Pablo Rodríguez ha revolucionado el Servicio de Radiología de La Princesa, siendo galardonado con el Rising Star 2024

El radiólogo Pablo Rodríguez moderniza la formación MIR en el hospital La Princesa
Pablo Rodríguez, radiólogo en el Servicio de Radiodiagnóstico del Hospital de La Princesa.


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Una de las principales funciones de los Servicios de Radiodiagnóstico de los hospitales españoles es formar a profesionales proactivos y autosuficientes en su área de trabajo, aunque algunos facultativos aspiran a ir más allá con ideas rompedoras y novedosas. Este camino es el que emprendió Pablo Rodríguez, radiólogo en el Servicio de Radiodiagnóstico del Hospital de La Princesa, con la implementación del primer Plan Estratégico Docente y que ha recibido recientemente el galardón ‘Rising Star 2024’ por parte de la Sociedad Norteamericana de Radiología.
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El especialista confiesa en Redacción Médica que haber logrado este premio significa todo “un honor y un orgullo, y más si lo da una de las sociedades científicas de Radiología más importante del mundo”. El aspecto que más enorgullece al facultativo es que el distintivo es un reconocimiento “a una manera de hacer las cosas y a un esfuerzo colectivo. Se trata de una manera de entender la medicina, que es potenciando la docencia y la formación, poniéndola en el centro de todo.” El radiólogo afirma que la asistencia es fundamental, “pero la formación, docencia e investigación también son fundamentales”.


"El galardón es un reconocimiento al sistema sanitario español y a su formación"



La institución americana ofrece un total de nueve premios Rising Star y sólo tres a profesionales de fuera de América del Norte. Rodríguez fue el único español en lograr el premio, hecho que para el facultativo demuestra que “el sistema español involucra a toda la ciudadanía, por lo que es un proyecto de país comunitario y global. En cierto modo, el galardón es un reconocimiento a este sistema y a su formación”.

Las peculiaridades del plan docente en La Princesa


Por lo que respecta al plan estratégico docente que se puso en marcha en el Servicio de Radiodiagnóstico de La Princesa, el radiólogo describe que “se organizó la formación desde los propios residentes hasta los jefes. Si no estaba todo el mundo implicado en el proceso, la cosa no iba a funcionar”. Después de identificar distintas áreas de mejora, “se decidió crear el primer plan estratégico a través de preguntarse qué profesional se busca formar una vez lleguen los residentes al Servicio”. En este sentido, el facultativo remarca que “si un hospital no tiene claro qué tipo de especialista busca formar, no se puede organizar un proyecto de docencia”.

Ante el debate de si son suficientes los años del programa formativo MIR de Radiología en España, el facultativo tiene claro que “nunca habrá tiempo suficiente en ninguna especialidad, aunque es necesario poner un límite. En la mayor parte de Europa son cinco años, por lo que España debería también ampliarlo y no hacer como Italia, que ha reducido los cinco años a cuatro”. Pese a estos años de formación, el especialista deja claro que “uno nunca va a parar de estudiar, ya que cada uno ira desarrollándose en el campo que considere más oportuno”.

Una formación única en el Servicio


El facultativo está convencido de que en cualquier hospital español existe hoy en día una formación buena gracias a una casuística adecuada y contando con un programa de formación medianamente estructurado. Pese a ello, Rodríguez tiene la convicción de que lo que llega a marcar la diferencia en La Princesa es “darle una voz protagonista al residente para que sea el actor principal en su formación. Son ellos que tienen que tomar el rumbo de su formación”.


"Es necesario darle voz protagonista al residente para que sea el actor principal de su formación"



A lo largo de los cuatro años que dura la residencia, el radiólogo afirma que los MIR “deben tener un papel activo y a lo largo de este tiempo deben entrenarse para llegar a ser profesionales activos y competentes, capaces de funcionar de manera autónoma a futuro”. Rodríguez pone el ejemplo que la supervisión que tiene un R1 es de “vigilarlo estrechamente y se le está encima, mientras que un R4 se le deja margen ya que es positivo que entrenen. De esta manera, al día de mañana la transición a especialista no será una cosa inmediata, sino que el proceso habrá sido progresivo”.

La decisión de escoger Radiología, en el útlimo momento


Pese a disfrutar enormemente de la especialidad que escogió en su día, el facultativo reconoce que no tuvo claro qué camino escoger hasta el final: “Al ser una persona muy visual la imagen atrae, ya sea en el quirófano, microscopio o pantalla. Dudé de hacer Cirugía General y Anatomía Patológica, pero finalmente decidí Radiología al ser la que más encajaba con esta personalidad”.

El Servicio de Radiología de La Princesa no solamente ha destacado recientemente por este hito, sino que también por otras innovaciones que Rodríguez destaca: “Se ha trabajado en formar a los residentes en competencias de comunicación para hablar de cara al público, y también se trabaja en articular formación contra el racismo en el ámbito sanitario”. Todos estos logros y avances marcan una senda llena de éxitos en el Servicio de Radiología, que aspira a seguir rompiendo moldes para seguir modernizando la especialidad y la formación MIR.
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