La ginecóloga Victoria Rey analiza las ventajas de esta técnica que no deja marcas y evita extirpar el útero

"La radiofrecuencia en miomas uterinos requiere un solo día de reposo"
Victoria Rey.


27 nov. 2020 9:00H
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Victoria Rey es especialista en Ginecología y Obstetricia, y ejerce la Medicina en la Clínica Caremujer de Sevilla. En su trayectoria cuenta con una amplia experiencia en tratamientos de mínima invasión; y es pionera en el desarrollo de la técnica de aplicación transvaginal de la radiofrecuencia en los miomas uterinos. De ella habla en esta entrevista con Redacción Médica.

¿Cuál es, a su juicio, la mayor ventaja del tratamiento de la ablación por radiofrecuencia de miomas uterinos?

La solución para aquellos miomas que no pueden tratarse quirúrgicamente sin extirpar el útero.

Por sus manos han pasado decenas de pacientes de toda España, ¿qué perfil es el que le crea más retos y cuál el que obtiene más beneficios de esta técnica?

La mujer que desea embarazo es la que más nos consulta y la que más necesita una técnica conservadora para su útero. Muchas de ellas llegan a Caremujer con síntomas crónicos de sangrado, o abortos de repetición, y solo le han dado como solución la extirpación del útero.

¿Qué diferencias en el tiempo de recuperación hay entre las pacientes que se someten a esta técnica en comparación con el resto?

Es una de las diferencias más importantes. Después de la radiofrecuencia la mujer puede hacer una vida normal en 2-3 días. No requiere pasar noche en el hospital y solo requiere un día de reposo relativo. La intervención quirúrgica supone una hospitalización de entre 2 y 4 días, y una reanudación de la vida laboral de 20-30 días de media.

Tras el proceso de necrosis del tejido del mioma, ¿suelen observar molestias o efectos secundarios? En caso afirmativo, ¿de qué tipo y por cuánto tiempo?

La necrosis que produce la radiofrecuencia ecoguiada por vía vaginal, a diferencia de la embolización, por ejemplo, no afecta a tejido sano, por lo que no es esperable el dolor intenso que produce la embolización. Tras la radiofrecuencia, lo más frecuente es que la mujer note molestias pélvicas “como de regla”, algo de inflamación abdomino-pélvica unos días, en caso de miomas mayores de 4 cm, que casi nunca requieren ni siquiera analgesia. Estos síntomas son derivados de la reacción inflamatoria inicial producida por el calor que emite el interior del mioma tras ser tratado con radiofrecuencia. Generalmente no dura más de 2-3 días.

La radiofrecuencia evita marcas propias de las cirugías, ¿descarta también cualquier otro tipo de señal de la intervención?

La vía de abordaje que desarrollamos en Caremujer en 2015 es la vía vaginal. El método de tratamiento de los miomas hasta entonces suponía pinchar los miomas a través de la pared abdominal o a través de un trócar de laparoscopia. Ninguna de estas dos técnicas permitía el tratamiento preciso y completo de los miomas. La vía vaginal evita cualquier rastro o marca del procedimiento.

Como profesional, ¿cómo ayuda esta técnica al desarrollo de su trabajo tratando miomas uterinos?

Me permite ser eficaz al mismo tiempo que mínimamente invasiva en el tratamiento de los miomas.

¿Qué evolución cree que veremos a corto o medio plazo en esta técnica?

Es posible que se desarrollen modelos de electrodos que, además de emitir ondas electromagnéticas de radiofrecuencia, puedan tener otra función añadida para que la reducción del volumen de los miomas sea mayor. Por otra parte, se podrá aplicar a otras patologías ginecológicas.
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