Las pruebas de imagen confirman la sospecha de compresión medular y analizan el grado de compresión

Resonancias magnéticas para los pacientes oncológicos
La compresión medular oncológica puede ser secundaria a un tumor primario o a metástasis vertebrales.


1 feb. 2024 18:50H
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En el día mundial contra el cáncer, la Sociedad Española de Radiología Médica (SERAM) reivindica que debe realizarse una prueba de imagen urgente (en menos de 24 horas) a pacientes con historia oncológica (previa o actual) o con sospecha de enfermedad oncológica que presenten dolor sospechoso de lesión vertebral neoplásica y síntomas o signos sugestivos de compresión medular, según el documento de consenso elaborado por el grupo de trabajo de oncología de la SERAM y miembros de sus secciones de urgencias (Serau), musculoesquelética (Serme), neurorradiología (SERN) con recomendaciones sobre el código compresión medular.

La compresión medular oncológica puede ser secundaria a un tumor primario o a metástasis vertebrales. La metástasis ósea es la causa más frecuente, hasta en el 5-20 por ciento de los casos, siendo el mieloma múltiple la lesión maligna primaria ósea que más frecuentemente produce compresión medular. La compresión se debe en la mayoría de los casos a una tumoración de partes blandas epidural con compresión directa de la medula espinal, y menos frecuentemente es debida a la compresión por fragmentos óseos secundarios a una fractura patológica o por una deformidad o inestabilidad vertebral.

El diagnóstico precoz es fundamental, ya que la instauración de tratamiento antes de que el paciente presente sintomatología neurológica mejora el pronóstico. Sin embargo, más del 50 por ciento de los pacientes ya presentan incapacidad para deambular antes del diagnóstico. Las pruebas de imagen juegan un papel fundamental no sólo para confirmar la sospecha de compresión medular oncológica, sino que permiten analizar el grado de compresión medular, la afectación de la estabilidad mecánica de la columna y la identificación de lesiones en otros niveles vertebrales.

“El objetivo de este documento de consenso es aportar recomendaciones que permitan: unificar criterios de indicación de prueba de imagen radiológica en la sospecha de compresión medular oncológica, detallar recomendaciones sobre la atención del paciente y sobre la técnica de imagen más adecuada y proponer la utilización de un informe estructurado que incluya escalas específicas para evitar la variabilidad en la descripción de los hallazgos. Además, se describen recomendaciones en el diagnóstico del paciente con debut de compresión medular como primera manifestación de un proceso oncológico” apunta Almudena Pérez, especialista en neurorradiología, miembro de la SERAM y de la SENR y radióloga del hospital Regional Universitario de Málaga.

La técnica permite identificar el nivel y grado de comprensión


Las técnicas de imagen permiten confirmar no solo el diagnóstico, sino que también identifican el nivel y el grado de compresión, pueden detectar lesiones en otros niveles vertebrales y son útiles en la valoración de una posible inestabilidad. Las pruebas de imagen que pueden emplearse en el diagnóstico y valoración de la compresión medular son la resonancia magnética (RM), tomografía computarizada (TC), y la mielografía por TC. La RM es la prueba de elección en la valoración de la compresión medular oncológica ya que ha demostrado ser superior a otras técnicas de imagen en la detección de esta patología.

La RM permite valorar la existencia de lesiones neoplásicas, el grado de compresión medular (si existe) y la presencia de cambios de señal en el cordón medular. Siempre debe estudiarse la columna completa porque los síntomas no siempre se correlacionan con el nivel de compresión y pueden existir varias lesiones que produzcan compresión medular en diferentes niveles.

La TC es la segunda prueba de elección en el diagnóstico de la compresión medular. Debe realizarse en pacientes con contraindicaciones para realizar una RM, en la valoración de inestabilidad, como estudio de planificación de tratamiento (si se precisa previo a cirugía/ radioterapia/ vertebroplasia) y en casos en los que no sea posible realizar una RM en 24 horas y el traslado del paciente no sea viable en ese margen de tiempo.

La mielografia por TC se realiza en casos muy seleccionados donde no ha podido realizarse RM por contraindicación y la TC no aporta toda la información necesaria. La radiografía simple y la gammagrafía actualmente no tienen indicación en el estudio de la compresión medular oncológica. Todos los estudios deben estar protocolizados e informados por un radiólogo. El radiólogo debe supervisar el estudio para asegurar que la calidad diagnostica del mismo es la adecuada. El informe debe emitirse de forma urgente por parte del radiólogo de guardia / de urgencias o por secciones específicas, en función de la organización del centro.
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