Solo Sanidad y decanos acuerdan en señalar que el temario de las facultades es suficiente para afrontar el MIR, frente a OMC y estudiantes



22 nov. 2015 20:00H
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José A. Puglisi / Cristina Alcalá / Imagen: Cristina Cebrián. Madrid
La propuesta de un temario MIR está en el punto de mira. La iniciativa, promovida por el Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM), cuenta con el apoyo de la vocalía de Médicos en Formación de la Organización Médica Colegial (OMC), pero es considerada como innecesaria por la representación del Ministerio de Sanidad, así como por los decanos de las facultades de Medicina, quienes están convencidos de que, si se crea un temario, se “abonaría el terreno para la creación y consolidación de las academias MIR”.

Ricardo Rigual, presidente de la Conferencia Nacional de Decanos de Facultades de Medicina; Carlos Moreno, director general de Ordenación Profesional del Ministerio de Sanidad; José A. Puglisi, periodista de Sanitaria2000; Mónica Terán, vocal de Médicos en Formación y Residentes de la OMC; y Víctor Expósito, presidente del Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM).


José A. Puglisi, periodista de Sanitaria2000: ¿Qué aportaciones se buscan con la nueva modificación de la prueba MIR?
 
Carlos Moreno, director general de Ordenación Profesional del Ministerio de Sanidad: Este año, hemos introducido una serie de novedades que podríamos distinguir entre las que afectan a la tramitación de las solicitudes y los aspectos cualitativos de la propia prueba. En cuanto a los que afectan la tramitación por certificación o agilización del procedimiento, deberíamos destacar la posibilidad de realizar la presentación electrónica de la solicitud, cuestión que se está llevando según el calendario previsto.
 
También está la justificación de la inscripción en el desempleo sin enviar el documento, previa comprobación por vía electrónica de la situación del demandante de empleo, puesto que aquellos que están en esta situación quedan exentos del abono de los derechos del examen y de la tasa correspondiente. 

Con respecto a las preguntas, el aspecto distintivo de mejora es que de cinco distractores se ha pasado a cuatro, porque consideramos que, técnicamente, es una mejora, desde el punto de vista de que el quinto distractor no aporta demasiada discriminación en cuanto a la dificultad técnica del ejercicio. Sin embargo, con cuatro distractores se gana mucho más tiempo para el repaso de la prueba, lo que ofrece unos 15 o 19 minutos, sin reducir el tiempo total de examen, que dará más calma al candidato para revisar una prueba de 225 preguntas y cinco horas de ejercicio.
 
José A. Puglisi: ¿Cómo valoran los cambios impulsados desde el Ministerio de Sanidad?
 
Víctor Expósito, presidente del Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM): Nosotros aplaudimos la modernización del sistema, que llevábamos muchos años pidiendo, tanto en la tramitación como en la corrección.
 
Por la parte del examen, sí existe cierta incertidumbre sobre el método de eliminar un distractor, ya que suponemos que se elimina el distractor que menos distrae y el que menos discrimina. Pero, a la hora de la verdad, según los estudios que tenemos, al quitar un distractor y si suponiendo que esas personas se moverán de manera estadísticamente equivalente entre el resto de preguntas, sí parece que hay una común aleatorización del examen, al restar igual.
 
Mónica Terán, vocal de Médicos en Formación y Residentes de la Organización Médica Colegial (OMC): Entiendo la eliminación del distractor como una forma de compensar factores de tiempo y la cada vez mayor presencia de casos clínicos que, obviamente, requieren de más tiempo de contestar.

José A. Puglisi: En línea con la mejora continua de la prueba MIR, ¿qué aspectos incorporarían durante los próximos años?

Ricardo Rigual, presidente de la Conferencia Nacional de Decanos de Facultades de Medicina: Se han cambiado aspectos, básicamente, logísticos y son mejoras considerables. Creo que para un futuro, no inmediato pero sí cercano, sería conveniente no solo evaluar competencias cognitivas, sino también otros aspectos importantes como habilidades o de actitudes. Sabemos que no puede ser de un día para otro, pero sería aconsejable ir a por ellos.
 
También proponemos la revaloración del expediente académico en la prueba MIR, al considerar que la actual normativa, donde se establece que nunca tendrá un valor mayor al 10 por ciento, establece una ponderación muy escasa.
 
Víctor Expósito: También hay que ponderar la valoración del expediente académico. Si estuviera en base 10 y no en base cuatro, que es lo que nosotros pedimos, se podría evaluar al estudiante de una forma más gradual. No podemos olvidar que quien dice si una persona tiene los conocimientos y capacidades para ser médico, son las facultades de Medicina.
 
Por eso es importante buscar la homogeneidad entre las facultades. Sin embargo, hay que tomar en cuenta que a la prueba acuden muchos estudiantes de otros países y hay también que evaluar y garantizar que hay un coeficiente similar entre las facultades.
 
José A. Puglisi: ¿Está contemplado el aumento del valor del expediente académico u otras nuevas medidas?
 
Carlos Moreno: Es un tema de valoración de homogeneidad y hay que tener en cuenta que tenemos 40 facultades de Medicina en España y vamos a por las 42 si finalmente fragua la apertura de las facultades de Baleares y Navarra. Para ponderar de esa manera el expediente académico, tendríamos que tener la constancia de que hay una evaluación homogénea por parte de las distintas facultades en los diversos aspectos a puntuar dentro del grado.
 
Es un aspecto que no desechamos en absoluto y que seguro que es posible de mejorar, pero me gustaría profundizar en esa garantía de homogeneidad en la evaluación y en el nivel de las facultades para acceder al grado.

José A. Puglisi: ¿Qué propuestas tienen para superar las barreras logísticas y económicas que impiden la implementación de un ECOE en el examen MIR?
 
Carlos Moreno:  Hay que tener en cuenta con la prueba MIR, que no solo afecta a médicos sino a todas las titulaciones de Ciencias de la Salud que están contemplados dentro de la Formación Sanitaria Especializada, es un examen al que concurren cerca de 35.000 aspirantes y su coste actual ronda el millón y medio de euros, con 20 sedes y 2.000 funcionarios desplazados que asumen las funciones de interventores y de responsables de centros. El despliegue que requeriría la deseable evaluación clínica no es asumible en este momento, pero es un tema a estudiar a futuro.
 

Ricardo Rigual.

Ricardo Rigual: Estamos de acuerdo con que es difícil una implementación de una prueba ECOE en este momento. Lo que podemos aportar es que, desde la Conferencia de Decanos, hemos trabajado durante los últimos años en una prueba ECOE para aplicar en todos los grados de Medicina y que evalúe, al final de la carrera, todos estos aspectos.
 
En estos momentos, somos capaces de evaluar unos 6.000 estudiantes de Medicina, por lo que ponemos a disposición, en un futuro próximo, si somos capaces de articular con garantías ese tipo de pruebas. También es importante tener en cuenta que la ECOE tiene sus ventajas y sus problemas, y no es una prueba única para evaluar.
 
José A. Puglisi: ¿Cómo se podría lograr que el ECOE fuese un sistema de evaluación aún más objetivo?
 
Víctor Expósito: La prueba ECOE tiene en su alma y meta la objetividad, por lo que debe y puede serlo sin problemas. Donde nosotros ponemos el acento es en la homogeneización en todo el territorio, por eso tendemos la mano a la Conferencia de Decanos para asegurar que todas las facultades la asuman y sea realizada por personal docente.
 
Mónica Terán: Estoy de acuerdo en que la ECOE es una prueba objetiva, porque hay un evaluador por estación y sería muy complicado que todos los evaluadores estuvieran inducidos a una subjetividad hacia un mismo sentido o una persona. En cuanto a una propuesta para que sea más objetivo, se podría poner dos evaluadores en una estación que podrían incluso ser interprofesionales.
 
Asimismo, estoy de acuerdo en que sea incluido en el grado, como algo común a los estudios de la universidad y la añadiría como una prueba necesaria a cualquier extranjero que venga al país para acceder al MIR. En cuanto a la evaluación, soy de la idea de que más de una calificación se debe estimar si la persona la aprueba o no.
 
José A. Puglisi: Hay polémica en que, tras cursar la titulación, los alumnos deban acudir a una academia para preparar el MIR, ¿en qué consideran que podría estar faltando el sistema de formación?
 
Mónica Terán: No creo que falte nada en el grado. La necesidad o no de una academia la presenta el aspirante por el efecto rebaño. Es decir, piensan en que todos los demás lo hacen y en qué inferioridad de condiciones pueden quedar de no hacerlo. Cada vez es más común este efecto, porque las academias ya empiezan a publicitarse en quinto año dentro de las facultades para que los alumnos se forme en sexto y esto responde a un factor miedo, ya que se cree que: si yo no empiezo antes, quedaré en inferioridad de condiciones.
 
Si las facultades tuvieran la idea de formar para el MIR, se estarían equivocando. La prueba MIR es una evaluación objetiva que no debería desaparecer y que tiene su objetivo de ser equitativo, pero la facultad no está para preparar al alumno para hacer un solo examen. Las facultades deben impartir contenidos y competencias, así como habilidades comunicativas y prácticas.
 

Víctor Expósito.

Víctor Expósito: El MIR tiene un riesgo muy grande de perversión del sistema de formación del médico. Cuando tenemos claras, y creo que hay un amplio acuerdo, de cuáles deben ser las competencias y actitudes que debe tener un médico, eso es lo que se debe enseñar en las facultades de Medicina. Si luego pones un filtro, donde estás diciéndole a los aspirantes que deben pasar ese método para poder realizarse en su carrera profesional y le sumas el aumento de oferta de plazas en las facultades de Medicina, lanzas a las facultades a una competitividad perversa.
 
Una práctica que está fomentada por la publicación de gráficas por Sanidad. Estamos a favor de que el ministerio publique esta información, pero creemos que hay que mostrar más los datos.
 
Hay un riesgo de que se pervierta el sistema de nuestras facultades, en las que, desde segundo año, hay asignaturas en las que se aborda cómo afrontar el examen MIR. Las academias no responden a una insuficiencia de las facultades de Medicina, sino a un sistema de ordenación que han puesto en España que es el MIR, el cual tampoco creo que debería desaparecer.  Las academias existen porque no tenemos un temario definido de la prueba, por lo tanto los estudiantes se refugian en estas academias que facilitan el abordaje del examen y en que, si no te presentas, quedas en inferioridad con respecto al resto de tus compañeros.
 
Carlos Moreno: Quiero recalcar algo que, a veces, se ha malinterpretado. El examen MIR además de su componente de ordenación tiene otro selectivo. Uno de los problemas que venimos comentando con la Conferencia de Decanos, con los estudiantes, con el Foro de la Profesión Médica es la asincronía entre la oferta de grado y la de formación sanitaria especializada.
 
Por eso, nuestra preocupación porque sigan abriéndose facultades de Medicina y produciendo médicos, ya que luego se achaca al sistema de formación sanitaria que se formen especialistas que cubran las necesidades de los países de nuestro entorno.
 
Si la producción, en grandes cifras, del grado es de 7.000 graduados y la oferta de formación especializada en Medicina son de unas 6.000 plazas, pues hay 1.000 que no pueden acceder. Por lo tanto, yo creo que cada uno tiene su espacio y coincido en que no hay un déficit en la formación universitaria que genere la existencia de academias, ya que estas se centran en las habilidades y las destrezas para contestar mejor un examen con las características del MIR.
 
Ricardo Rigual: La prueba MIR que se está realizando es un terreno abonado para la existencia de la necesidad de academias. Es obvio que tenemos un año, desde que uno termina el grado hasta que se examina en la prueba MIR. En ese año, el estudiante no adquiere nuevas competencias, en absoluto. Lo que está adquiriendo es formación para hacer un buen examen, trucos para contestar un examen.
 
Tampoco estamos de acuerdo, desde la Conferencia de Decanos, en que exista un temario de un médico que son las competencias que adquiere en el grado. Todas las competencias son importantes y evaluables, por lo que no se puede delimitar entre cuáles sí y cuáles no. En el examen MIR se evalúa la formación integral del médico y no podemos poner un temario. Entonces, creo que estamos abonando el terreno para hacer necesarias a las academias con un temario.
 
Carlos Moreno: Coincido con el presidente de la Conferencia Nacional de Decanos. Efectivamente, las competencias que tiene que acreditar un médico son las que adquiere en el grado, ya que ha de presuponerse que estas competencias son suficientes para el ejercicio de una profesión en España y Europa. Pero no es una oposición.
 
Víctor Expósito: Sí usaría la palabra oposición, porque así lo establece en la ley y, aunque no te da acceso a una plaza fija si es un concurso público. Pero es un proceso selectivo que tiene un riesgo de pervertirse. En los últimos años hemos disminuidos desde 6.944 plazas en 2009 hasta 6.079 en la convocatoria de 2014. Es decir, de las 40 que existen, y las que se piensan abrir, la capacidad selectiva del MIR podría dejar a muchos por fuera de la formación especializada. A pesar, incluso, de que el número de extranjeros que se presentan al MIR han descendido, mientras que aumentan los provenientes de facultades nacionales.
 
Mónica Terán: Me gustaría hacer un matiz sobre el abono, como decía Rigual, de la necesidad de las academias, yo quisiera ampliar la necesidad a que tengan mayor presencia en las universidades. Charlas, comentarios, etcétera, hacen que la sensación de alarma aumente y nos debería llevar a una gran reflexión.
 
Por lo que tenemos que ser muy cuidadosos en las relaciones que tenemos con las academias, al igual que con las farmacéuticas, porque el hecho de que los estudiantes se encuentren con las academias allí hace que reciban información sesgada, ya que cada una de ellas va a decir que tienen los mejores números. Debemos neutralizar esto por la salud de los estudiantes, que ya están bastante estresados de cara a una prueba.
 
José A. Puglisi: Hemos hablado de las posibles mejoras de la prueba MIR, pero ¿cuáles son las asignaturas pendientes en el grado?
 
Víctor Expósito: Desde el CEEM, que llevamos unos cuantos años con esto, hablamos de competencias no tanto de asignaturas. Creemos que el plan de estudios ya se ha hecho, pero que lo importante no es el nombre de la asignatura, sino en la competencia adquirida. En ese sentido, pensamos en el médico que necesita la sociedad y no tanto en el médico del MIR, por lo que hay competencias en las que hay que tenemos que incidir, como los cuidados paliativos, la comunicación con el paciente, la Atención Primaria, la gestión clínica…
 
Mónica Terán: Respecto al temario, coincido con Expósito, ya que tener un temario ayudaría a los que no se quieren presentar a una academia, como fue mi caso, que utilicé temarios que ya había. El hecho de tener una referencia, anima a aquellos que no se quieren presentar a una academia, al margen de lo que luego pueda ayudar.
 
Asimismo, en referencia a si es necesario añadir alguna asignatura o no, en mi opinión, los cambios son necesarios y hay que cubrir las necesidades las necesidades, como contemplar la Atención Primaria.
 
Ricardo Rigual: En referencia al temario, hay controversia, pero los decanos nos reafirmamos sin controversia. Es como si en la prueba de selectividad hubiera un temario. Es imposible. De hecho existe un grupo de expertos en el Ministerio de Sanidad que seleccionan las preguntas no de forma arbitraria. El que no haya un temario no significa que estas preguntas sean mejores o peores, de hecho, no ayuda en absoluto. A mí me daría que pusieran un libro de referencia y si no viene en ese libro, no se puede preguntar luego en la prueba.
 
José A. Puglisi: Con las comisiones delegadas de tronco en vías de ponerse a desarrollar los programas de los troncos, ¿qué recomendaciones les darían? ¿Cómo avanza este asunto?
 

Carlos Moreno.

Carlos Moreno: Quizás avanza menos deprisa de lo que nos gustaría, por una razón. El Consejo Nacional de Especialidades celebró el pasado 17 de julio su reunión de renovación, donde también hubo que renovar las Comisiones Nacionales de Enfermería, y estaba previsto que esto hubiera ocurrido antes.

Esto ya se produjo y hemos conseguido constituir las comisiones delegadas del tronco, no exentas de polémica, porque hay un tema de priorización en la selección de las especialidades que irán a las comisiones. Es decir, que las comisiones tienen un diseño, especialmente para aquellas más polémicas que son por el número del tronco médico y del tronco quirúrgico, y había que hacer una discriminación. Hay una serie de especialidades que consideran que debían haber estado ahí y no lo están, y desde Sanidad hemos hecho un diseño paralelo, que son los círculos de asesoramiento (concretamente la del tronco médico, con 14 especialidades que no están incluidas, y en el tronco quirúrgico, con tres).
 
En este sentido, me han pedido reuniones los presidentes de las sociedades científicas y comisiones nacionales, sobre todo aquellos que no están presentes en las vocalías para analizar la situación. La presencia en las comisiones delegadas del tronco como en la nacional no es un problema de representatividad, no es un alter ego de la sociedad científica; únicamente son comisiones asesoras del Ministerio para cuestiones técnicas como es la evaluación de los programas troncales. No debería tener mayor implicación pero es cierto que todo el mundo quiere estar y por ello surgen estos conflictos. No obstante, ya están empezando a trabajar en la evaluación de los programas y seguimos manteniendo en el calendario esa convocatoria de 2017/2018.
 
José A. Puglisi: Son muchas las miradas de cómo van a ser estos programas, qué contenidos van a tener… ¿Qué consejos darían a las personas que están desarrollando estos programas?
 
Víctor Expósito: Tenemos que responder a las necesidades actuales y no a necesidades que tuvieron los responsables en desarrollarlo cuando se formaron hacen 30 años. Y, principalmente, que eviten solapamiento de competencias con el grado.
 
Mónica Terán: Lo pediría que los troncos sean troncos y aunque parece una obviedad, no es fácil. Primero cómo establecer las competencias de cada tronco, que realmente sean transversales y no se incorporen programas especializados de acuerdo a la especialidad. Por ello, tienen que tener muy presentes cuál es el espíritu de la troncalidad y aprovechar para hacer cambios de acuerdo con las necesidades en la sociedad.
 
Carlos Moreno: Estoy de acuerdo con lo que comenta Mónica. De hecho, otro trabajo que está pendiente y está empezando a arrancar, es que hay algunas comisiones nacionales que ya tienen el programa elaborado en base a competencias (como es el caso de Oncología) en los periodos específicos.
 
El tronco tiene una duración de entre diez y 30 meses, es decir, dos años, más menos seis meses, por un lado. Y por otro, el diseño específico de las especialidades deberá realizarse con base en las competencias de cada periodo específico y no en la duración, porque ya hay especialidades, desde el día siguiente de la publicación del decreto, que ya están diciendo que con la duración actual de la especialidad no cabe el cuerpo de conocimiento de esa especialidad.
 
Nuestra respuesta es, primero, un diseño por las competencias transversales y, una vez que elaboren su periodo específico de formación por competencias, hablemos del periodo. No hay un corsé normativo respecto a la duración de la especialidad. Si es necesario que una especialidad crezca un año, ya lo hemos hablado con los estudiantes, la OMC y los decanos, se hará.
 
Ricardo Rigual: Nosotros estamos básicamente de acuerdo con eso. Hay una cosa que en potencia nos ha tocado y quiero incidir un poco más sobre eso. Esta formación continua se debe desarrollar de tal manera que se tenga en cuenta para cada uno de los períodos el período anterior y todo en base a competencias que dependan de las previas.

Hay que tener un conocimiento profundo de las competencias anteriores para diseñar las siguientes porque si no a lo mejor estamos cometiendo errores. Desde nuestra posición nos ofrecemos a dar apoyo a las diferentes comisiones y creo que el espíritu de la troncalidad es un espíritu que hay que mantener y estoy de acuerdo con lo que ha dicho Mónica.
 
José A. Puglisi: ¿Cuál es la visión que tiene cada uno sobre cómo quedará la formación especializada sanitaria una vez aprobada la troncalidad?
 
Carlos Moreno: Nosotros creemos que será mejor que en el actual sistema y para eso estamos trabajando. Como decía Víctor todo es perfectible. Creo que el espíritu que anima a la gestión de los servicios sanitarios es el de mejora continua, desde el nivel menos complejo de las organizaciones hasta el más complejo en instituciones sanitarias, en Primaria, en Especializada y también en gestión.

Por lo tanto, en la búsqueda del médico, del profesional sanitario, necesita la sociedad este va a ser un modelo que dé una respuesta más adecuada a las demandas actuales del sistema sanitario. Deberá moverse también en base a aspectos que vengan determinados por otros factores en función ulterior que serían los que determinan las nuevas tecnologías, los factores democráticos, los factores epidemiológicos o los factores de los avances científicos.

Víctor Expósito: Tenemos que ver cuáles son los objetivos, cuál es el alma de la norma y hacia dónde queremos ir y, luego, tendremos que legislar con aspectos concretos. Ya nos pasó que en 2003 pusimos en la norma que duraría el tronco dos años y luego cuando nos hemos sentado a prever las competencias de cada tronco, hemos dicho que a lo mejor un año y medio o a lo mejor dos años y medio, algo que tendremos que ir viendo. Nosotros pedimos que se haga lo mismo con los periodos de especialidad.

La imagen que tendrá el sistema troncal dentro de unos años dependerá de cómo se hagan las cosas, de que hagamos las cosas hablando entre todos, construyendo en base a objetivos y a competencias y, si vamos a conseguir un médico mejor, esperemos que así sea.
 

Mónica Terán.

Mónica Terán: Diría que si se hace asegurando la calidad como objetivo prioritario, mantener la esencia de la troncalidad, lleve el tiempo que lleve, será mejor porque tendremos las mismas competencias que el período específico. Además tendremos mayores competencias transversales y algo que supone un avance muy importante en la capacidad del propio profesional de reinventarse como es la reespecialización.

Tendremos profesionales que se van a poder reespecializar por deseo personal o por deseo de cambiar en sus perspectivas laborales y podrá reespecializarse en un período menor y esto es una gran ventaja que cabe incorporar a la troncalidad. Me da la sensación de que es un poco desconocida en troncalidad.

Tenemos a los doctores sin reconocer algo que está contemplada en un real decreto como es su labor como tutores y, cuando llegue el momento de realmente acreditarnos como tutores, vamos a tener que hacer algo para motivar a esas personas porque vamos a necesitar más tutores y, además en un concepto nuevo como es el de tutor troncal, con un esfuerzo añadido. Creo que va a ser un momento necesario para repensar esto y hacer este deber que tenemos ahí y que en este momento son cuatro las comunidades autónomas que tienen reconocida en sus parlamentos la labor del tutor.
 
Otra de las cosas que pediría que fuera así es el tema de la evaluación. Creo que es un momento para incorporar y pensar nuevos métodos de evaluación con la colaboración de todas las entidades como asesores para repensar nuevos métodos de evaluación y para evaluar y para asegurar que se evalúe, porque realmente el sistema MIR es lo que es gracias a la tutorización y a la evaluación.
 
José A. Puglisi: Quiero una valoración de esto y también conocer un poco qué les gustaría que hubiera después de la troncalidad.
 
Ricardo Rigual: Creo que la troncalidad creo que va a ser positivo para la formación del futuro médico y que todavía tiene que solucionar varios problemas. Uno de los problemas es que tenga recursos y que se valore aquellos que tienen esa responsabilidad como los tutores.
 
Otro asunto importantes es la homologación de nuestras especialidades médicas con los países que nos rodean en la que tenemos algún problema y es un asunto a solucionar.
 
José A. Puglisi: Quería que cada uno haga una breve conclusión sobre cuáles son los grandes retos que debe asumir la formación profesional sanitaria.
 

Conclusiones del debate.

Víctor Expósito: En primer lugar el número de personas que acceden a la formación especializada debe ser el mismo que los ingresados en la facultad, teniéndolo allí en los números clausus de la facultad. Si no, no vamos a tener médicos. Hay que tener en cuenta que en el sistema español tenemos residentes de élite que, con los últimos años que se han llevado a cabo en las facultades, va mucho en la línea de que el residente de año uno cuando pise el hospital o el centro de salud esté preparado para asumir esa capacidad práctica.
 
¿Cuál es el futuro de los MIR? Creo que tenemos que trabajar para que no nos pase que uno de cada 10 MIR se tengan que ir al extranjero porque no tiene ningún sentido. Vamos a trabajar controlando números clausus de las facultades, pero no podemos permitir que haya esa evasión de capital humano.
 
Mónica Terán: Venimos de una planificación basada en unas expectativas, tanto demográficas como económicas y desde hace unos años estamos en otra. Tenemos que adaptarnos y tenemos que tener voluntad política y voluntad de gestionar este tema y ver qué ocurre y poner soluciones en este sentido. Hay países que ya lo han hecho.

Las conclusiones en cuanto a los nuevos retos del MIR son que los contenidos deben ir cada vez más hacia algo práctico y que realmente sea así. Uno de los retos es que continúe esta comunicación entre los hospitales universitarios y las universidades, que se creen nuevos sistemas para otras figuras docentes que den más capacidad a los centros universitarios para que puedan asumir con calidad a los estudiantes que llegan y puedan hacer un período práctico, asumir competencias y no solo mirar.
 
El tema de la ECOE es algo que ya está ahí y que ya casi la mitad de las facultades lo tienen incorporado y debería ser algo global que nos ayudaría a dotar de esta capacidad práctica y darle más valor a que los médicos tengan competencias prácticas cuando salgan. Es una condición sine qua non para optar a una formación especializada.
 
Ricardo Rigual: Hay dos cosas importantes. Una buena planificación con previsiones realistas es importante en todo este proceso de la formación del médico y es algo en lo que hemos fallado de manera reiterada previamente. Hace falta especialistas y saber qué especialidades necesitamos, qué número de especialistas para, a partir de esas previsiones, ir hacia atrás y hacer previsión sobre qué número de médicos necesitamos y supone a su vez saber qué número de incorporaciones a las facultades necesitamos.
 
El otro mensaje importante es colaboración entre instituciones que tenemos la misma finalidad y el mismo objetivo cada una desde su ámbito de responsabilidad. Colaboración desde las facultades de Medicina, desde las comisiones, del Ministerio de Educación y del de Sanidad y con la universidad. Hace falta establecer más canales de colaboración si queremos formar un buen médico.
 
Carlos Moreno: Creemos que los tutores son una figura clave en la implementación de la troncalidad. Hay otra herramienta que nos va a poder ayudar que es el Real Decreto 639/2015, que tiene el mismo número que el Real Decreto de Troncalidad 639/2014, que es el que aprueba los diplomas de acreditación y de acreditación avanzada que era un instrumento previsto en la Ley de Ordenación de Profesiones Sanitarias. Uno de los primeros diplomas que se establecen que queremos es el de tutor de residentes.

No sé si es una herramienta que va a servir para motivar a los nuevos residentes troncales, pero sí es una figura de reconocimiento del bagaje que cada profesional puede aportar en materia de tutorización de residentes y de los nuevos recursos que se van a dedicar para dinamizar los troncos.
 
Respecto a la planificación en universidades estoy totalmente de acuerdo y por eso promovimos en esta legislatura la creación del registro de profesionales sanitarios. Creemos que va a ser una herramienta que, para los fines que prevé la ley que son la planificación y la implementación de políticas de recursos humanos, va a ser decisiva.

Una de las mejores prácticas, con los modelos de estimación que tenemos actualmente, con la colaboración de la Universidad de Las Palmas es la española. Hay siete mejores prácticas y una de ellas es la española. Por cierto, en esa reunión estaba el responsable de la Health Education of England que habló del futuro de la formación en su país. Puso cuatro aspectos que son muy relevantes para ellos en la evolución futura: nuevas tecnologías, aspectos demográficos, economía y financiación y la genómica. Creo que los avances científicos son determinantes.

Primera parte del debate.

Segunda parte del debate.

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