Rosa Viguer, ponente en el curso Seram-ARRS sobre “Imagen de la Mujer”.
La
braquiterapia (BT) de cérvix guiada por resonancia magnética (RM) permite alcanzar
dosis radiactivas muy altas con una gran protección de tejido sano, según especialistas de la Sociedad Española de Radiología Médica (SERAM) como Rosa Viguer, ponente en el curso Seram-ARRS sobre “Imagen de la Mujer” que tendrá lugar en el Hospital Universitario La Paz el 29 y 30 de mayo en Madrid con una ponencia sobre “Braquiterapia (BT) de cérvix guiada por RM”.
La BT se basa en la colocación de
fuentes radiactivas encapsuladas cerca (o dentro) del tumor a tratar, en este caso del
cáncer de cérvix. Se trata de la técnica de
elección en tumores no tratables quirúrgicamente tras quimiorradioterapia, logrando gran control local y con beneficio para todas las pacientes.
Está definido que la implementación de la
radioterapia guiada por imagen, tanto en la radioterapia externa como en braquiterapia, permite una adaptación de los planes de tratamiento al volumen tumoral y a proteger los órganos en riesgo. Además, la técnica idónea para guiar su administración es la RM.
“La
técnica idónea para guiar la BT es la RM, ya que tiene una serie de beneficios por la propia técnica y particularidades por las condiciones en las que se realiza (uso del aplicador, un tumor que generalmente ya se ha reducido muchísimo con la radioterapia externa administrada previamente y todo ello influye en la valoración de imágenes)”, explica la Dra. Viguer. Y añade que: “la paciente lleva colocado un aplicador en el momento de realización de la RM, de esta manera en las imágenes puede observarse el tumor residual, el aplicador por el que se administrará el tratamiento y la relación con tejido sano a proteger en proximidad”.
Hay que tener en cuenta que las imágenes de RM van a ser empleadas por oncología radioterápica y radiofísica para planificar el tratamiento, no se trata únicamente de una técnica diagnóstica, como ocurre habitualmente en las exploraciones que realizan los radiólogos, por ello, en estas situaciones existe una colaboración estrecha con el oncólogo radioterapeuta.
Tradicionalmente la planificación de la BT se ha realizado con
estudios de tomografía computarizada (TC), siendo esta técnica útil en la identificación de la posición del aplicador y suficiente, generalmente, para delimitar los tejidos a proteger de la radiación, pero insuficiente en la detección del resto tumoral y de las complicaciones derivadas de la colocación del dispositivo debido a su escasa resolución tisular en la pelvis. Los estudios de BT guiada por RM, en cambio, no solamente identifican el aplicador y las posibles complicaciones derivadas de su colocación, sino que optimizan la dosis de radiación, ya que delimitan perfectamente el contorno del tejido a tratar y a proteger reduciendo la toxicidad. Así, la BT basada en RM incrementa el control local y reduce la toxicidad, por lo que es uno de los pilares del
tratamiento de cáncer de cérvix avanzado. Además, mejora la supervivencia tras el esquema de quimiorradioterapia externa en estadios no candidatos a cirugía.
El papel del radiólogo
El
radiólogo tiene papel en el control de la técnica de adquisición de estas
imágenes de RM que se fusionarán con imágenes de TC realizadas en radioterapia y servirán al
oncólogo radioterapeuta para definir el volumen tumoral a tratar. Debe conocer aspectos técnicos de su adquisición, saber interpretar las imágenes e identificar las áreas infiltradas de tumor y su extensión, así como posibles complicaciones y hallazgos asociados. Es esencial la estrecha colaboración con oncología radioterápica en el análisis de imágenes para transmitir adecuadamente la información.
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