La mayoría de personas con depresión tiene bajos ingresos, pero se prevé un aumento del poder adquisitivo este año

La economía española mejorará la salud metal de los ciudadanos en 2024
Sede del Banco de España en Madrid.


20 ene. 2024 10:00H
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Aunque suena bien aquello de que el dinero no da la felicidad, lo cierto es que los datos invitan, cuando menos, a coger con alfileres el aforismo. El Consejo General de la Psicología de España (COP) alertó recientemente de que las personas con ingresos bajos tienen más probabilidades de sufrir depresión y otros problemas de salud mental. Sin embargo, las previsiones económicas para este 2024 hablan de un horizonte de cierto aumento del poder adquisitivo de los españoles, lo cual no vendría sino a paliar ese hándicap -uno de tantos otros- que compromete la salud mental.

El COP recuerda que más de una de cada seis personas experimentó un trastorno de salud mental en España en 2019. Al respecto, cita el último informe sobre el Estado de la Salud en los países de la Unión Europea 2023, una de cuyas principales conclusiones es que “aquellas personas con ingresos socioeconómicos más bajos tienen más probabilidad de reportar síntomas de depresión”. El documento es el fruto del trabajo conjunto de la OCDE y el Observatorio Europeo sobre Sistemas y Políticas de Salud, en cooperación con la Comisión Europea.

En un reciente análisis publicado en su web, el COP también hace alusión a dos datos ilustrativos. En primer lugar, la Encuesta Europea de Salud, el 6 por ciento de los españoles declaró tener depresión, frente al 5 por ciento de media de la Unión Europea. En segundo, la encuesta electrónica Living, Working and covid-19, de Eurofound, refleja que el 64 por ciento de los adultos españoles en riesgo de depresión afirma tener dificultades financieras.

Desaceleración económica e incrementos salariales


Sin embargo, las previsiones económicas, aun prematuras, dibujan, por el momento, un horizonte ligeramente esperanzador para los bolsillos de los ciudadanos. En primer lugar, los expertos coinciden en describir un escenario de desaceleración económica en este arranque de 2024.

El think tank Funcas lo justifica en base a dos factores: “el efecto de arrastre del último tramo de 2023 y el menor impulso de algunos de los actuales factores de crecimiento: la normalización del turismo y los acuerdos de recuperación de poder adquisitivo de los salarios, con su corolario en términos de renta disponible de los hogares y consumo privado”.

El acuerdo para subir un 5 por ciento el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) en 2024 se une a la estimación de que el Índice de Precios de Consumo (IPC) se reducirá del 3,4 al 3,3 por ciento, según el Banco de España.

Raúl Olmos, adjunto a la Secretaría de Acción Sindical de CCOO, indica a Redacción Médica que el incremento salarial medio de los convenios colectivos en 2023 fue del 3,46 por ciento, una cifra que se eleva hasta el 4,1 por ciento si nos referimos a los convenios negociados durante el año pasado.

“Todos estos factores permiten aventurar un escenario de, al menos, mantenimiento, sino de cierta ganancia, del poder adquisitivo en 2024, aunque con cautelas”, señala. No en vano, a estos parámetros habría que aplicar otros, aún no conocidos, como el volumen de empleo y el número de contratos temporales que se firmen. Es más, desde Funcas también advierten que las previsiones de desaceleración “parten del supuesto de que el BCE no procederá a nuevas subidas de tipos de interés”.
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