Redacción Médica entrevista al capellán del Hospital Virgen de la Salud de Toledo, Rafael Torregrosa

"El hospital antes era una gran familia, la colaboración es más compleja"
Torregrosa lleva doce años como capellán del Virgen de la Salud de Toledo.


4 ago. 2019 12:30H
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Los hospitales públicos españoles acogen una figura profesional que, sin tener formación sanitaria, pasa muchas horas al lado de los pacientes y de las familias. Se trata del capellán, que “no solo tiene una misión sacramental, sino también de diálogo y acompañamiento espiritual”. Uno de ellos es Rafael Torregrosa, el capellán del Hospital Virgen de la Salud de Toledo, quien, en una entrevista con Redacción Médica, explica que los profesionales sanitarios también acuden a él en busca de consejo.

“Hay bastante buen trato”, cuenta Torregrosa, que lleva doce años como capellán de este centro sanitario, que atiende a más de 640 pacientes. Él, junto a otros dos capellanes, está las veinticuatro horas del día en el hospital disponible para atender a quien lo solicite.

El religioso explica que el trabajo es “intenso” porque su figura es muy requerida, “también por el personal sanitario”. “Tenemos una experiencia muy buena, damos unas cuarenta comuniones al día a enfermos, viene bastante gente a la capilla a la misa que tenemos a diario y colaboramos con varios servicios del hospital, sobre todo con Pediatría”, añade.


“Antes el Hospital era como una gran familia”


Rafael Torregrosa explica que no se tomó mal cuando le comunicaron que iba a ser capellán de hospital, ya que venía de misiones, sus padres padecían dificultades de salud y su madre había sido auxiliar de Enfermería en este mismo centro sanitario. “Con lo cual, yo me he tirado aquí treinta años y me he sentido siempre parte de la familia”. Un concepto de “familia”, que dice que “se ha perdido un poco” y que una de sus labores es intentar que vuelva a serlo.

Manifiesta que el hospital ha dejado de ser una gran familia porque ahora nota mucho que hay “diferencias entre las categorías sanitarias, entre médicos, enfermeros y auxiliares”. Por ello, aboga para que el debate sobre humanización albergue una reflexión sobre ello, “creo que es muy necesario”.

“Yo recuerdo que antes el médico se sentaba con mi madre y con las demás auxiliares y se sentaban y dialogaban. Ahora es un ámbito mucho más funcional”, lamenta el capellán.


¿Por qué acuden los sanitarios al capellán?


Los profesionales sanitarios mantienen una “amplia colaboración con el capellán”. “Nosotros tenemos puestos carteles en todas las plantas y el mismo paciente, o su familia, le comenta a la auxiliar o a la enfermera y entonces nos llama, porque claro, a 640 camas en el día no llegamos. Sí llegamos a lo más urgente. Las enfermeras y auxiliares sí suelen responder rápidamente”.

“Es raro el caso que el profesional sanitario se niegue o que no sugiera ir a ver al capellán para charlar o dialogar. Hay veces que, algunos fines de semana, cuando no hay psiquiatra de guardia, los pacientes acuden a nosotros”, señala Rafael Torregrosa.

Explica muchos profesionales sanitarios acuden a la misa diaria y pasan muchas veces por la capilla. “También hay algunos que en los momentos de descanso piden hablar, confesarse o charlar un rato”. Además, han puesto en marcha un grupo en el que los capellanes se  reúnen con personal sanitario para hablar de temas de bioética.

“De los temas que más suelen hablar es de las relaciones profesionales, las relaciones entre compañeros;  la visión de fe y luego temas éticos, como qué tengo que hacer en este caso, tengo que seguir con este tratamiento, los soportes básicos hasta qué punto tengo que manejarlos, cómo actuar con la familia del paciente. Son las preocupaciones más frecuentes entre los sanitarios”, apunta el capellán.
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