español de Pacientes (FEP), quien presentó los resultados de una encuesta nacional sobre infecciones resistentes. “Más allá del tratamiento, las personas afectadas piden comprensión, información y acompañamiento. La incertidumbre y el miedo al contagio agravan el sufrimiento.
La detección temprana no solo mejora la salud: devuelve la tranquilidad”, expresó.
Conclusiones: de la evidencia a la acción
Las
conclusiones del foro apuntan a que
la detección temprana de bacterias multirresistentes debe ser reconocida como pilar estructural de las estrategias de seguridad del paciente y prevención hospitalaria. Es necesario establecer criterios e indicadores nacionales comunes, adaptables al contexto epidemiológico de cada comunidad autónoma y hospital, y reforzar la coordinación entre niveles asistenciales, impulsando la formación y el intercambio de buenas prácticas. La integración de tecnologías de diagnóstico rápido permitirá reducir tiempos, costes y riesgos de transmisión, situando a España a la vanguardia europea en prevención de resistencias.
Cristina Fuentes, directora de cuentas de RPP Group Madrid, cerró el encuentro destacando que
“el foro ha puesto de manifiesto el valor de la colaboración multisectorial y del consenso técnico como bases para construir políticas efectivas y sostenibles”.
Con más de 40 expertos y representantes institucionales, el Foro IDTRA se consolida como espacio de referencia en la lucha contra las resistencias antimicrobianas. Sus resultados alimentarán el plan de trabajo 2026 de la iniciativa, centrado en seguir la colaboración multidisciplinar y sumar esfuerzos en salud pública. El mensaje final fue unánime: la detección temprana de bacterias multirresistentes no es solo una herramienta diagnóstica, sino una política de salud pública que protege a los pacientes, fortalece el sistema y salva vidas.
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