Médicos de Rumanía, Hungría o Chequia salen de sus países para buscar mejores condiciones laborales, formativas y reconocimiento social; a su vez, en la ‘Europa de los 15’ hay escasez



12 abr. 2011 18:33H
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Eva Fariña. Madrid
Carlos Amaya, vicepresidente primero de la Federación Europea de Médicos Asalariados (FEMS), ha participado recientemente en una reunión informal celebrada en Hungría, en la que se ha puesto de manifiesto la tendencia migratoria de los profesionales sanitarios, “que puede amenazar, y de hecho ya amenaza, a la seguridad de la distintos servicios de salud de la Unión Europea”, según ha afirmado.

Carlos Amaya.

La escasez de profesionales sanitarios que se está produciendo en la UE, junto con las diferencias existentes entre los países miembro, conlleva unos flujos migratorios “preocupantes”, según ha dicho Amaya, quien se ha preguntado “¿en qué medida la situación económica de los distintos países europeos puede influir en la migración de los profesionales sanitarios?”. Según las cifras que baraja, las diferencias salariales entre países se pueden multiplicar hasta por seis. También afecta la situación o el entorno laboral, así como la carrera profesional o las oportunidades en el ámbito de la formación, y, por supuesto, el reconocimiento social. En conjunto, estas diferencias entre los países europeos hacen que los flujos migratorios empiecen a ser preocupantes.

Para Carlos Amaya, “el sector sanitario juega un papel crucial en la aplicación de la Estrategia de Europa para el año 2020”. “Se dice claramente que Europa no puede ser fuerte ni competitiva sin la sanidad. Por tanto, esta migración puede amenazar, y de hecho amenaza, la seguridad de algunos servicios sanitarios. Los médicos de algunos de los últimos estados que se han incorporado a la UE, como Rumanía, Hungría o la República Checa, salen de sus países precisamente por los motivos citados. Y se da la circunstancia de que en los países de la ‘Europa de los 15’ hay necesidad de profesionales sanitarios, fundamentalmente médicos y enfermeras”, ha explicado.

En consecuencia, la FEMS prevé que aumente el flujo de profesionales, incluidos los españoles, que, según Amaya, podrían salir a otros países con mejores condiciones. “Creo que habría que adelantarse, y para ello se ha planteado la elaboración de una base de datos en la que se registre información actualizada, con el objetivo de mantener a los profesionales del país de origen e, incluso, si las ofertas son generosas, recuperar a los que se han ido, que podría ser el caso de España, y también que vengan médicos a ejercer a nuestro país”. El objetivo es recoger la información básica de todos los países europeos para que beneficie a los distintos servicios de salud. “Sabemos que hay mala distribución, tanto geográfica como de especialidades, en el conjunto de la UE”, ha añadido.


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